- Fecha de publicación: 01/10/2010.
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- Introducción.
E
ste año, junto con conmemorar
el bicentenario de nuestra patria,
celebramos 99 años de la creación
de la especialidad de Estado Mayor en la
Armada de Chile. En efecto, esta especia-
lidad que por casi cien años ha otorgado
a distintas generaciones de o ciales,
competencias especiales para desempe-
ñarse e cazmente en diversos ámbitos
de nuestra institución y en diferentes
momentos de nuestra historia, nos hace
evocar a nuestros antepasados que
poco a poco fueron forjando una señera
especialidad que hoy se aproxima nave-
gando raudamente al siglo de vida. Por
ello, como especialista más antiguo en
Estado Mayor en servicio activo de la
Armada de Chile, he creído necesario
hacer un justo reconocimiento a todos
los o ciales que han lucido o que actual-
mente lucen con orgullo en sus pechos
la medalla de la Diosa de la Sabiduría.
No cabe duda entonces, que una
de las capacitaciones fundamentales
de los o ciales de marina y que mayor
relevancia ha evidenciado en el perma-
nente esfuerzo institucional destinado a
optimizar el cumplimiento integral de la
misión de la Armada, ha sido el desarro-
llo de la especialidad de Estado Mayor,
cuya Alma Mater es la Academia de Guerra Naval, entidad que con el justi-
cado orgullo que otorga una brillante
trayectoria docente, como también una
fructífera labor en la formación de los
mencionados especialistas, contribuye
con la enseñanza que imparte a otor-
gar competencias a sus egresados, de
manera que, posteriormente, desde
cualquier posición en donde tengan que
servir a la institución, sepan hacerlo,
asesorando acertadamente al mando o
bien tomando aquellas decisiones que
optimizan el accionar de la Marina.
- Reseña histórica.
Los orígenes de la Academia de
Guerra Naval y, consecuentemente, la
historia de la especialidad de Estado
Mayor en la Armada de Chile, se remon-
tan a la inquietud profesional que a nes
del siglo XIX quedaba re ejada en un artí-
culo publicado en la edición de Revista
de Marina del 31 de enero de 1897,
donde se resaltaba la imperiosa necesi-
dad de contar con un Estado Mayor para
la Armada y, previamente, con un orga-
nismo que formara a sus integrantes.
Como fundamento de lo anterior se seña-
laba: “si durante la paz se descuidan los
servicios permanentes de la Marina, no
puede exigirse en el momento del con-
icto una organización completa, pues
NONAGÉSIMO NOVENO
ANIVERSARIO DE LA
ESPECIALIDAD DE ESTADO
MAYOR EN LA ARMADA DE
CHILE
* Comandante en Jefe de la Armada. Oficial de Estado Mayor. Graduado del U.S. Naval War College (NCC-97). Magíster en
Ciencias, mención Administración, de la Universidad Salve Regina, Newport, R.I., y Magíster en Ciencias Navales y Marítimas,
mención Geopolítica, de la Academia de Guerra Naval. Preclaro Colaborador de Revista de Marina, desde 2003.
COMANDANCIA EN JEFE
Edmundo González Robles*
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no es posible pensar en los instantes de
apuro y confusión, propios del estado
de guerra, en remediar las muchas faltas
que deberían ser previstas a tiempo y
estudiadas con madurez para ponerles
el remedio oportuno. Esta es la obra del
Estado Mayor en toda marina media-
namente bien organizada y de aquí es
que todas las naciones que poseen una
marina, tienen organizados sus Estados
Mayores que velan por el buen servicio y
la disciplina de ella para que se halle dis-
puesta al n primordial a que obedece su
organización”. Asimismo se agregaba:
“no basta tener buques, cañones y ele-
mentos de combate; es necesario que
ellos estén en el estudio de e ciencia
más satisfactorio para sacar todo el pro-
vecho en el momento del con icto”.
La necesidad surgía en una época
en la cual la Armada esperaba un nota-
ble incremento y modernización de su
material, lo que hacía imprescindible
adoptar una organización moderna y
crear los organismos necesarios que
permitieran enfrentar las exigencias
propias del avance tecnológico y opti-
mizar el rendimiento de los nuevos
medios que serían recibidos.
- El Estado Mayor General de la
Armada.
En diciembre de 1897 y bajo la rma
del Vicealmirante don Luis A. Goñi, un
completo proyecto de dieciocho capí-
tulos establecía, en forma detallada y
precisa, la posibilidad y alcance de la
constitución de un Estado Mayor para la
Armada. Con ello se sembraba la semi-
lla que daba origen a un enriquecedor
debate profesional, como necesario
preámbulo de los hechos concretos que
registraría la historia.
Así, el 10 de agosto de 1898, por
Ley N° 1060, se creó la O cina de Infor-
maciones Técnicas de la Marina, enti-
dad de asesoría que se convirtió en
el organismo precursor del Estado
Mayor General. Esta O cina se abocó a estudiar el poderío marítimo de las
potencias extranjeras, a elaborar los
Planes de Movilización y Maniobras de
la Armada y, en general, a estudiar la
organización y preparación de la Institu-
ción para la guerra.
Sobre la base de la O cina de Infor-
maciones Técnicas, y luego de die-
cisiete años de funcionamiento, por
Decreto Supremo N° 2334 del 18 de
diciembre de 1915, se crea el Estado
Mayor de Marina, reorganizando la
estructura funcional en los departa-
mentos de Operaciones, Informaciones,
Transporte y Movilización. Más tarde,
el Decreto Supremo N° 1077 del 14 de
mayo de 1927, que reorganiza los Ser-
vicios Superiores de la Marina, esta-
blece la actual designación de Estado
Mayor General de la Armada.
- La Academia de Guerra Naval.
Por su parte, el 9 de octubre de
1911 se crea la Academia de Guerra
Naval, cuyo propósito inicial consistió
en capacitar a O ciales para asesorar
apropiadamente al Mando frente a las
exigencias de empleo y rendimiento del
nuevo material naval que sería recibido
y que incorporaba los avances tecnoló-
gicos propios de esa época. Para lograr
lo anterior, se hacía necesario el estudio
de la guerra desde todas las perspecti-
vas del conocimiento, ya que sólo una
visión completa e integral permitiría
desarrollar la capacidad de asesoría que
el mando naval visualizaba.
El nombre para identi car al organismo
encargado de formar los mencionados ase-
sores debía representar la idea de estudio
y perfeccionamiento constante en torno a
las ciencias vinculadas a la guerra, por lo
que se eligió la denominación de “Acade-
mia”, emulando de esa forma los jardines
que Akádemos donó al pueblo ateniense
y que —junto con permitirle a Platón y sus
discípulos desarrollar las memorables plá-
ticas en torno a su doctrina— constituyó el
lugar consagrado a la diosa de la sabiduría,
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Minerva, cuya es nge actualmente adorna
la medalla que con orgullo ostentan quie-
nes alcanzan la condición de o ciales espe-
cialistas en Estado Mayor.
La estrecha relación existente y la
comunidad de inquietudes profesionales
que en una misma época dieron origen al
nacimiento del Estado Mayor General de
la Armada, como organismo de represen-
tación máxima de la función inherente a
la especialidad; de Estado Mayor; y de la
Academia de Guerra Naval, como entidad
responsable de la formación y capacita-
ción de los mencionados especialistas;
permitieron instituir el día 9 de octubre,
como aniversario de la especialidad que
concreta su acción asesorando en forma
oportuna, fundamentada, leal y muchas
veces anónima, a quienes tienen el pri-
vilegio de ejercer el Mando. Hoy en día,
la Academia de Guerra Naval de Chile
ostenta el privilegio de ser la segunda
más antigua del mundo en su género,
después de la Academia de Guerra
Naval estadounidense, (U.S. Naval War
College) que fue creada el año1884.
- Formación Tradicional del
Especialista en Estado Mayor.
La importancia de las funciones que
cumple el o cial especialista en Estado
Mayor exige que la entidad formadora,
la Academia de Guerra Naval, conju-gue armoniosa y complementadamente
aquellos principios y valores inmuta-
bles en el tiempo, con las exigencias de
perfeccionamiento y actualización que
impone el progreso y las nuevas tecnolo-
gías aplicadas al ámbito de la guerra en
el mar. Por ello, los esfuerzos se orientan
a optimizar en forma constante los pro-
cesos formativos, lo que en el presente
se traduce en la implementación de pro-
gramas que se ajustan plenamente a la
cantidad de tiempo que la Institución
puede razonablemente destinar a ese
proceso formativo y, por sobre todo, a
las exigencias que en el futuro próximo
deba enfrentar cada especialista en su
desempeño profesional.
El proceso de formación del O cial
de Estado Mayor exige -además de los
conocimientos teóricos y de la parti-
cipación en ejercicios de simulación y
adiestramiento en la toma de decisiones
en ambientes de presión- un completo
conocimiento del territorio nacional y
sus principales características bajo el
prisma de la geopolítica y la seguridad
nacional, lo que se com-
plementa con visitas de
conocimiento a distin-
tas zonas geográ cas de
interés. Sin embargo,
más allá de conocer y
estudiar nuestro escena-
rio geográ co y sus pro-
yecciones; más allá de
entregar distintos conoci-
mientos aplicables al arte
de la guerra; más allá de
posibilitar la obtención
de un per l privilegiado
en valores espirituales y
morales que incentivan
la inquietud por analizar críticamente el
entorno y buscar las mejores solucio-
nes aplicables a los distintos problemas
militares; más allá de todo ello, el o -
cial especialista en Estado Mayor, recibe
todos los instrumentos necesarios que
le permiten desarrollar la capacidad de
Actuales dependencias de la Academia de Guerra Naval.
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pensamiento y acrisolar un criterio pro-
fesional amplio que podrá aplicar sin
sesgos durante toda su carrera naval.
- Currículum Formativo del ofi cial de
Estado Mayor
El o cial de Estado Mayor recibe
una capacitación y formación tal, que le
permite comprender y enfrentar acer-
tadamente las situaciones cambiantes,
que caracterizan el siempre dinámico
entorno polí-
tico-estratégico
internacional
como de nues-
tro país.
El actual
curriculum for-
mativo que
dicta la Acade-
mia de Guerra Naval a sus educandos,
está confeccionado de manera que se
entreguen herramientas a los alumnos,
que les permita estudiar y analizar pro-
fusamente el fenómeno del con icto,
razonar respecto de sus causas y, prin-
cipalmente, comprender a cabalidad su
utilización como instrumento de la polí-
tica. De la misma forma, los alumnos
reciben herramientas que les permite
entender de mejor manera los riesgos,
amenazas y oportunidades que even-
tualmente podría enfrentar la nación en
un escenario especí co, lo que sumado
a los conocimientos adquiridos en la
asignatura de Plani cación, los hace
verdaderos expertos en esta área y les
permite comprender los múltiples facto-
res que inciden en el Arte Operacional,
el cual es aplicable en todo proceso de
plani cación destinado a solucionar un
problema militar.
Sin embargo, más allá del ámbito
académico, del criterio y de la solven-
cia profesional, los o ciales de Estado
Mayor deben ser capaces de entender
la naturaleza de los cambios y las impo-
siciones de las nuevas tendencias en
el mundo, y en ese contexto, proponer soluciones juiciosas que permitan situar
a la institución y al país, en un lugar de
privilegio frente a los desafíos venide-
ros, en los que la dinámica internacional
generará escenarios de cuya correcta
interpretación y manejo dependerán las
posibilidades de seguridad, de desarro-
llo y de bienestar futuro de Chile.
Para poder cumplir las metas plan-
teadas precedentemente, la malla curri-
cular del O cial de Estado Mayor está
orientada, funda-
mentalmente, a
desarrollar las
competencias
de los futuros
asesores y líde-
res de nuestra
institución, que
demandan los
desafíos de la Marina del presente y del
futuro.
El marco de referencia indicado,
hace que se hayan de nido los siguien-
tes principios y conductas, que deben
regir el per l y desarrollo académico de
un O cial de Estado Mayor, lo que debe
guiar todo el esfuerzo docente condu-
cente a la formación de dichos especia-
listas:
Profesionalismo.
Valor referencial para enfrentar los
desafíos educacionales, en el amplio
espectro de la palabra. Es el sentido
por desarrollar las diversas tareas que
se deriven con la mayor profundidad,
amplitud y excelencia posible.
Honestidad.
Conducta rectora de todo o cial de
marina y factor clave en la búsqueda
de las mejores decisiones.
Tolerancia.
Actitud fundamental para el e ciente
trabajo grupal, en la búsqueda del
respeto por las ideas de otros.
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Libertad en el pensamiento.
Muy ligada al valor siguiente, se
expresa para dejar en claro que la
trascendencia de las decisiones en
el ámbito de la guerra, obliga a dejar
libre la mente para alcanzar la mejor
solución.
Creatividad.
La originalidad puede llegar a ser el
factor clave del éxito en un ámbito de
competencia por un objetivo común,
razón por la que debe constituir siem-
pre una aspiración en el ámbito mili-
tar.
Trabajo en equipo.
Valor imprescindible en una función
de asesoría, donde la sumatoria de los
esfuerzos asegura la mejor decisión.
Perseverancia.
Valor imprescindible para abordar
empresas en que puede haber contra-
posición de voluntades e intereses y
en que muchas veces los plazos exce-
den el período de gestión de quienes
deben resolver o asesorar.
Por otro lado, es imprescindible que
todas las materias y asignaturas que se
dicten en torno a esta especialidad, no
pierdan de vista lo establecido en nues-
tra Doctrina Marítima Nacional, la cual
está destinada a optimizar la utilización
del mar en bene cio de Chile. Por ello,
las disciplinas y actividades que se desa-
rrollen en el curso de Estado Mayor,
deben considerar en forma explícita
los tres roles que de nen las funciones
de la Armada; es decir, el ámbito de la
Defensa Nacional, el Apoyo al desarro-
llo Socioeconómico del País y la contri-
bución a la Política Exterior del Estado.
- Desempeño profesional de los
especialistas en Estado Mayor
Tal como lo he manifestado en otras
oportunidades, creo pertinente asimilar la enseñanza e instrucción que recibe
todo O cial de Estado Mayor en la Aca-
demia de Guerra Naval, con los tres ejes
centrales que he de nido como man-
datorios en mi gestión de mando como
Comandante en Jefe de la Armada, dado
que muestra una perfecta sintonía y a -
nidad con ellos. Me re ero a la Satisfac-
ción de las expectativas personales;
a la Consolidación de una Armada
moderna, tecnológica, innovadora,
concentrada y conectada, orgullosa de
su pasado pero proyectada al futuro;
y lograr una Armada Integrada en el
sentido más amplio de la palabra.
Respecto a la Satisfacción de las
expectativas personales, la mejor
manera de que ellas se concreten, es
teniendo dotaciones preparadas, hecho
que se cumple de manera integral con
la formación que reciben los o ciales
de Estado Mayor, los cuales deben estar
altamente motivados y ávidos para cum-
plir las funciones de asesoría o mando
que la institución requiere y necesita.
Dentro de este eje, también he planteado
la educación como una prioridad para la
Marina, la cual debe ser de calidad, con
currículos exibles, con profesores e ins-
tructores altamente competentes y con
oportunidades de perfeccionamiento
tanto en Chile como en el extranjero.
En el caso de la Academia de Guerra
Naval esta situación se cumple plena-
mente, pudiendo decir con satisfacción
que contamos con profesores de una
alta idoneidad y excelencia académica,
los cuales son los pilares fundamentales
para asegurar que los alumnos que egre-
san de este instituto de educación supe-
rior, como especialistas, hayan recibido
los conocimientos y las competencias
requeridas.
En este mismo sentido, la capacidad
para analizar, para razonar y para resol-
ver con solidez, exibilidad, creatividad
y amplio criterio, como también el ser
capaces para trabajar en equipo, cons-
tituyen el principal y el más importante
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sello distintivo de esta especialidad,
hecho que constituye la característica y
la más rica esencia de todo plani cador.
A las características antes planteadas se
debe considerar que un o cial de Estado
Mayor tiene que estar dispuesto a par-
ticipar plenamente en Estados Mayores
Conjuntos, como también en el Minis-
terio de Defensa, sabiendo aportar la
visión de la Armada y la impronta insti-
tucional, ante las otras instituciones her-
manas de la defensa. Junto a lo anterior,
se requiere que los o ciales especialis-
tas en Estado Mayor tengan una lealtad
a toda prueba, que sean francos para
plantear sus inquietudes al mando, tole-
rantes para aceptar otras ideas como
también para recibir críticas a su trabajo,
sabiendo cooperar con la institución en
todos los niveles y
estamentos.
Un segundo
aspecto también
importante a consi-
derar es el Conso-
lidar una Armada
moderna, tecno-
lógica, innova-
dora, concentrada
y conectada, orgu-
llosa de su pasado
pero proyectada al futuro. En este sen-
tido, si bien la magnitud del terremoto
y maremoto ocurrido el 27 de febrero
pasado produjo daños de gran consi-
deración en nuestras instalaciones en
el área de Talcahuano, lo que implicó
invertir una gran cantidad de recur-
sos humanos y materiales para mitigar
dichos daños, a la vez que produjo efec-
tos cuya solución nal tardará años en
alcanzarse, puedo decir con orgullo y
satisfacción que hemos sabido salir de
esta emergencia y hemos empezado a
caminar hacia la normalidad. Un aspecto
destacable de esta situación es analizar
cómo nos organizamos para salir de
esta crisis, creándose diversos Órganos
de Maniobra ad-hoc con sus respectivos Estados Mayores, los cuales plani caron
detalladamente los pasos que se debían
seguir, primero para controlar la emer-
gencia y luego para iniciar la reconstruc-
ción. Todo lo anterior se logró porque se
crearon grupos de trabajo liderados por
o ciales de Estado Mayor, quienes con
esfuerzo, con perseverancia, con tesón,
con espíritu de cuerpo, con dedicación
y con voluntad, supieron imprimir en su
trabajo el sello característico que sólo
permite la idoneidad y la excelencia pro-
fesional.
Los esfuerzos humanos y materiales
desplegados para volver a la normali-
dad tras la catástrofe del 27 de febrero
pasado, no han sido impedimento para
continuar con los planes de concen-
tración en nuestra institución. En este
aspecto, la Acade-
mia de Guerra Naval
contará con nuevas
dependencias a
contar del próximo
año, habiéndose
plani cado celebrar
el centenario de su
creación, como el
de la especialidad
de Estado Mayor,
en el edi cio de la
actual Facultad de Sistemas de Armas
(ex Escuela de Armamentos) ubicado en
Las Salinas - Viña del Mar, el cual será
remozado para albergar a la Academia
de Guerra Naval.
El tercer eje requerido de mi ges-
tión es lograr una Armada Integrada
en el sentido más amplio de la pala-
bra. Me re ero a la Responsabilidad
social de la Armada ante la comunidad,
sabiendo que nuestra institución no
sólo cumple tareas en el ámbito de la
defensa o apoya la política exterior del
estado, sino que tiene una importante
participación en el desarrollo socioeco-
nómico del país. En este rol la Armada
no participa sola, ya que actúa con las
otras ramas de las Fuerzas Armadas
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y con otras agencias del estado. En
la práctica signi ca participar activa-
mente en el apoyo ante emergencias
o catástrofes, apoyo a zonas extre-
mas, como cualquier otra demanda
social que el estado requiera de la
Marina, conforme a su rol y especi ci-
dad. Todas estas materias y conceptos
deben estar acrisoladas y asimiladas
por los o ciales de Estado Mayor, por
cuanto nuestro país está afecto a la
ocurrencia de fenómenos de la natura-
leza con mayor rigurosidad que otras
naciones.
Cuando hablo de inte-
gración, debe conside-
rarse dar énfasis a todo
lo Conjunto, lo que sig-
ni ca aparte de estable-
cer buenas relaciones
con nuestros pares de las
otras instituciones de la
Defensa Nacional, mante-
ner estructuras bien coor-
dinadas y con vínculos de
con anza que aseguren la
e cacia y la e ciencia del instrumento
militar, incentivando el trabajo man-
comunado, para lo cual hay que actuar
con prudencia, tolerancia y generosidad,
teniendo siempre el bien de Chile por
delante. Creo que en este aspecto el rol
que juega el Curso de Estado Mayor es
muy importante, ya que cuando se es
alumno, se tiene la oportunidad de cono-
cer a los pares de las otras academias,
estableciéndose vínculos de amistad y
camaradería que perduran en el tiempo,
permitiendo que en el futuro se creen
redes que materializan un real apoyo
y conciencia conjunta. También en el
ámbito Conjunto, hoy más que nunca
tenemos que participar con entusiasmo
y voluntad en el proceso de moderniza-
ción del Ministerio de Defensa Nacional
y del Estado Mayor Conjunto, teniendo
claro que este último organismo ejercerá
el mando sobre aquellas fuerzas que le
sean asignadas en situación de crisis o guerra, para lo cual hay que entrenarse
y prepararse, como hombres de armas
que somos.
Otro aspecto relacionado con la
integración de la Armada, es la partici-
pación plena en las actividades Combi-
nadas, de manera de tener una marina
aún más integrada al concierto mundial,
con presencia internacional en activida-
des, ejercicios navales, foros y organi-
zaciones marítimas. Lo anterior se logra
reforzando las relaciones con las mari-
nas vecinales y regionales y participando
activamente en el ámbito internacional,
de acuerdo a los intereses
del Estado. De la misma
forma, se debe incentivar
el establecimiento de inter-
cambios profesionales con
marinas amigas, como tam-
bién creando convenios con
otras entidades estatales
y privadas, participando
en seminarios, simposios
y conferencias, tanto en el
ámbito nacional como en
el internacional, de manera de contribuir
abierta y decididamente a la apertura de
la institución a la civilidad y a la sociedad,
como una forma de que nos conozcan y
nos integren aún más. En este sentido la
Academia de Guerra Naval contribuye de
manera importante al recibir en sus aulas,
año a año, a alumnos de diversas partes
del mundo; al invitar frecuentemente a
diversas personalidades nacionales y
extranjeras que dictan conferencias de
aspectos de la actualidad; y al establecer
convenios con universidades nacionales
para el desarrollo de cursos de postgrado,
teniendo hoy en día un gran cantidad de
civiles que se honran por ser ex-alumnos
de la Academia de Guerra Naval.
- Refl exiones fi nales.
Desde Siempre, la especialidad de
Estado Mayor ha otorgado a los o -
ciales que poseen dicha competencia,
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EDMUNDO GONZÁLEZ ROBLES
los atributos necesarios para asesorar
adecuadamente al mando o para tomar
decisiones acertadas. Lo anterior eviden-
cia que el único camino que conduce a
la solidez profesional es haber asimilado
los conceptos que encierran las asig-
naturas impartidas en la Academia de
Guerra Naval, debido a que todos ellos
conducen y entregan al o cial de Estado
Mayor, las virtudes y conocimientos que
se requieren para servir acertadamente a
Chile en el mar. Al respecto, es necesario
tener conciencia que mientras la guerra
continúe siendo el campo de la actividad
humana donde el peligro, la incertidum-
bre y las exigencias físicas se mani es-
tan en mayor medida, la rigurosidad y la
excelencia, serán el sello de la formación
militar que todo o cial de Estado Mayor
Naval requiere ante cualquier circuns-
tancia.
Por ello, en este aniversario quiero
instar a todos los o ciales especialistas
en Estado Mayor, a que tengan con anza
en las habilidades que poseen y en la
experiencia que han acumulado a lo
largo de vuestras carreras. Permitan que
la creatividad y la intuición los ayude a
resolver y decidir con rapidez, porque
cuentan con el respaldo del conoci-
miento y de la práctica.
Recuerden también que bajo el
prisma académico, el concepto de la
“asesoría leal” requiere de valor intelec-
tual y de lealtad profesional. Valor inte-lectual para plantear vuestros puntos
de vista e incluso disentir en la discu-
sión, con juicio prudente y documen-
tado. Lealtad profesional para cumplir lo
resuelto por el mando, haciendo propia
la decisión del superior.
No olviden jamás, el sagrado deber
de ejercer el mando con plena conse-
cuencia entre vuestras palabras y actos;
como también, el hecho de ser extre-
madamente rigurosos en exigir que el
apego a la legalidad, a la honradez, a
la probidad y a la transparencia, cons-
tituyan los pilares del compromiso de
honor, lealtad y verdad que demanda
la conducción de los hombres y medios
que la Institución les confía.
Noventa y nueve años han trans-
currido desde que egresara la primera
promoción de Especialistas en Estado
Mayor de la Academia de Guerra Naval y,
hasta nuestros días, esta especialidad ha
estado a la altura de los tiempos. Por ello
hoy, junto con testimoniarles mi reco-
nocimiento por tan signi cativo logro
profesional en sus carreras, me permito
recordarles, que desde que adquirieron
el compromiso de explotar al máximo
las capacidades adquiridas, deben conti-
nuar con el mismo entusiasmo y también
con la misma energía, tal como aquellos
grandes hombres de mar que han con-
tribuido, con su visión e iniciativas, al
engrandecimiento de nuestra Institución
y de la Patria.
* * *
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