Revista de Marina
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Presentación: "La Sublevación de la Escuadra y el Período Revolucionario 1924 - 1932"

  • BALARESQUE WALBAUM, JORGE

Por BALARESQUE WALBAUM, JORGE

  • Fecha de publicación: 01/10/2001. Visto 125 veces.
PRESENTACIÓN “La Sublevación de la Escuadra y el Período Revolucionario 1924-1932”. Germán Bravo Valdivieso. Jorge Balaresque Walbaum * Es un gran honor el que don Germán me haya solicitado presentar su libro “La sublevación de la Escuadra y el Período Revolucionario 1924-1932”. Este desafío lo enfrento con especial interés, dada la importancia del tema que analiza el evento más negativo que ha afectado a la Armada de Chile -Institución fundamental de la Patria- en su larga historia. Este especial interés está motivado por ser quien les habla hijo de marino, que por coincidencia ingresó a la Escuela Naval en 1924, y además yerno de un almirante que vivió como cadete estas tristes circunstancias a bordo del acorazado Latorre en Coquimbo. De ellos siempre escuché trozos, un poco desconectados unos de otros, de estos trágicos sucesos. Lo anterior sumado a ciertos estudios que me tocó efectuar al respecto en Talcahuano constituyen elementos que motivan en mí una gran curiosidad por conocer más de esta tragedia, por que no es otra cosa. Don Germán Bravo Valdivieso, nació en Santiago en 1933, ingresó en 1949 a la Escuela Naval de la cual egresó como oficial único, retirándose en 1956 con el grado de teniente segundo. Posteriormente, en 1978, se titula como Ingeniero Constructor Naval, en la Universidad de Concepción, donde obtiene el Premio Universidad por su rendimiento académico. Desde entonces su vida laboral ha estado ligada a su profesión. Durante su vida, Germán Bravo ha sido un apasionado de la Historia y los procesos políticos, especialmente los relacionados con nuestro país, debido a que, desde muy joven, le tocó conocer de ellos muy de cerca, pues su abuelo fue el general de ejército don Luis Brieba Arán, Ministro de Guerra de Arturo Alessandri en 1924 y su padre el Auditor General de Guerra don Leonidas Bravo Ríos, a quien le correspondió conocer los más bullados casos políticomilitares de la primera mitad del siglo pasado. En 1997 publica su primer libro “El Patio Trasero”, ensayo donde analiza las relaciones entre los Estados Unidos y Chile entre 1810 y 1996. Esta obra actualmente tiene su cuarta edición en prensa. Este trabajo que hoy felizmente culmina, es el resultado de cinco años de paciente investigación, de cuidadoso examen de gran número de documentos nacionales y extranjeros - como lo atestigua la rica bibliografía consultada-, de entrevistas a actores que aún viven, y de rigurosa interpretación. En esta etapa en que el historiador acucioso verifica sus fuentes, es en la que tuve el gusto de conocerlo, y poder apreciar así personalmente, su dedicación y rigurosidad. Sesenta y nueve años parecen ser un plazo suficientemente prudente para permitir analizar descarnadamente, y ya sin la pasión del momento, los sucesos del 31. Los eventos históricos no ocurren en un vacío, de esta manera el autor para escribir sobre “el más grave acto de indisciplina castrense que ha conocido nuestra república”, como él lo denomina, efectúa un acabado e interesante análisis de la historia previa que le permite al lector conocer el telón de fondo donde se irán proyectando los diversos acontecimientos y donde los distintos actores, al representar sus papeles, fueron construyendo esta tragedia. De esta manera el autor llega a situar en 1924, lo que denomina el desquiciamiento político, como la verdadera culminación de errores o desaciertos sucesivos en la conducción política de la nación, determinados personajes llegan a inducir la indisciplina de las instituciones de las fuerzas armadas, para buscar apoyo a sus particulares diseños de solución. Por cierto es tan compleja la situación y tan grande la pugna por el poder y la cantidad de actores involucrados, que el autor elige analizarlos por separado: Ejército y Armada. Es así como, al llegar al año 1931, a todos quedará claro que la situación del país es extraordinariamente grave en todos los ámbitos nacionales: crisis económica gravísima; falta de liderazgo político, inevitable después de años de lucha entre los pretendientes al poder; indisciplina en los cuarteles producto de situaciones increíbles. Es en ese ambiente que se dispara la rebelión de la Escuadra en Coquimbo, gatillada por la rebaja a los sueldos, evidentemente promovida por el partido comunista y dirigida por un núcleo se puede decir preparado, para coordinar el motín. Ocurridos los hechos, el lector podrá seguir el desarrollo de los distintos acontecimientos en Santiago y Coquimbo; las exigencias que llegan desde la reposición de los sueldos, política exterior y reforma agraria; las difíciles negociaciones; la candidez de algunos; el aprovechamiento de otros para su propio beneficio o el de sus instituciones; la falta de liderazgo y los ejemplos de quienes lo ejercieron correctamente. Lo acontecido en el Apostadero -hechos poco conocidos- donde la falta de mando fue vergonzosa, y que agravó aún más el conflicto. Las acciones de la naciente Fuerza Aérea, lo sucedido en Quintero y Valparaíso. La lucha por recuperar la base en Talcahuano. La desmoralización de las tripulaciones y la entrega de los buques. Posteriormente se exponen los juicios, con los distintos Consejos de Guerra, las descoordinaciones, postergaciones de las ejecuciones con sus posteriores indultos e incluso premio a algunos de los involucrados. Conjurada la sublevación, no termina la crisis de gobierno, muy por el contrario la sucesión de eventos continúa por meses, a un ritmo impuesto por ambiciones particulares que el texto permite seguir con claridad a pesar de lo intenso. Al finalizar su lectura, podremos comprender tal vez porque de este tema no se hablaba: se trata de una época de nuestra historia que fue mejor olvidar, fueron muchos más los desaciertos, por ocupar una palabra suave, que los aciertos. Repitiendo lo dicho anteriormente, sesenta y nueve años parecen ser un plazo suficientemente prudente para permitir analizar descarnadamente, y ya sin la pasión del momento, los sucesos del 31. Para terminar, es necesario destacar el gran esfuerzo de su autor y el éxito logrado al enfrentar con tan buenos resultados una situación tan compleja. Este empeño se verá premiado por la utilidad que necesariamente prestará a quienes deseen profundizar algún hecho en particular, y en general a todos los que lo lean con atención, como dura lección del pasado. Felicitaciones. * Contraalmirante. Oficial de Estado Mayor, Profesor de la Academia de Guerra Naval.

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