Revista de Marina
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  • Fecha de publicación: 01/10/2015. Visto 41 veces.
64 EL APRENDIZAJE HOY Elena Luisa Beyer Hauck* A prendizaje es una condición que comparten seres humanos y animales; sin embargo, en los primeros se desarrolla de forma superior, siendo su mayor característica la de ser un proceso, pues se transforma en un continuo y tiene ciertas cualidades propias. El concepto de aprendizaje se relaciona también con un acto de imitación, ya que reproduciendo ciertos hechos se genera un nuevo conocimiento. Esto, se refiere al aprendizaje puro, no obstante, cuando se deja esta concepción tan básica, se transforma poco a poco en un proceso con características y factores propios. Consecuentemente, se puede así hablar de Proceso de Aprendizaje, el cual incluye indispensablemente la enseñanza, el aprendizaje, el contexto sociocultural, las experiencias previas, la motivación de los individuos en el aula. Es por ello que la responsabilidad del profesor se inicia con la planificación, que da intencionalidad al proceso, para que sean aprehendidos por el estudiante una vez se contextualicen y se sociabilicen los aprendizajes. La clave del aprendizaje es el conocimiento, pues es un proceso que desarrolla los nuevos y modifica los anteriores. A nivel comprensión, el aprendizaje es una forma de enseñanza que trata de familiarizar a los estudiantes con las relaciones entre lo particular y lo general. Para definir el proceso de aprendizaje se debe destacar que es algo que ocurre durante toda la vida y por ello se le asigna un carácter permanente. También es secuencial y paulatino, pues depende de factores como la madurez, la experiencia, los conocimientos propios y previos del educando, objeto pueda desarrollarse en las distintas etapas de la vida; de la relación del individuo con el entorno, de la familia, de las cualidades intrapersonales, etc. Como todo proceso que es permanente, flexible y paulatino, contiene factores que lo conforman, como la inteligencia. La experiencia y los conocimientos previos también son elementos del proceso, los cuales aportan a la conformación del conocimiento. Finalmente, está la motivación, esa que ayuda en lo social, pero depende de las disposiciones cognitivas individuales que generen la necesidad de aprender, de modo * Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Periodista. Licenciada en Ciencias de la Educación y Profesora de Lengua Castellana y Comunicación en la Universidad Mayor de Santiago. Magíster en Educación y Asesora Pedagógica de la Academia de Guerra Naval. Los diversos estilos de enseñanza que hoy en día ejercen los profesionales de la educación, necesariamente deben considerar las diferencias individuales; cada alumno presenta necesidades distintas a partir de las cuales va construyendo su propio conocimiento. 65 que esa sea la base para satisfacer la carencia. Es decir, aprender algo que no se sabía y que sería la razón del querer aprender. Aprendizaje de los factores interpersonales y contextuales Para que ocurra un aprendizaje, los estudiosos del tema han consensuado que para que se produzca un quiebre cognitivo, deben confluir tres factores: el personal, el interpersonal y el contextual.Para explicar lo anterior, se debe definir qué se entiende por estructura cognitiva. Ésta es un conjunto ordenado de saberes que conforman una especie de edificación con niveles jerárquicos, en el cerebro del educando. Esos niveles incluyen conceptos complejos, los que van tejiendo una red compuesta de saberes previos y nuevos, los cuales conforman una malla tan potente que cuando un nuevo saber se posiciona sobre el antiguo, se produce lo que se conoce como “quiebre cognitivo”, el cual resulta ser un proceso positivo y necesario para lograr aprendizaje real y significativo. Lo anterior sólo se producirá de modo satisfactorio si participan factores interpersonales como la motivación, entendida como el motor propio que hace que el individuo se inquiete ante una idea o duda y le surja la necesidad propia de darle una respuesta. Otros factores interpersonales corresponden a dos conceptos que han adquirido relevancia reciente y producen un “quiebre cognitivo” en la educación. Son la maduración cognitiva y los conocimientos previos. A la primera se la asocia a la inteligencia y es un factor que se relaciona con algo que se construye, por ende no es estanco pues no limita a la persona por haber nacido con una u otra disposición mental. El otro factor, los conocimientos previos, son los que el estudiante trae como bagaje adquirido y que se deben usar en beneficio del proceso de enseñanza aprendizaje. A los factores interpersonales, se debe sumar el ambiente sociocultural (contextual) del estudiante. El contexto no sólo lo compone la familia de origen, sino también sus pares y la propia institución educacional. Como plantea Vigotsky, los humanos comprenden el mundo con elementos individuales propios de la psique; sin embargo, las experiencias y la comprensión del mundo se dan en un contexto que involucra lo social, cultural e histórico. Si el estudiante se encuentra cómodo, a gusto y tranquilo en su ambiente de estudio, será indiscutiblemente más favorecido durante el proceso de aprendizaje que aquel que convive con un mobiliario en mal estado o con una infraestructura donde el frío o el calor intenso no lo dejan pensar. Qué decir de un alumno que no se alimenta correctamente o no recibe el apoyo familiar. Un aula que favorece la comunicación directa, respetuosa, la resolución mediada y deferente de los conflictos, tendrá mejor resultados que aquella hostil, que instiga malas prácticas docentes y no respeta la dignidad del ser humano. En tercer lugar, está el factor personal, en el cual el profesor no debe olvidar que las personas aprenden a ritmos y formas diferentes, pues vienen condicionadas genéticamente para ello; por ende, su aprendizaje se conformará en función del medio ambiente y de la herencia. Estos pilares soportan los pensamientos, las creencias y la visión del mundo de los seres humanos. Es así que el maestro debe contar con experiencia para preparar sus clases, considerando la diversidad de los alumnos y plantear un aprendizaje intencionado empleando los métodos y técnicas didácticas que favorecen al estudiante, no en el traspaso de información, sino en la gestión del conocimiento. Aun cuando la motivación personal, el contexto, las experiencias previas y la instrucción efectiva se apliquen de la mejor manera, el maestro no debe olvidar que cada estudiante cuenta con diferentes capacidades y preferencias en la manera de aprehender la información, procesarla y gestionarla y todo ello está relacionado con la herencia y el medio ambiente. Evolución del aprendizaje y sus características en el siglo XXI Para analizar fenómenos se emplean modelos que entregan herramientas para determinadas situaciones. En el caso de la ciencia, estos modelos o paradigmas son el cualitativo y el cuantitativo, cada uno aplicable a cierto tipo de investigaciones. MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: El aprendizaje hoy REVISMAR 5 /2015 66 En el caso de la educación, además de modelos generales, se tiene, entre otros, el conductismo y el constructivismo, nacidos para dar respuesta a distintas etapas de la vida educacional del ser humano. El primer modelo de aprendizaje se generó para responder a la necesidad de subsistencia del hombre en una comunidad primitiva. Con el paso del tiempo, se evolucionó en áreas diversas, como la salud, información, industria, educación, etc., pero fue en el contexto de la Revolución Industrial en la que el hombre se vuelve parte de un todo no individual. En este sentido, la instrucción y la educación se adecuaron a esta realidad común y el alumno resultó ser uno más del montón que necesitaba recibir información, sentado en un espacio también común e imposibilitado de pensar por sí mismo o preguntar. El profesor era el centro del proceso, su labor se orientaba a saturar de conceptos a los alumnos y esperaba que ellos repitieran a la perfección lo que se les decía, sin importar el nivel de comprensión alcanzado.Con el correr del tiempo, el ser humano fue cambiando y también evolucionó la forma de aprender. El siglo XX consolidó el paradigma cognitivo y transformó al alumno de un ser pasivo, receptivo y asimilado a un producto, en un estudiante activo, responsable de su propio aprendizaje y protagonista del mismo. Obviamente que aún no se incorporan los elementos que en el siglo XXI serán centrales en el proceso educativo, tales como el aprendizaje social, el contexto, las experiencias previas, las tecnologías de la información y el concepto de gestión de la información. Entre 1985 y 1990 se producen cambios relevantes para la humanidad, entre lo que destaca la globalización. Este fenómeno, liderado por las comunicaciones, fue un hito central del cambio en la forma de enseñar. El desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC’s) impactaron a la educación, develando en concepto de la “enseñanza asistida”, donde al aula y al profesor se le integra otro factor de traspaso de conocimientos; los “recursos tecnológicos” que antes no existían, transformándose en aliados y apoyos para el docente; que no lo sustituyen, pero lo convierten en un profesional capaz de reforzar a los alumnos no sólo en la adquisición del conocimiento, sino en la gestión de éste. La transmisión del conocimiento es un concepto que ha cambiado en los 15 años del siglo actual. Ya nadie afirma que el profesor es quien posee la verdad absoluta de la información, pues es fácil y rápida encontrarla. Lo que se espera del docente, aprobado y respetado, es que logre traspasar a los alumnos la habilidad para “gestionar el conocimiento”. Este proceso es útil en la medida que el alumno posea las herramientas para ubicar y utilizar de manera eficiente la información en los procesos que debe interactuar. Gracias a las “redes sociales”, la información puede no tardar más de 42 segundos en estar obsoleta. Las redes sociales y la globalización han modificado el contexto social de los estudiantes ampliando los espacios de contacto, las posibilidades de compartir experiencias diferentes y la factibilidad de conseguir información ampliada, todo esto marca la educación del siglo XXI. Manejar los instrumentos tecnológicos como IPad, computadores, teléfonos inteligentes, etc., aumenta las experiencias previas de los alumnos en la sala de clases; y, se espera que el profesor entienda esta evolución y utilice estas experiencias para mediar entre el aprendizaje y sus estudiantes y busque los organizadores más apropiados para lograr que el quiebre cognitivo se produzca y que considere el contexto cultural y social del educando para que el aprendizaje perdure, se construya y reconstruya. El aprendizaje que perdura es aquel en el cual el estudiante descubre y se realiza con el profesor como facilitador, no siendo éste la figura central. Valoración crítica de la práctica pedagógica Para analizar el desarrollo de una práctica educativa es necesario contextualizarla, pues es muy distinto enseñar a escolares básicos que tratar con adolescentes, estudiantes de pregrado o profesionales de posgrado. Los escolares son individuos que se encuentran en el comienzo de su proceso de aprendizaje, por ende su articulación y modelación debe ser concreta y guiada por un facilitador flexible que considere central los saberes culturales de 67 su aula. Estos factores no son exclusivos del nivel escolar, pues deben incluirse también en todos los niveles de enseñanza, a lo largo de toda la vida. En la práctica educativa andragógica o adulta, no se puede dejar de lado la socialización de los saberes, como tampoco no considerar el aprendizaje colaborativo, cooperativo o grupal mediante técnicas didácticas mayoritariamente productivas y heurísticas donde el centro es el propio estudiante. Lamentablemente, aún queda en el inconsciente colectivo que equivocarse es un error y al estudiante se lo califica bajo esa premisa; sin embargo, si el docente cambia su mirada evaluativa hacia una visión iterativa y logra contextualizar la información que entrega, lógicamente la motivación y predisposición contribuirán a lograr un aprendizaje realmente significativo. Es notable que en este siglo, habiendo estudiado y avanzado tanto en educación, todavía la mayor práctica educativa se haga desde el paradigma conductista disfrazado de constructivismo. Pese que en los 90 se instauró en Chile este último modelo, los docentes continúan sintiendo que la enseñanza y el aprendizaje recae sobre ellos y siguen agotándose, pues las clases, que debieran centrarse en el estudiante como elemento activo y basal del proceso, resultan ser netamente expositivas y pasivas; sin considerar en el desarrollo de la clase actividades que fomenten el aprendizaje activo del estudiante. Este error interfiere el proceso de aprendizaje, ya que la intencionalidad, flexibilidad, significancia y desarrollo (como sinónimo de proceso) quedan truncos si no se cuenta con un estudiante activo. Considero que mientras el profesor no sea realmente un facilitador e insista en estimar que el alumno es un mero receptor de información, la posibilidad de avanzar en mejoras educacionales será difícil de lograr.En oposición al docente antes caracterizado, aparece la figura de aquel constructivista que comprende la importancia de hacer de la enseñanza un proceso intencionado y que planifica incluyendo organizadores previos dentro de diseños universales de instrucción, que favorecen la interacción teoría-práctica y cuyo objeto final es un aprendizaje en espiral. Lo que persigue este maestro es que todos los asistentes tengan la posibilidad de aprender y por ello es que programa los contenidos, los recursos de aprendizaje, las evaluaciones y los objetivos de éstas; es capaz de respetar los momentos de la clase y darles la importancia necesaria, otorgándole a cada alumno la preeminencia que le corresponde. Un profesor que constantemente revisa su práctica educativa sabe que cada aprendiente trae conocimientos previos sobre los temas tratados, aun cuando no los hayan estudiado como el maestro quisiera, pero igualmente respeta la autonomía, la trabaja, la fomenta, entrega andamiajes sólidos que aportarán al alumno para el momento en que éste necesite asociar un nuevo conocimiento con uno anterior que ya poseía. El buen educador no olvida que para que el aprendizaje sea significativo, habrá que instar a los estudiantes a aprender a través del descubrimiento. Para ello usará diferentes técnicas como el método inductivo, las preguntas reflexivas convergentes o divergentes, organizadores previos expositivos o comparativos; estrategias didácticas como la expositiva (sólo cuando sea necesario), del interrogatorio, de discusión, demostrativas, de proyectos, mapas conceptuales, redes semánticas, etc. Para llegar a una valoración crítica del aprendizaje se debe considerar diversos elementos; pero como sea, todo confluye en volver permanentemente a la definición operativa del aprendizaje, ya que retornando a su revisión se encontrarán los elementos que resultan ser faro para cualquier educador que esté interesado en no ser el centro del proceso, sino convertirse en el facilitador y mediador entre el estudiante, los conocimientos previos que éste tenga y el nuevo conocimiento que el docente quiera posicionar en la mente del educando. MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS: El aprendizaje hoy * * * REVISMAR 5 /2015

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