Revista de Marina
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Doctrina Portales: visión de Chile como potencia en el Pacífico

  • CLAUDIO CHANDÍA SCHUFFENEGER

Por CLAUDIO CHANDÍA SCHUFFENEGER

  • Fecha de recepción: 23/08/2022
  • Fecha de publicación: 31/12/2022. Visto 2088 veces.
  • Resumen:

    La visión del gran estadista Diego Portales, expresada en la carta dirigida al vicealmirante Blanco Encalada, para que eliminara la Confederación Perú-boliviana, demostraba el espíritu que impregnaba en el alma y política nacional, desde sus inicios en ésta: Chile debía ejercer para siempre el dominio en el Pacífico y no debía dejar jamás que un tercero amenazara su soberanía y perspectiva de desarrollo, ya que su proyección hacia este océano sería la ventaja que traería la prosperidad a la nación.

  • Palabras clave: Chile, potencia marítima, Portales.
  • Abstract:

    In a letter addressed to vice admiral Blanco Encalada, the Chilean statesman Diego Portales, expressed his vision to eliminate the Peru-Bolivian Confederation. There he proved the spirit that permeated the soul and national policy, since its inception. In this mail, Portales suggests that Chile should forever exercise command in the Pacific and never let a third party threaten its sovereignty and growth prospects, since Chile´s projection into this ocean would give the advantage that would bring prosperity to the nation.

  • Keywords: Chile, maritime power, Portales.

Era marzo del año 1822 y un joven comerciante llamado Diego Portales, expresaba a través de una carta a su socio José Manuel Cea y Díaz de Lavandero, su temprana visión del apoyo inusitado de los Estados Unidos a los procesos independentistas del continente americano. Esto era el inicio de una extraordinaria intuición del porvenir, que finalmente se cumplió con la conocida “Doctrina Monroe”.

Posterior a 1830, Diego Portales comenzó una ascendente carrera política, que lo llevaría en 1834 a los ministerios de Interior, Relaciones Exteriores y Guerra y Marina, desde donde convenció al presidente José Joaquín Prieto para declarar la guerra a la Confederación Perú-Boliviana en 1836, basado en el peligro que representaba ésta para la soberanía y desarrollo de Chile, lo que expresó sin dudas en la carta dirigida al vicealmirante Manuel Blanco Encalada en septiembre de ese año, días antes que se desplegara hacia Perú como comandante en jefe del Ejército:

“… La Confederación (peru-boliviana) debe desaparecer para siempre jamás del escenario de América…por el dominio que la nueva organización trataría de ejercer en el Pacífico, arrebatándonoslo…la Confederación ahogaría a Chile antes de muy poco…” (Silva, 1954)

Es en ésta carta, donde se expresa con mayor realce y exactitud la visión imperecedera del gran estadista que fue Diego Portales, ya que no entregaba sólo las causas para eliminar esta confederación de estados por el peligro que representaba a Chile, sino que fue capaz de expresar, en breves palabras, el espíritu que se estaba impregnando en el alma y política nacional, desde sus inicios: Chile debía ejercer para siempre el dominio en el Pacífico y no debía dejar jamás que un tercero amenazara su soberanía y perspectiva de desarrollo, ya que su proyección hacia este océano sería la ventaja que traería la prosperidad a la nación. Y fue este pensamiento, de buscar ser potencia en el océano que nos bañaba (ya que no se domina si no se es potencia frente a otros pretendientes del mismo recurso), lo que orientó a nuestro país en sus relaciones internacionales y visión geopolítica continental y oceánica durante el siglo XIX e inicios del siglo XX, pensamiento que, con el paso del tiempo, fue degradándose hasta quedar sólo en el alma de pocos.

Inspiración de la visión portaliana en el Chile del siglo XIX y principios del siglo XX

No sólo el adelantarse a que Santa Cruz tuviera la fuerza suficiente para amenazarnos, fue parte de su mentalidad visionaria, sino que este modo de pensar fue el gran legado que dejó a la clase política que lo sucedió, siendo esta partícipe de grandes decisiones, como las que se describen a continuación:

O    Guerra contra España: La primera gran decisión se vio claramente en el año 1865, cuando por un sentido de apoyo americanista, Chile decidió tomar el liderazgo de los países del continente, declarándole la guerra a España, con lo que también estampaba en el concierto internacional, la determinación del estado chileno de enfrentarse con tal potencia como lo era España.

O    Inicio de la Guerra del Pacífico: Ocurrió así también cuando en el año 1879, el presidente de Bolivia general Hilarión Daza, decidió no respetar el tratado limítrofe de 1874 (impedimento de alza en el impuesto a todo capital chileno entre los paralelos 23° y 24° de latitud sur, por los siguientes 25 años). Este agravio materializó la firme respuesta del presidente de Chile don Aníbal Pinto, quien “…ordenó que fuerzas nacionales se trasladaran al desierto de Atacama. No quedaba a Chile otro camino que devolver a la numerosa población chilena la confianza y el bienestar de que la administración boliviana les había hecho carecer” (Chile M. d., Motivos que justifican la reivindicación del territorio comprendido entre los paralelos 23° y 24° latitud sur, 1879). De esta manera, Chile dejaba nuevamente claro que no se dejaría pasar a llevar por las acciones hostiles y deliberadas de otro estado, ya que lo anterior, junto al tratado secreto Perú-boliviano de 1873, daban motivos suficientes para ver amenazadas la soberanía y perspectivas económicas chilenas, lo que conllevaba directamente a la pérdida de influencia de Chile en el Océano Pacífico.

O    Presencia naval del crucero Esmeralda en Panamá, 1885: Uno de los hechos menos recordados y más importantes referentes a la determinación chilena por defender sus intereses en el concierto internacional, fue lo ocurrido el año 1885 con el crucero Esmeralda. Según se puede leer en las memorias de su comandante, el capitán de navío Juan López , al llegar el crucero a las costas de Ciudad de Panamá el 28 de abril de ese año, pudo observar el conflicto interno que se vivía en esa ciudad, donde su sociedad se había dividido en apoyar a capitales estadounidenses por una parte y a franceses por otra, con tal de tener el control del transporte interoceánico del comercio en esa zona (los primeros con ferrocarriles y los segundos con la construcción del canal de Panamá). Por lo anterior y ante la falta de fuerzas para aplacar las revueltas, el gobierno de Colombia (en ese entonces estado al que pertenecía Panamá) solicitó el apoyo militar a Estados Unidos para apoderarse del istmo, quienes desembarcaron en Colón e interrumpieron el tránsito comercial interoceánico. Representando esto, una seria amenaza para Chile y su comercio, es que el comandante López “…resuelto a defender los principios de confraternidad hispanoamericana, audaz e inflexible, anunció que en nombre de Chile tomaría posesión de Panamá para resguardar el orden.Transcurrido el plazo de notificación, desembarcó tropas y ocupó la plaza de Panamá, produciendo una notable impresión. Días más tarde, la Marina de Estados Unidos reembarcaba sus fuerzas en Colón, a la vez que los marinos chilenos hacían lo mismo en Panamá, devolviéndole su integridad y regresando a bordo del Esmeralda” (Tromben, 2008). Una vez más, Chile proyectaba su poder naval como brazo político en el concierto internacional, para hacer valer sus intereses.

O    Toma y posesión de la Isla de Pascua, 1888: Una de las decisiones de mayor trascendencia en nuestra historia ha sido sin duda la toma y posesión de la Isla de Pascua por parte de Chile, acto realizado por la visión del capitán de corbeta Policarpo Toro, quien logró que el Estado de Chile anexara esta isla al territorio nacional por medio del “Acuerdo de Voluntades”, documento que oficializó la incorporación de la Isla de Pascua al territorio chileno el 9 de septiembre de 1888 (Chile A. d., 2014).

    Debido a estas gestiones, el país pudo extender sus posesiones hacia Oceanía, en esta isla que es considerada por el Estado (junto a las islas Sala y Gómez) como un “territorio de incuestionable valor estratégico, siendo éstas (islas) los pilares fundamentales del Mar Presencial de Chile y nuestro territorio marítimo en el océano Pacífico, considerado eje del desarrollo de la humanidad en el siglo XXI” (Bachelet, 2008).

O    Construcción de grandes obras portuarias y marítimas: No sólo en conflictos se vio decisiones políticas firmes y trascendentes por velar por el dominio en el Pacífico y resguardar los intereses chilenos en el exterior, sino que hubo también políticas públicas internas que buscaron potenciar nuestra proyección marítimo-comercial hacia el exterior, invirtiendo en la mejora de obras públicas portuarias a lo largo de todo el territorio nacional. De esta manera, el 7 de septiembre de 1910 se promulga la Ley N° 2.390 que disponía la creación de la Comisión de Puertos, siendo la única vez que Chile vería políticas públicas de mega obras portuarias para el desarrollo nacional. Sólo en Valparaíso costaron CLP $37.577.480 (Chile D. 1., 1912) de la época, equivalentes a USD 1.641.622.120 actuales aproximadamente,1 lo que se tradujo en una importante transformación para la ciudad-puerto, construyéndose los terminales portuarios existentes en la actualidad más 700 mts de rompeolas (molo de abrigo), quedando pendientes 300 mts., cuya construcción nunca finalizó. Además, se ganó varios metros al mar en la actual Avenida España, lo que, junto a los proyectos de mejora de todos los puertos del litoral, contribuyó a consolidar la presencia de Chile en el Pacífico, posicionándolo como uno de los países latinoamericanos con las estructuras portuarias más avanzadas de la época, permitiéndole ser un país-puerto predominante en el pacífico latinoamericano.

O    Una marina de guerra potente y dinámica: En la década de 1920 y 1930, Chile tuvo una de las más grandes flotas de Latinoamérica, quedando incluso en mejor nivel que Brasil, lo que le dio la hegemonía en Latinoamérica y el Pacífico Sur. En 1930, la Armada de Chile contaba con dos escuadras de gran tonelaje y capacidad bélica, como lo fueron la Escuadra de Evoluciones (flota principal compuesta por el crucero O’Higgins, destructores Riquelme, Hyatt, Videla y Aldea, además del submarino Simpson y los remolcadores Gálvez y Artilleros) y la Escuadra de Instrucción (flota secundaria compuesta por el acorazado Almirante Latorre junto a los destructores Lynch, Orella y Serrano) (Bravo, 2010). Estas fuerzas dieron gran prestigio y peso geopolítico a la nación en el concierto internacional, lo que les trajo gran estabilidad a las fronteras, siendo un elemento disuasivo en las relaciones exteriores de la nación.

Causas de la perdida de influencia geopolítica de Chile en el Pacífico, durante el siglo XX

A comienzos del siglo XX, Chile gozaba de un grado de influencia enorme tanto en Latinoamérica como en los países americanos de la costa del Océano Pacífico, lo que le daba la potestad de surcar los mares del Pacífico sin mayor contraparte, permitiéndole proyectar sus intereses políticos y comerciales hacia otros países de la región. Esto le trajo a Chile enormes beneficios económicos y le otorgó ser un país de influencia marítima respetable, principalmente por su potencial bélico naval. Sin embargo, posterior a la Primera Guerra Mundial comenzó un estancamiento en el progreso del país en todas sus áreas, lo que conllevó a una disminución considerable de la influencia geopolítica de Chile en la región, ocurriendo esto principalmente por las siguientes causas:

O    Desvalorización progresiva del salitre: Posterior a la Primera Guerra Mundial, los países vencedores establecieron que habría un comprador único entre ellos, lo que les daba la ventaja de regular la oferta/demanda. Aunque Chile intentó reaccionar estableciendo su precio de manera arbitraria, no logró su objetivo, por lo que el precio del salitre disminuyó considerablemente, al igual que su producción y exportación. Siendo el salitre nuestra principal fuente de ingresos, su producción disminuyó de 2.051.00 toneladas métricas en 1920 a 613.000 en 1921 (Bravo, 2010), lo que trajo el aumento de la cesantía en las pampas nortinas (más de 11.000 mineros cesantes sólo en 1920 (Bravo, 2010)) y por consiguiente, el aumento de desempleados en la zona central (gente desplazada desde el norte), creando una profunda crisis social e iniciando el final de la bonanza económica de Chile.

O    Periodo revolucionario 1924-1932 y pérdida de estabilidad nacional: Entre los años 1920 y 1925, el país sufrió un periodo de crisis económicas que minaron la estabilidad nacional y lo encaminaron hacia la gran crisis económica de 1929 (Bravo, 2010), lo que traería consecuencias que perduraron por décadas, marginando a Chile del progreso y protagonismo regional hasta la década de 1980. Chile había entrado en un círculo vicioso de ambiciones personales y desprestigio internacional, lo que lo llevó desde la cúspide del progreso latinoamericano a ser “uno más del barrio”.

O    Ascensión de Estados Unidos como potencia mundial, 1945: Posterior a la Segunda Guerra Mundial, éste logró imponerse como la principal potencia naval y marítima mundial, lo que afectó directamente a la influencia marítima de Chile en el océano Pacífico, quitándole el peso geopolítico alcanzado en las décadas previas y restándole la influencia que había gozado en el Pacífico Sur.

Proyección de la doctrina Portales en el siglo XXI

O    Intereses nacionales: Los intereses nacionales no comenzaron a ser escritos sino hasta finales del siglo XX, lo que, sumado a las crisis externas e internas vividas durante el mismo siglo, llevó al país a “perder el rumbo” y a demostrar la necesidad de una hoja de ruta que plasmase objetivos y/o intereses nacionales para guiar las políticas nacionales. Por lo anterior, en 1997 se publicó el “Libro de la defensa nacional de Chile” (Chile M. d., 1997), el que por primera vez plasmaba objetivos permanentes del Estado chileno, de los cuales se desprenden los intereses de política exterior actuales (Chile M. d., Intereses de la política exterior de Chile, 2022) destacando entre otros, los siguientes: promover los intereses económicos de Chile; contribuir al fortalecimiento del multilateralismo; promover la paz y seguridad internacional y promover los intereses marítimos y antárticos de Chile. Si bien estos intereses buscan insertar a Chile en el mundo, carecen de la búsqueda de liderazgo internacional, lo que, junto a la posición privilegiada del país en el Océano Pacífico, podrían potenciar el desarrollo de estos intereses nacionales, así como asegurar la obtención de beneficios por ser un líder o potencia regional en el Pacífico.

O    Beneficios de Chile como potencia en el Pacífico: Ser un líder a nivel regional requiere carácter, unidad y decisión, no sólo por la responsabilidad que conlleva (lo vivimos en la primera década de este siglo, cuando Estados Unidos quiso saber si Chile apoyaba la invasión de ese país a Irak), sino que también por el esfuerzo constante a nivel nacional de impregnarse de una visión común, de ser referencia y ser mejores; un país cuya palabra valga más que la de otros, permitiéndole obtener beneficios por medio de la influencia con las potencias mundiales.

    Si Chile decidiera impregnar la visión de Portales en sus objetivos e intereses nacionales, de manera clara y evidente, nos permitiría ser el país-puerto de entrada para todo el comercio del Asia-Pacífico hacia Latinoamérica, sobre todo hacia Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, permitiéndonos aprovechar tanto los beneficios económicos como beneficios políticos, al tener estos países que depender comercialmente de nosotros

    En los ámbitos de geopolítica y seguridad, el país sería aún más respetado y considerado en las decisiones geopolíticas asociadas al Pacífico. Respecto a las actividades que ha tenido el país en el Pacífico, por intermedio de su Armada, ha participado activamente en el ejercicio naval RIMPAC, en el cual se ha destacado como el único país de habla no inglesa en liderar una fuerza de tarea. También, la reciente adquisición de dos fragatas australianas clase “Adelaide” estrechó lazos con la Royal Australian Navy, abriendo la oportunidad de ser considerados como un aliado estratégico, en su impulso de mantener la seguridad de las aguas del Pacífico.

O    Iniciativas de materialización de la doctrina Portales: Con el propósito de señalar las acciones que, de forma prioritaria, debería realizar el país para materializar la Doctrina Portales, es lo que a continuación se indican las que, según se estima, debiesen ser consideradas:

    1.    Estipular esta visión en los objetivos e intereses nacionales, especialmente en los de relaciones exteriores, defensa y seguridad, ya que así, se podrá influenciar en la mentalidad nacional y ejecutar acciones que permitan posicionar a Chile como una potencia latinoamericana en el océano Pacífico.

    2.    Potenciar los puertos nacionales para recuperar la hegemonía portuaria comercial de Sudamérica, transformándolos en puertos del siglo XXI, con gran capacidad de recepción de buques y de carga. Cabe destacar la necesidad de transformar a Valparaíso y San Antonio en mega puertos que compitan entre sí, así como que, en conjunto, logren ser atractivos para monopolizar el comercio del Asia-Pacífico entrante al continente latinoamericano. También es importante que Punta Arenas se transforme en un puerto hacia la Antártica, con gran capacidad de atraque de buques de transporte y de carga y de resguardo ante malas condiciones meteorológicas, con el propósito de que sea el puerto austral más atractivo del hemisferio.

    3.    Incentivar políticas sociales, económicas, militares y de intercambio cultural con potencias afines de la cuenca del Pacífico, con el propósito de demostrar nuestra intención de liderazgo.

    4.    Potenciar a la Armada de Chile para generar la jurisprudencia que le permita proyectar a Chile internacionalmente como potencia en el Pacífico. Para lo anterior, se le debe dotar de capacidades para que pueda patrullar con mayor frecuencia el mar presencial, hacer presencia en la cuenca del Pacífico, resguardar el medio ambiente y recursos naturales (incluida la Antártica) y proteger a las naves mercantes internacionales en las zonas de piratería del océano Pacífico que afecten nuestros intereses.

Conclusiones

Chile debe tomar la gran decisión de asumir su ventajosa posición geopolítica y comenzar a ser un líder regional, de forma deliberada y objetiva, sin tapujos ni dudas, ya que esto es lo único que le permitirá tener el peso geopolítico necesario para cumplir sus intereses nacionales y llegar al desarrollo real. Si bien en algún momento Chile pareció tener claro su interés por ser un líder regional, en el tiempo y por distintas circunstancias perdió ese espíritu y comenzó a ser “uno más del barrio”. La doctrina Portales debe estar en el corazón de cada político, diplomático y militar, ya que, aunque el país no vaya a ser una potencia mundial en todos los ámbitos, sí puede ser un líder regional que se codee con las potencias mundiales en el área multilateral, permitiéndole ser parte del grupo de países que han comenzado a liderar las acciones geopolíticas y comerciales de la cuenca del Pacífico y de lo cual aún podemos ser protagonistas.

Bibliografía

  1. Silva R. (1954). Ideas y confesiones de Portales. Editorial del Pacífico.
  2. Centro de estudios bicentenario. (s.f.). Protocolo y tratado de límites entre Chile y Bolivia del 6 de agosto de 1874. Obtenido de http://www.bicentenariochile.cl/index.php?option=com_content&view =article&id = 116:protocolo-y-tratado-de-limites-entre-chile-y-bolivia-6-de-agosto-de-1874&catid= 15:guerra-del-pacifico&Itemid=9
  3. Ministerio de relaciones exteriores de Chile. (1879). Motivos que justifican la reivindicación del territorio comprendido entre los paralelos 23 y 24 latitud sur. Imprenta de la Patria.
  4. Tromben, Carlos. (2008). Presencia del crucero “Esmeralda” en Panamá. Centro de estudios latinoamericanos Justo Arosemena.
  5. Armada de Chile. (2014). ¿Cuál es nuestra historia?. Obtenido de http://www.armada.cl/prontus_armada/site/ artic/20080925/pags/20080925191955.html
  6. Bachelet, Michelle. (2008). Mensaje de S.E. la Presidenta de la República con el que inicia un proyecto de ley que establece el estatuto especial de gobierno y administración para el territorio de Isla de Pascua. Gobierno de Chile.
  7. Ministerio de Hacienda. (1910). Ley 2.390. Biblioteca del congreso nacional de Chile.
  8. Comisión de puertos (1912). Informe de la comisión de puertos N°312, relativo a las propuestas públicas para la construcción de las obras de mejoramiento del puerto de Valparaíso. Oficina de puertos.
  9. Decreto de la presidencia. (1911). Decreto N° 1301. Boletin de leyes i decretos del gobierno.
  10. Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (2000) Estudio “Economía Chilena 1810-1995: Estudio Estadístico”. Pontifica universidad católica de Chile.
  11. Bravo, Germán. (2010). La Sublevación de la Escuadra y el Periodo Revolucionario 1924-1932. Ediciones Altazor.
  12. Ministerio de Defensa Nacional. (1997). Libro de la defensa nacional de Chile.
  13. Ministerio de relaciones exteriores. (2022). Intereses de la política exterior de Chile. Obtenido de https://minrel.gob.cl/minrel/politica-exterior/intereses-de-la-politica-exterior-de-chile

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