- Fecha de publicación: 01/02/2006.
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ALFRED THAYER MAHAN (1840-
1914), CONTRAALMIRANTE U.S.
NAVY, SU CONTRIBUCIÓN COMO
HISTORIADOR, ESTRATEGA Y
GEOPOLÍTICO
Jorge Terzago Cuadros *
Introducción.
C
uando un trabajo nos ofrece un
esquema de interpretación que fue
válido ayer, lo es hoy, y lo será, con
seguridad mañana, estamos hablando
de un clásico. Este es el caso de las obras
del Contraalmirante Mahan. Alfred Thayer Mahan (1840-1914),
fue un oficial naval norteamericano,
ascendido a Contraalmirante por sus
méritos intelectuales, educador y estra
-
tega. Considerado como la persona que
estableció los fundamentos de la histo
-
ria naval moderna, autor de más de una
docena de libros y 137 artículos, estable
-
ció la base para nuestra comprensión de
la época que va desde 1660 a 1815, época
de las velas de combate, cuando España,
Gran Bretaña, Holanda y Francia, esta
-
ban comprometidas en una lucha por
obtener ventajas económicas.
El método empleado por él era del
tipo deductivo, basando sus pensamien
-
tos a través de una serie de estudios de
historia naval universal como de asuntos
de ocurrencia internacional. La historia
enseñaba que aquel que podía dominar
el mar, también podía dominar a sus
enemigos. En esa época, el poder naval
constituía el medio más importante para
controlar el destino de las actividades de
una nación, al igual que el de sus rivales
de ultramar. Este filósofo del poder naval estaba
empeñado en prever en qué forma el
uso militar del mar podría determinar el
resultado de los dramáticos y peligrosos
cambios y desequilibrios en la política
mundial de 1900, donde la “Pax Britá
-
nica” estaba llegando a su fin con la apa
-
rición de Alemania, Japón y los Estados
Unidos de Norteamérica como potencias
navales. A la pregunta vital ¿qué reem
-
plazaría, y qué rol tendría el poder naval
en la dirección futura de los asuntos
internacionales? Mahan sabía que la his
-
toria contenía pistas valiosas que apun
-
tarían hacia una respuesta. La obra de mayor influencia de
Mahan, “La Influencia del Poder Naval
en la Historia” (1660-1783), publicada en
1890, constituyó un intento deliberado
por definir los principios del poder naval
en una época de transición tecnológica.
Donde el pensamiento naval iba que
-
dando rezagado con respecto a la tec
-
nología naval, especialmente en Estados
Unidos de Norteamérica,
1 razón por la
cual elaboró una teoría estratégica sobre
la cual fundamentar la doctrina estraté
-
gica naval para dicha nación. La década
siguiente estuvo saturada de aconteci
-
mientos internacionales de gran impor
-
tancia para la historia naval. Del mismo
modo, otra obra de renombre fue la
titulada “Estrategia Marítima”, publi
-
* Capitán de Navío, Oficial de Estado Mayor. ING.NV.ELN. Profesor Militar de Academia. Diplomado en Relaciones Internacionales Universidad Viña del Mar.
1.- Mead Earle, Edward.”Creadores de la Estrategia Moderna”, Tomo III, Círculo Militar, Buenos Aires, 1968, p. 220.
MONOGRAFÍAS Y ENSAYOS
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cada en 1911; ambas publi -
caciones impactaron a los
círculos gobernantes tanto
en el extranjero como en su
país. Fue el primer autor que
reconoció la importancia del
Control del Mar y el rol que
éste ha desempeñado en la
historia mundial. Mahan no sólo influyó
sobre los gobiernos para que
construyeran acorazados y
establecieran bases, sino que
los indujo a anexar territorios en ultramar
pensando que podrían proporcionarles
nuevas claves de control, como las rutas
del comercio oceánico o el paso de buques
de guerra. Es posible que Mahan mismo
haya sido uno de los causantes de la Pri
-
mera Guerra Mundial. Ciertamente, su
influencia sobre el Congreso de los Esta
-
dos Unidos de Norteamérica, el Empera
-
dor de Japón y el Kaiser de Alemania, era
profunda. Para los Lores comisionados del
Almirantazgo en Londres, sus escritos y
conferencias eran como música para sus
oídos, dado que les daba la justificación
ante el gobierno, la prensa y el pueblo, de
manera de obtener su apoyo y con ello
potenciar su Armada para que fuera capaz
de sostener el amenazado dominio marí
-
timo contra los rivales extranjeros. Los escritos de Mahan contribuye
-
ron al resurgimiento de un imperialismo
radicalizado entre las grandes potencias.
Las cuales se lanzaron en una desbocada
carrera destinada a apoderarse de colo
-
nias en ultramar. En esos años, Estados
Unidos de Norteamérica se expandió en
los océanos. Adquirió el archipiélago de
Hawaii en el centro de la cuenca del Pací
-
fico. Por medio de la guerra contra España
(1898) se apoderó de Guantánamo, Puerto
Rico y Filipinas. Se adueñó de la zona del
canal de Panamá, donde construyó el
estratégico paso interoceánico de unión
entre el Atlántico y el Pacífico. Sus teorías fueron exitosamente adopta
-
das por los Estados Unidos
de Norteamérica entre fines
del siglo XIX y las primeras
décadas del siglo pasado, lle
-
vando a dicho país a alcanzar
todos sus objetivos políticos,
económicos y militares.
Muchos reconocen en
Mahan al más importante
geopolítico a la fecha, quien
fuera siempre un ardiente pro
-
pagandista acerca de la expan
-
sión de los Estados Unidos de Norteamérica
hacia territorios y áreas de ultramar.
2
Dado lo relevante de su legado es
que se presenta este trabajo que pre
-
tende ilustrar respecto a la contribución
que el Contraalmirante Mahan desarrolló
en tres perspectivas diferentes a saber:
Histórica, Estratégica y Geopolítica.
Para lo anterior, se desarrolló el pre
-
sente estudio en cuatro secciones; en
la primera sección, se detallan algunas
nociones y conceptos relacionados con
Estrategia y Geopolítica, para facilitar los
contenidos de los capítulos siguientes;
luego en la segunda sección, se ve cuál y
cómo ha sido la visión de Mahan, a través
de la Historia en general, y a la Historia
Naval en particular; posteriormente en la
tercera sección, se ve de qué forma Mahan
influyó con su legado a la mejor compren
-
sión de la Estrategia; a continuación en la
cuarta sección, se muestra la contribución
efectuada por Mahan a la Geopolítica; para
finalmente mostrar algunas conclusiones,
que pretenden mostrar los aspectos más
relevantes del trabajo desarrollado, de
manera de resaltar aquellas ideas centra
-
les, que ha juicio del autor, deben quedar
plasmadas en el lector.
I.- Definiciones Básicas.
Los principios de la guerra deduci -
dos del estudio de la historia, permane
-
cen invariables entre los cambios que se
2.- Mahan, A.T. “La Influencia del Poder Naval en la Historia”, (1660-1783), Biblioteca del Oficial de Marina, A.G.N., Valparaíso, 2000.
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producen en los medios,
los que pueden originar
modificaciones en la apli
-
cación de aquellos.Los más notables cam
-
bios son ajenos al tema de
estrategia naval en sí. Y así
debe ser, necesariamente.
Tienen mucha influencia
sobre ella, pero en forma
indirecta. La estrategia
naval está basada sobre
verdades fundamentales
que formuladas correcta
-
mente, son llamadas, con
acierto, principios ; y estas
verdades, una vez confirmadas, son, natu
-
ralmente, invariables. Pero ello no significa
de ninguna manera que nuevos estudios
y nuevas formulaciones o experiencias
bélicas no proyecten más luz sobre estos
principios, y que no pueden introducirse
nuevos métodos en la aplicación de los
mismos. Ello significará progreso, tanto
en la práctica de la estrategia naval, como
en la exposición de sus leyes y principios,
a lo cual llamamos teoría
.
En nuestra profesión, el material de
progreso lo ofrece la experiencia bélica.
Así, siendo la historia el archivo de la
experiencia, si se estudia a fondo, revela
los múltiples y variados factores que inter
-
vienen en la guerra. La historia propor
-
ciona todos los factores característicos,
en tanto que el razonamiento, seducido
por sus propias sutilezas, está propenso a
pasar por alto lo que podría modificarlas. La historia en sí misma es preferi
-
ble a los principios formulados tomados
aisladamente; pues, siendo la historia
la narración de los hechos acaecidos,
desempeña la misión de lo que común
-
mente se denomina
práctica; es el relato
de la experiencia práctica. Luego lo fun
-
damental es el comprender los princi
-
pios, y luego corregirlos conforme a los
ejemplos que suministra la historia. La influencia de los océanos en la
vida de las naciones es la consecuencia de una realidad, por lo
común, inadvertida. El
mar es la mayor totalidad
de nuestra tierra y las
partes mayores en él son
solamente islas, nuestras
residencias están rodea
-
das por el agua, aún si se
hallan situadas bastante
tierra adentro, y en el
fondo de cada horizonte
que se extiende a lo lejos
brilla el mar. Se distinguen diver
-
sos factores geográficos,
políticos, económicos,
estratégicos y sociales que generan el
permanente y creciente influjo del mar
en la existencia de las naciones. Poder Marítimo es la capacidad de
crear, desarrollar, explotar y defender los
Intereses Marítimos de un país tanto en
la paz como en conflicto. En síntesis, con
-
siste en la facultad que tiene un Estado
para usar el mar en su beneficio. El Poder
Marítimo está integrado por dos elemen
-
tos de distinta naturaleza pero comple
-
mentarios: Los Intereses Marítimos, los
cuales le otorgan la sustancia y el Poder
Naval que los defienden. Al analizar con
detención el conjunto del Poder Marí
-
timo, se observa que los Intereses Maríti
-
mos encierran sus valores económicos y
sociales, mientras que el Poder Naval los
políticos y militares. Los primeros ingre
-
dientes concurren al desarrollo, mien
-
tras que los restantes, a la seguridad.
La sumatoria de desarrollo y seguridad
redunda en Poder Nacional. Lo anterior,
explica la existencia de Potencias Marí
-
timas prósperas y pujantes. Con mucha
frecuencia, Poder Marítimo se confunde
con Poder Naval por una mala traducción
del término “Sea Power”. Intereses Marítimos es el conjunto
de beneficios de carácter político, eco
-
nómico, social y militar que obtiene una
nación de todas las actividades relacio
-
nadas con el uso del mar. Las labores
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las realizan tanto el Estado como los
privados en la alta mar, aguas jurisdic
-
cionales, fondos marinos y litoral con la
finalidad de aprovechar sus facilidades
y explotar los recursos contenidos en
ellos. Los componentes de los Intereses
Marítimos son:
• Marina Mercante Nacional, transporte
marítimo y fluvial.
• Terminales Marítimos.
• Comercio Exterior.
• Flota Pesquera e Instalaciones de
Apoyo.
• Buques e Infraestructura de Investiga
-
ción Científica Oceánica.
• Industria Naval.
• Establecimientos de Explotación de
las Aguas y Fondos Marinos.
• Deportes Náuticos.
• Cruceros de Turismo.
Los intereses marítimos, a pesar de
sus inequívocos alcances políticos, eco
-
nómicos, sociales y militares no atraen
de manera normal al hombre. La comu
-
nidad humana tiende a desarrollar sus
labores en su entorno natural: la tierra
firme. A fin de explotar el mar, en toda su
amplitud y profundidad, el pueblo junto
con los gobernantes requieren de una
vigorosa conciencia marítima. Esta cons
-
tituye el conocimiento cabal y reflexivo
del mar y sus proximidades, tanto sobre
su real naturaleza como de sus posibili
-
dades políticas, económicas, sociales y
militares.
Cuando la geografía lo permite, la
conciencia marítima facilita la labor de
orientar a la nación hacia un destino
oceánico y convertirlo en una potencia
marítima próspera y pujante.
Para Mahan los factores que afectan
y estimulan el Poder Marítimo son:
• Situación Geográfica.
• Configuración Física.
• Extensión Territorial.
• Población.
• Carácter Nacional.
• Clase de Gobierno. Más adelante, en la sección IV, vol
-
veremos sobre este punto.
Debemos tener claro que algunas
reflexiones y conceptos emitidos por
Mahan perdieron vigencia. Esto dado
que la evolución política, económica,
estratégica y social de la humanidad,
en más de un siglo, los modificaron de
modo parcial o los hicieron caer en la
obsolescencia. Por ejemplo, la conquista
de colonias como instrumento de riqueza
y poderío ha quedado en el pasado. Uno de los factores que ejerce mar
-
cada influencia en la formación de una
potencia marítima es la decisión del
Gobernante en crecer hacia el exterior.
Para tal efecto, el Estado debe introducir
profundas reformas en las estructuras
económicas, sociales e incluso políti
-
cas. Entre las principales se encuentran
fijar aranceles bajos y parejos, eliminar
subsidios directos e indirectos, suprimir
rigideces laborales, establecer sistemas
impositivos equivalentes con los niveles
internacionales, incentivar la inversión y
el ingreso de capitales, velar por la reci
-
procidad foránea, orientar la educación
hacia el mar y adoptar un rol subsidiario. Cabe recordar que el mar ha sido el
escenario de las batallas cruciales donde
se jugó el destino de la humanidad. Sala
-
mina y Actium permitieron la preeminen
-
cia del pensamiento greco-romano ante
la embestida de Oriente, personificado
en los persas y los egipcios, respectiva
-
mente. El mundo cristiano sobrevivió a
la agresión del islamismo en Lepanto. La
derrota de la Armada Invencible señaló el
inicio del ocaso del Imperio Español. Tra
-
falgar marcó el apogeo del Reino Unido
y de la Pax Británica. Leyte rubricó el pre
-
dominio mundial de Estados Unidos de
Norteamérica. Todo lo anterior confirma
que la política mundial depende en gran
medida de su poderío marítimo. Como corolario de la historia, se des
-
prende, tal como lo escribe un griego
anónimo, que un país al crear y desa
-
rrollar su Poder Marítimo aumenta su
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influencia política, económica, social y
militar. El ámbito donde ejecuta sus acti
-
vidades abarca, a través de los mares,
el planeta completo. Se hace vecino de
todas las naciones con litoral, pues sus
fronteras se extienden hasta donde reca
-
lan sus buques comerciales, científicos
y militares. Sir Walter Raleigh afirmaba
que: “Quien manda en el mar, manda en
el comercio, quien manda en el comer
-
cio dispone de las riquezas del mundo
y domina, en consecuencia, al mundo
entero”. La frase anterior continúa siendo
válida, mientras el buque sea el medio de
transporte más rentable para el comercio
internacional. Si en el futuro lo reemplaza
otro vehículo de mayor eficacia, Mahan
y sus teorías están condenadas a pasar
al olvido. Pero hasta la fecha, nada hace
suponer que lo anterior pueda suceder. Finalmente, cabe hacer presente
que los mares cobran cada día mayor
relevancia. En consecuencia, el Poder
Marítimo prosigue acrecentando sus
alcances.
II.- Mahan y la Historia.
Henry L. Stimson, al referirse a sus
años en Washington como Secretario
de Guerra (1940-1945), recordaba con
resentimiento “la peculiar psicología del
Departamento de la Marina de Estados
Unidos de Norteamérica, que a menudo
parecía abandonar el reino de la lógica
para introducirse en un confuso mundo
religioso en el que Neptuno era su
dios, Mahan su profeta y la Marina de
los Estados Unidos de Norteamérica la
única iglesia verdadera”. Este profeta
que Stimson aludía, había permanecido
hasta entonces olvidado, desde hacía
más de treinta años. Había estado la
mayor parte de su vida en servicio activo
como oficial de la marina, y se retiró
de Capitán de Navío en 1896. Después
de haber cumplido los cincuenta años
de edad fue cuando emergió de la oscuridad de una tibia carrera naval para
lograr el reconocimiento internacional
como historiador, estratega, imperialista
y navalista, codeándose con presidentes,
primeros ministros e incluso con la
realeza europea y su nombre se comenzó
a venerar en los círculos del mundo
entero. Su historia es un ejemplo de la
fuerza que tiene la palabra escrita. 3
Mahan mientras estaba al mando
de una antigua fragata a vapor, la USS
Wachusett, por las costas de Perú, reci
-
bió una oferta de Stephen B. Luce para
incorporarse al Naval War College,
que se fundaría en breve, al mando de
Luce, en Newport. La mejor acredita
-
ción de Mahan para ese puesto era ser
autor de un libro sobre historia naval en
la Guerra Civil titulado “The Gulf and
Inland Waters”, publicado el año ante
-
rior. Apenas leyó el ofrecimiento de Luce
sobre su próximo trabajo, cuando, nos
-
tálgico por volver a tierra y cansado de
su trabajo a bordo de aquel buque, el 4
de septiembre de 1884, contestó afirma
-
tivamente dicho ofrecimiento. Después de un fatigoso viaje de
regreso en la Wachussett, seguido de
un invierno de intensos estudios en la
ciudad de Nueva York, el nuevo historia
-
dor se incorporó a su trabajo en Newport
3.- Paret Peter, “Creadores de la Estrategia Moderna”, Pág. 463, Ministerio de Defensa, España, 1992.
General Marshall junto a Henry L. Stimson.
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el verano de 1886. Para entonces, Luce
fue destinado de nuevo a un buque y se
encontró con que, recién ascendido a
Capitán de Navío, tuvo que hacerse cargo
de las cátedras de historia y estrategia,
además de ser el presidente del Naval
War College de los Estados Unidos de
Norteamérica. Este fue el hecho que más
repercusiones tuvo en su vida. El nuevo
destino fue el trampolín para su nueva
carrera de historiador, estratega, publi
-
cista y, como ha sido reconocido en todo
el mundo, el evangelista del Poder Naval. Mahan enseñaba historia naval y
estrategia; sus escasos colaboradores
impartían asignaturas en tácticas y estra
-
tegia terrestre, leyes internacionales,
logística, artillería naval, importancia
estratégica del Caribe e higiene naval.
Sin embargo, la mayor parte de las ener
-
gías del nuevo presidente las dedicaba
en conseguir muebles, libros y el equipa
-
miento necesario, así como en encontrar
dinero para pagar el carbón de la cale
-
facción y luchando contra todo tipo de
presiones que pretendían que el nuevo
centro fuera absorbido por la cercana
Base Naval de Torpedos, o trasladarlo a
Anápolis, o incluso cerrarlo. Al mismo
tiempo, intentó recopilar sus primeras
clases en un libro y fue así como en 1890
quedaron plasmadas en el ya mencio
-
nado libro: “La Influencia del Poder Naval
en la Historia, 1660-1783” (The Influence
of Sea Power upon History, 1660-1783).
En una época de rápidos cambios
tecnológicos, muchos oficiales considera
-
ban que maniobras como las que Nelson
realizó en Trafalgar resultaban arcaicas y
sin ningún valor actual. Para todos ellos,
el énfasis que daba Mahan a la historia
resultaba una actitud reaccionaria o, peor
aún, sin ningún valor práctico. Su res
-
puesta era que nada sería más práctico
para un oficial naval que “el estableci
-
miento de los principios y métodos por los que se puede conducir una guerra
para obtener las máximas ventajas, a
través del estudio de la historia”.
4
Las universidades de Oxford y Cam -
bridge lo condecoraron con títulos hono
-
ríficos; y el Times de Londres lo calificó
como el nuevo Copérnico. Por supuesto
los ingleses estaban complacidos de que
un autor norteamericano hubiera aplau
-
dido, aunque fuera hipócritamente, la
grandeza del imperio de su país, y lo estu
-
vieron aún más tras la aparición en 1892
del segundo libro de Mahan, “La Influen
-
cia del Poder Naval en la Revolución
Francesa y el Imperio, 1793-1812”. (The
Influence of Sea Power upon the French
Revolution and Empire, 1793-1812). Sobre
esta obra, compuesta por dos volúmenes,
el historiador naval John Knox Laughton
escribió que era “una espléndida apoteo
-
sis del coraje, perseverancia y habilidad
de la fuerza inglesa”.
5
Toda su obra está contenida en veinte
libros y 137 artículos que normalmente
eran requeridos por los editores de perió
-
dicos como el Atlantic Monthly, Forum,
North American Review y Century Maga
-
zine. Las otras publicaciones incluyen
cinco historias navales, dos historias de
la Guerra de los Boers, tres estudios bio
-
gráficos y una autobiografía. Le fueron
concedidos títulos honoríficos por las uni
-
versidades de Harvard (1896), Yale (1897),
Columbia (1900), y McGill (1909) y por el
Dartmouth College (1903). La American
Historical Association lo eligió presidente
en 1902. Cuando estalló la guerra contra
España en 1898, Mahan fue llamado por el
Naval War Board, recientemente creado,
como asesor estratégico del Secretario
de la Marina y del Presidente.
La reputación de Mahan como histo
-
riador se debe fundamentalmente a sus
dos libros, “La Influencia del Poder Naval
en la Historia, 1660-1783” (The Influence
of Sea Power upon History, 1660-1783)
4.- Ibid, Pág. 465.
5.- Ibid, Pág., 466.
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y “La Influencia del Poder Naval en la
Revolución Francesa y el Imperio, 1793-
1812”. (The Influence of Sea Power upon
the French Revolution and Empire, 1793-
1812), publicados en 1890 y 1892, respec
-
tivamente. Los dos libros suman más de
1300 páginas y están dedicados principal
-
mente a la historia naval de Gran Bretaña
desde 1660 a 1812, con una omisión de
los años 1784-1793. Tratan de la narración
de las batallas navales contra Holanda,
España, Dinamarca y, sobre todo, contra
Francia, así como de los acontecimientos
políticos que las provocaron y las conse
-
cuencias políticas, económicas y militares
que se derivaron de ellas. Mientras estaba destinado en la USS
Wachusett, llegó al convencimiento de
que el control del mar era un factor his
-
tórico que no había sido nunca apreciado
ni tenido en cuenta. Él declaró que “una
vez formulado, este pensamiento se con
-
virtió en el centro de todos mis escritos
durante más de veinte años... Esto no se
lo debo a nadie”. 6
Como lo dejó expresado en la intro -
ducción del primero de sus libros, el
objetivo de Mahan era valorar el efecto
del poder naval a lo largo de la historia
y en la prosperidad de las naciones. El
término poder naval había sido de su
invención y, como posteriormente reco
-
noció, lo había utilizado para llamar la
atención. Desafortunadamente, él evitó
darle una definición precisa. Según apa
-
rece a lo largo de sus obras, se le pueden
aplicar dos significados: 1) control del
mar mediante la superioridad naval; y 2)
la combinación del comercio marítimo,
posesiones en ultramar y el acceso pri
-
vilegiado a mercados exteriores que pro
-
duce riqueza y grandeza a la nación. Sin
embargo, el lector quedaba a menudo en
la duda de a cual de los dos significados
se refería el autor en un momento deter
-
minado. El propio Mahan le dio un nuevo sentido cuando escribió: Este maravilloso
y misterioso poder es un complejo orga
-
nismo, dotado de vida propia, que recibe
e imparte impulsos continuamente y que
se mueve y entrelaza en mil corrientes
con una infinita flexibilidad. Lo que había
detrás de ese poder estaba claro en la
mente del autor: la demostración de una
voluntad permanente de conseguir fines
aún no bien definidos; en el pasado sólo
se pretendía un fin, es decir, el predomi
-
nio marítimo de Gran Bretaña.
El predominio marítimo de Gran Bre
-
taña, el ejemplo supremo de cómo actúa
el poder naval, es el tema principal de
las dos obras principales de Mahan. La
idea central es simple: en cada fase del
prolongado enfrentamiento entre Fran
-
cia e Inglaterra, desde 1688 a la caída de
Napoleón, el control del mar mediante el
dominio naval o la falta de él, determinó
el resultado. En resumen, Mahan fue en gran
parte culpable de lo que David Hackett
Fisher denomina “la falacia que reduce la
complejidad a la simplicidad, o la diver
-
sidad a la uniformidad, al confundir los
caracteres de necesario y suficiente en
una misma causa”.
7 El poder naval fue
una causa necesaria, quizás incluso la
más importante, del triunfo de Inglaterra
sobre Francia en los siglos XVII y XVIII,
pero no fue suficiente. Es preciso resaltar que por parte del
historiador, no había ninguna pretensión
de ser objetivo desde un punto de vista
estrictamente científico, ni tampoco obte
-
ner conclusiones después de haber inves
-
tigado profundamente los hechos. En
1902, siendo presidente de la American
Historical Association, afirmaba que la
historia escrita consistía en un conjunto
de detalles subordinados alrededor de
una idea central; que a algunos hechos
no merecía la pena dedicarles demasiado
esfuerzos; que la búsqueda de la certeza
6.- Ibid., Pág., 468.
7.- Ibid., Pág., 471.
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plena podía conducir a la falta de deci -
sión; y que los hechos hay que tomarlos
en su conjunto y siempre subordinados al
tema central. Esto último coincide con la
conocida frase de Humpty Dumpty sobre
la adecuada relación entre las palabras y
quien las utiliza: La cuestión es... qué es
lo importante, eso es todo. Todos están de acuerdo en que si las
marinas existen para proteger el comer
-
cio, la consecuencia inevitable es que, en
guerra, su objetivo debe ser privar a su
enemigo de ese gran recurso, por lo que
los beneficios que caben esperar de la utili
-
zación a gran escala de operaciones milita
-
res terrestres, no se pueden comparar con
los que se obtendrían con la protección
del comercio propio y
la destrucción del ene
-
migo. Estas palabras
fueron escritas por
Mahan en uno de sus
primeros artículos en
1890. Posteriormente,
escribió, la paraliza
-
ción del comercio
obliga a pedir la paz.
Las guerras se ganan
desde el mar, por el
estrangulamiento eco
-
nómico del enemigo, puesto que el poder
naval dominante hará desaparecer al ene
-
migo de una determinada zona marítima,
o le permitirá aparecer en ella únicamente
como si se tratara de un fugitivo. De la
misma manera, las guerras se pierden si
no se puede evitar la estrangulación del
propio país. El control del comercio marí
-
timo a través del control del mar es la fun
-
ción principal de las marinas.
En opinión de Mahan, ésta fue la lec
-
ción más importante de la historia y que
estuvo avalada por el triunfo de Ingla
-
terra sobre sus enemigos continentales
durante un siglo y medio de guerras
intermitentes.
Mahan a la hora de reivindicar la
autonomía del poder naval como un ins
-
trumento, no dudó en recordar constan
- temente a sus lectores y alumnos que era
un verdadero instrumento. Para ello, se
inspiró en el estratega suizo Jomini, mili
-
tar y escritor nacido en 1779 en la Suiza
francesa, quien había dedicado el primer
capítulo del “The Art of War” a aque
-
llas consideraciones que debe tener en
cuenta un hombre de estado para llegar
a la conclusión de si una guerra es ade
-
cuada, oportuna o indispensable, así como
para determinar las diversas operaciones
necesarias para alcanzar el objetivo de la
misma. Fue de Jomini de quien Mahan
tomó la siguiente frase: “Yo nunca acepté
la irreflexiva máxima de el hombre de
estado y el general ocupan ámbitos inco
-
nexos. Para evitar esta falsa interpretación, modifiqué uno de los
puntos básicos en
el sentido de que, la
guerra es simplemente
un movimiento político
violento”. La subordi
-
nación de la estrategia
a la política fue el punto
central del esquema de
Clausewitz en su obra
“De la Guerra”, pero
Mahan no la examinó
hasta 1910 y, cuando lo
hizo, fue en una versión abreviada. En 1896,
Mahan escribía: La guerra es simplemente
un movimiento político, aunque violento y
excepcional en su carácter. Es cuando se
ha alcanzado esta determinación política,
cuando los datos disponibles se aplican
a una solución militar; hasta entonces, el
estamento militar se mantiene a la espera
y es un fiel servidor de los intereses políti
-
cos y del poder civil del estado.
Para su antiguo protector, Stephen
B. Luce, consideraba que hacia 1897,
Mahan había influido en que la estra
-
tegia naval dominase la política econó
-
mica. Respecto al tema de la U. S. Navy,
Mahan declaró su postura de manera
rotunda: “Nuestra flota debe ser la ade
-
cuada, teniendo en cuenta la potencia
de nuestros posibles enemigos en el
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este y en el Caribe, y nos debe permi -
tir ejercer el poder naval en el Pacífico y
en el Atlántico, teniendo en cuenta tam
-
bién que el futuro canal debe permane
-
cer siempre abierto”.
Margaret Sprout, en sus ensayos del
primer “Makers of Modern Strategy”, afir
-
maba inequívocamente: “Ninguna otra
persona ha influido tan directa y profun
-
damente en la teoría de poder naval y su
estrategia como Alfred Thayer Mahan. Él
provocó y dirigió la lenta revolución en la
política naval americana”. En un examen
más profundo se puede comprobar que
Mahan no estaba sólo en cuanto a “pro
-
vocar” los cambios en la política naval
de los Estados Unidos de Norteamérica
durante la última década del siglo XIX. Lo
que es cierto es que esa “revolución” se
llevó a cabo en muchos años. Pero en los Estados Unidos de Nor
-
teamérica, ni los oficiales de la U.S. Navy
hacían política naval ni se autorizaba la
construcción de nuevos buques. Estas
responsabilidades recaían en el Congreso
y en el ejecutivo del gobierno federal.
Por ello, la revolución en la política naval
norteamericana fue provocada, no por
Mahan, sino por Benjamín Franklin Tracy,
Secretario de la U.S. Navy (1889-1893), y
continuada por su sucesor, Hilary A. Her
-
bert (1893-1897). Es justo reconocer que
ambos tenían en gran estima a Mahan por
sus trabajos para exponer las necesidades
del país en cuanto a buques de guerra. Al
ser nombrado presidente del Naval War
College en 1889, Tracy consultó a menudo
a Mahan y parece ser que se inspiró en el
primer libro “Influence” para elaborar un
informe al Presidente Benjamín Harrison,
en noviembre de ese mismo año, en el
que solicitaba la urgente construcción de
veinte nuevas unidades navales para dis
-
tribuirlas en dos flotillas.
El Naval Act del año 1890 marcó el
nacimiento de la nueva Marina Norteame
-
ricana. Sin embargo, cuando la siguiente
administración (el segundo mandato de
Cleveland, 1893-1897) se hizo cargo de la Casa Blanca, uno de sus proyectos inicia
-
les era reducir los gastos navales. Hilary
Herbert estaba decidido a cerrar el Naval
War College. Providencialmente, durante
un viaje a Newport, en agosto de 1893,
se le sugirió que leyera el segundo libro
”Influence” de Mahan y, a partir de ese
momento, cambió de opinión. Antes de
que Cleveland finalizase su mandato, Her
-
bert había persuadido al Congreso para
que concediera fondos para cinco nuevas
unidades. Este se convirtió en el mayor
defensor de las tesis de Mahan. Mahan murió cuatro años después
de finalizar la Primera Guerra Mundial y
entonces se convirtió en un héroe, en los
círculos navales de los Estados Unidos
de Norteamérica. En 1918, el profesor
Allan Wescott de la Academia Naval,
publicó una colección de extractos de
las obras de Mahan y durante tres años
fueron libros de texto de historia naval
para los cadetes de tercer año. A pesar de todo, resulta sorpren
-
dente que algunos historiadores hayan
insistido en que la victoria de los Estados
Unidos de Norteamérica sobre el Imperio
Japonés en la Segunda Guerra Mundial
es la confirmación del principio estra
-
tégico que Mahan había propugnado y
popularizado tan hábilmente, o también
como un triunfo del poder naval que
Mahan preconizaba. Aunque durante la
guerra el Jefe de Operaciones Navales,
Almirante Ernest J. King, podría ser con
-
siderado como un seguidor de Mahan,
la guerra en el Pacífico no se desarrolló
enteramente según sus deseos. Tampoco
se ajustó por completo al canon estricto
de Mahan, que buscaba una batalla deci
-
siva entre las flotas enemigas, compues
-
tas por acorazados. No hubo tal batalla,
ni incluso entre portaaviones, como las
batallas de Midway, la del Mar de Filipi
-
nas, o la del Golfo de Leyte.
En las décadas siguientes a la Segunda
Guerra Mundial, el nombre de Mahan
siguió imponiendo respeto e incluso vene
-
ración. Algunos artículos suyos continua
-
ALFRED THAYER MAHAN (1840-1914)
REVISMAR 1/2006
56
JORGE TERZAGO CUADROS
ron apareciendo con regularidad en las
revistas U.S. Naval Institute Proceedings y
Naval War College Review.Tradic iona
-
lismos aparte,
no hay motivos
para afirmar
que la U.S.Navy
actual mantenga
los mismos
puntos de vista
e s t r a t é g i c o s
que Mahan, en
el sentido de
exaltar al poder
naval sobre
cualquier otra
forma de acción militar, pretendiendo que
las marinas actúen de forma totalmente
autónoma e identificando el dominio del
mar con la victoria. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que aunque las respuestas
de Mahan no tenían ya validez, sus pregun
-
tas continuaban estando vigentes. El pedía
continuamente a sus alumnos y lectores
que analizaran asuntos tales como el con
-
cepto de interés nacional; las dimensiones
morales de la fuerza militar; las responsabi
-
lidades y las oportunidades de una poten
-
cia mundial; la composición de las flotas;
las necesidades logísticas de la guerra; y,
lo que es más importante, la utilización de
las marinas como instrumento de la polí
-
tica nacional. Durante una conferencia en
el Naval War College en 1892, afirmaba:
“Caballeros, todo el mundo sabe que esta
-
mos creando una nueva Marina... Bien, ¿y
cuando la tengamos, qué vamos a hacer
con ella? Esa era, y es, la cuestión.
III.- Mahan y la Estrategia.
➢ Mahan y el Poder Naval.
Como ya hemos señalado, Mahan
escribió el libro “La influencia del Poder
Naval en la Historia”, lo que le permitió
alimentar en el pensamiento americano
la necesidad de una poderosa armada.
En él, identifica una política naval
apropiada para alcanzar los intereses nacionales. Este libro, recordemos,
fue escrito 10 años antes de la guerra
Ruso-Japonesa. Veamos esta teoría,
analizando los errores cometidos por
la Fuerza Naval Rusa en su equivocada
aplicación de la Estrategia Naval, para
enfrentar a un enemigo preparado, listo
y con conocimiento del significado del
valor y empleo del Poder Naval.
Por más de 100 años, hasta aproxi
-
madamente 1890, la Marina de los
Estados Unidos de Norteamérica,
actuaba dispersa a lo largo de sus
costas por escuadrones o en misio
-
nes especiales. En tiempo de guerra
se acostumbraba a colocar en puer
-
tos y bahías a unidades navales que
prevendrían invasiones o ataques del
enemigo. No había Concentración ni
acciones Ofensivas. Definitivamente
era una Marina Defensiva. Para los años 1890 la seguridad
de América había cambiado frente a
otros imperios y países del mundo.
Los países imperialistas buscaban
controlar el comercio controlando las
líneas de comunicaciones marítimas.
Ellos fundaban colonias y estable
-
cían puntos de reabastecimientos en
estratégicos puntos del globo. Es así
como se pretendía por parte de terce
-
ros, tener el control del acceso al pro
-
yectado canal en el istmo de Panamá.
Estados Unidos de Norteamérica
podía ser sujeto de bloqueo por flotas
navales adversarias como también a
acciones contra costa por medio de
asaltos u otras operaciones similares. Mahan observó y emitió sus crite
-
rios para un cambio en la Política Naval
a nivel nacional, para una nueva Estra
-
tegia Naval y para la conformación de
una nueva Fuerza Naval con un nuevo
concepto de las Operaciones en el Mar. Mahan en sus estudios se apoyó,
como ya hemos mencionado, en otros
grandes de la Estrategia, como el Gene
-
ral Antonio E. Jomini, quien le había
recordado las campañas napoleóni
-
Almirante Ernest J. King.
REVISMAR 1/2006
57
cas. Mahan obtuvo de él, conclusiones
hasta hoy válidas. Los principios doc
-
trinarios de Jomini no difieren de los
propuestos por Mahan, salvo la natu
-
raleza del escenario para su aplicación,
pues el General Jomini se dedicó a
estudiar las campañas terrestres. El
primero de sus principios basaba toda
su estrategia en la Concentración de
Masas y en la Ofensiva para forzar a
una batalla decisiva. La victoria permi
-
tiría el control de la manera como se
desarrollaría la guerra. Para Mahan, en su estilo propio
establecía una doctrina pura para una
Fuerza Naval basada en una Flota de
Batalla concentrada, lo que permite
lograr la superioridad en el lugar deci
-
sivo, desplegada adelantada en acción
ofensiva, que es lo que permite obte
-
ner el control del mar y con ello afectar
al Poder Naval, contra el enemigo prin
-
cipal para buscar la batalla decisiva,
herramienta que permite finalmente
acceder al vencedor al control del mar,
hecho éste que da a una Nación seguri
-
dad, prosperidad y libertad de acción.
Mahan no ignoraba la importancia
de destruir el comercio o la proyección
del poder militar a tierra, como tampoco
descartaba el bloqueo como último
recurso. Él decía que todo lo anterior
venía luego de derrotar a la flota ene
-
miga en el mar, siendo esto entonces
una “cuestión de secuencia”. Los pensamientos de Mahan en la
guerra Ruso-Japonesa prueban sus
dos temas centrales: el uso de la Flota
Concentrada y la Ofensiva. Rusia perdió
porque dispersó sus fuerzas y la utilizó
defensivamente. Rusia dividió su Flota
del Pacífico para proteger Puerto Arturo
y Vladivostok, además dividió a su
Fuerza Naval entre el Báltico y el Pací
-
fico. Esta estrategia dio como resultado
desastrosos errores. Primero, ello per
-
mitió a los japoneses el uso del mar para
la proyección del poder militar a tierra
y apoyar las acciones en Puerto Arturo por tierra; segundo, cuando la flota rusa
del Báltico arribó, ella no podía con
-
centrarse con la flota rusa del Pacífico,
porque ésta última había sido destruida
por los japoneses en Puerto Arturo.
Japón según Mahan, compren
-
dió el Principio de la Concentración.
Japón nunca habría podido trans
-
portar su ejército en tierra si Rusia
hubiese sido capaz de cortar sus
líneas de comunicaciones marítimas.
Japón nunca corrió riesgos enviando
su fuerza invasora al continente.
Usted no podía, decía Mahan, mante
-
ner un plan con un ejército en tierra
sin primero estar seguro de haber
alcanzado el control del mar.
Mientras la Escuadra rusa del Pací
-
fico trataba de escapar de Puerto Arturo
a Vladivostok, porque los rusos no
entendían el principio de la ofensiva. La
Fuerza Naval rusa de Puerto Arturo evi
-
taba la batalla, cuando ellos deberían
haber enfrentado a los japoneses. Luego de la decisiva victoria
del Almirante Togo en la batalla de
Tshushima, el Japón tuvo el control de las
Líneas de Comunicaciones Marítimas,
apoyó a su ejército y terminó con el temor
de un bloqueo a su propio territorio.
Los rusos perdieron su oportunidad de
concentrarse cuando ellos retardaron
el envío de la Fuerza Naval rusa del
Báltico. Para su arribo ya no existirían los
buques en Puerto Arturo. El resultado de
esta guerra se debió a que los rusos no
entendieron el significado del valor y
empleo del Poder Naval.
Japón ataca las naves rusas fondeadas en Puerto Arturo.
ALFRED THAYER MAHAN (1840-1914)
REVISMAR 1/2006
58
JORGE TERZAGO CUADROS
➢ Las Ideas Estratégicas de Mahan.
Dentro de sus ideas estratégicas
Mahan señalaba que las posiciones
permanentes (Bases) seguras, consti
-
tuían la sustentación del Poder Naval
en el mar, posibilitando el control del
mismo y el de la armada enemiga por
parte de las Fuerzas Navales que en
ellas se apoyan. Esas Bases, en virtud
de su carácter de permanentes, difie
-
ren de las que puede ocupar tempo
-
ralmente una escuadra o un ejército
durante una campaña, y se asemejan
a las fortalezas permanentes estable
-
cidas en una frontera nacional. Para Mahan si una nación deseaba
ejercer influencia política en regiones
inestables, debía poseer bases con
-
venientemente situadas; y las exigen
-
cias del comercio en tiempo de paz
dictan a menudo la necesidad de tales
posesiones, las cuales son admitidas
cuando se presenta la oportunidad. Lo mismo expresó Napoleón con
las palabras “La guerra es una cues
-
tión de posiciones”. El valor estratégico de un lugar
cualquiera, para Mahan, dependía
de tres condiciones principales: su
posición, dicho con más exactitud, su
situación; su poder militar, ofensivo
y defensivo; y los recursos del lugar
en sí y del territorio circundante. De
estas tres condiciones esenciales la
primera, o sea la que concierne a la
situación, es la principal, por cuanto
la fuerza y los recursos pueden ser
suministrados o aumentados artifi
-
cialmente; pero no está en las manos
del hombre cambiar la situación de
un puerto que se encuentra fuera de
la zona de influencia estratégica. Mahan señalaba que el valor de
la situación dependía, en general, de
su proximidad a una ruta marítima:
esas rutas comerciales que, cuando
son trazadas sobre la carta común,
son tan imaginarias como los parale
-
los de las cartas náuticas, pero tienen, sin embargo, existencia tan real y útil
como éstos.
Mahan estableció que la misión
primaria del Poder Naval era mante
-
ner libres las líneas de comunicacio
-
nes marítimas a la navegación propia,
e impedir su utilización por parte del
adversario. Los puntos estratégicos
en un teatro de guerra determinado
no deben ser considerados separa
-
damente, como si fueran indepen
-
dientes. Después de determinar sus
valores individuales desde el punto
de vista de la posición, de la fuerza
militar y de los recursos, quedarán
por considerar sus mutuas relaciones
en cuanto a la posición relativa, dis
-
tancia y ruta más convenientes para
trasladarse de uno a otro. De esta manera Mahan recal
-
caba que las líneas que unen puntos
estratégicos, eran llamadas por los
escritores de temas militares, líneas
estratégicas. Las líneas estratégicas
más importantes son las que corres
-
ponden a las comunicaciones. Esto
es verdad, sobre todo, en tierra, por
cuanto un ejército depende para su
subsistencia, en primer término, de
la frecuente renovación de las provi
-
siones, y no puede soportar tan fácil
-
mente una interrupción, aunque sea
breve, como una flota, porque ésta
conduce sus provisiones en gran
parte a bordo de sus mismos buques. No obstante ello, todas las orga
-
nizaciones militares, ya sean terres
-
tres o marítimas, dependen en última
instancia, de las líneas de comunica
-
ciones abiertas con la base del poder
nacional. Señalaba Mahan que en
materia de comunicaciones, la facili
-
dad para la conducción de los abaste
-
cimientos y la retirada abierta, son dos
factores esenciales para la seguridad
de un ejército o de una flota. El estu
-
dio de este asunto no sería completo,
si no se hiciese referencia a la distan
-
cia que separa las posiciones colonia
-
REVISMAR 1/2006
59
les o los intereses
en el exterior de
la madre patria, y
a los efectos que
ejerce esa distan
-
cia sobre su valor
para el ocupante.
Ésta es una parte
del tema que con
-
cierne especial
-
mente a la guerra
naval comparada
con la terrestre. Para Mahan el Poder Naval contri
-
buye a la realización nacional, como
elemento de la política exterior. Sus
consideraciones demostraban que el
factor esencial y supremo para asentar
y mantener el poder militar de un país
en regiones marítimas exteriores, era
la posesión de una flota superior a la
de cualquier posible adversario. Si nos
atenemos a la cuestión especial que
ahora nos interesa, señalaba, la ocu
-
pación de posiciones estratégicas en
regiones remotas, y aceptando en un
todo la máxima de Napoleón, citada
anteriormente, de que “la guerra es
una cuestión de posiciones”, podremos
enunciar para nosotros, y sin temor a
equivocarnos, el aforismo estratégico
de que “en la guerra naval, la posición
primordial es la flota misma”.
Por regla general, no debe inten
-
tarse una gran operación de guerra
ultramarina hasta que no se tenga la
probabilidad de disponer de una supe
-
rioridad naval durante un período de
tiempo adecuado. Las grandes ope
-
raciones de guerra tienen que estar
continuamente vinculadas entre sí,
lo que no es posible si la escuadra no
domina el mar. El pensamiento estratégico de
Mahan sobre el Poder Naval, produjo
cambios sustanciales en la política
naval de los Estados Unidos de Nor
- teamérica, impulsó la
evolución de la marina
alemana que conducía
Von Tirpitz, y ejerció
marcada influencia en
las instituciones nava
-
les de Francia, Italia,
Rusia y Japón.
IV.- Mahan y la
Geopolítica.
La geopolítica
se mantuvo en un
plano casi desconocido hasta antes de la
Segunda Guerra Mundial, exceptuando
a algunos pensadores de Alemania y el
Reino Unido. En Estados Unidos de Nor
-
teamérica fue ignorada, debido a que era
relacionada políticamente con el totalita
-
rismo de la Alemania nazi; sin embargo,
no por eso ha dejado de ser ampliamente
estudiada. Ha sido empleada como una herra
-
mienta para justificar teorías acerca de
la interrelación entre el Poder Nacional
y la comunidad internacional, particular
-
mente en el caso de Estados Unidos de
Norteamérica, la geopolítica lo ayudó a
alcanzar sus objetivos políticos. Muchos pensadores han estable
-
cido diferentes conceptualizaciones para
explicar qué es el Poder Nacional, desde
un punto de vista de las Relaciones Inter
-
nacionales nos quedaremos con que “el
poder es un factor crucial en la política
internacional”. 8
Dimensionar el Poder Nacional no es
tarea fácil, dado que la mayoría de sus
factores relacionados son intangibles,
tales como liderazgo, nacionalismo,
religiosidad, valores de la sociedad,
racismo y otros. Sin embargo hay otros
factores que sí son tangibles, me refiero
a las características físicas del territorio,
la población, el sistema de gobierno, el
desarrollo tecnológico, el sistema de
información y comunicaciones, los recur
-
8.- Rourke, John T., Internacional Politics on the World Stage, Fourth Edition, University of Connecticut, 1993.
ALFRED THAYER MAHAN (1840-1914)
REVISMAR 1/2006
60
JORGE TERZAGO CUADROS
sos naturales, la producción industrial y
agrícola, sus fuerzas armadas, su capaci
-
dad exportadora e importadora y otros.La geopolítica se podría resumir
como la relación existente entre factores
geográficos y otros, respecto a la distri
-
bución de poder en el mundo. Muchos
especularon por siglos sobre las relacio
-
nes entre la geografía y la distribución
de poder entre los estados, tan solo es
en la década de 1890 cuando se produce
una explosión de pensamientos concre
-
tos al respecto. Es así como Mahan, quien fuera
un ardiente propagandista acerca de la
expansión de los Estados Unidos de Nor
-
teamérica hacia territorios de ultramar,9
despertó la inquietud acerca de recrear
una poderosa marina, y por una mucho
mayor participación de su país en asun
-
tos de Europa y Asia.
➢ El Pensamiento Geopolítico de
Mahan.
Sostenía Mahan que controlar y
gobernar la distribución de poder polí
-
tico a través de la tierra, estaba en el
pasado, fundamentada en la capacidad
de los estados de manejar el uso de los
océanos y pasos internacionales maríti
-
mos como un medio de transporte. La concepción de Mahan creció
junto con su convicción de que las
comunicaciones marítimas serían
siempre más eficientes y masivas
que las comunicaciones terrestres.
Sin embargo, y en la medida que vis
-
lumbraba el poder naval como la base
fundamental del Poder Nacional, no
desarrolló profundamente el concepto
de Poder Nacional del estado, y sólo
algunas referencias menores existen
al respecto. 10
Mahan intentó clasificar las varia -
bles que afectarían los resultados
esperados por parte de los estados que competían por el poder en dos
grupos, los llamados “factores geo
-
gráficos” y los “factores humanos”.
Respecto a los primeros, enfatizó tres
puntos: los conceptos de ubicación
geográfica, la capacidad defensiva y
los recursos naturales. El punto mayormente tratado es
el de la ubicación geográfica y quizás
constituye lo mejor de las teorías de
Mahan. Por ejemplo en relación a las
islas Británicas, sus argumentos iban
por el lado de que por costos, veloci
-
dad y capacidad de transporte, Gran
Bretaña podía mover más tonelaje
por mar y a más lugares de las costas
europeas, que cualquier otro estado
europeo continental lo podría hacer
por tierra. Consecuentemente, y en
sentido estratégico, la posición de
Gran Bretaña era central, aunque geo
-
gráficamente fuese periférica. Luego unió a dicho concepto el de la
capacidad defensiva, término por el cual
conectó la facilidad o dificultad de tener
una posición segura contra ataques.
Su punto relevante fue el desarrollo
del concepto de insularidad, contra el
común concepto de continentalismo.
Por insularidad, señaló como el estado
que se encontraba rodeado de mar,
y bajo cuya definición entraba Gran
Bretaña y Japón, entre algunos pocos
ejemplos. Sin embargo agregó al con
-
cepto de países insulares a aquellos
estados que, ocupando una posición
continental y sin tener vecinos con
-
tinentales como rivales potenciales,
también debían ser catalogados como
“estratégicamente insulares”. En relación con los recursos natu
-
rales, este fue el punto menos tratado,
se limitó a describir acerca de la canti
-
dad de diques, maestranzas navales y
otras facilidades dispuestas para aten
-
der y dar servicios a los buques. De la
9.- Mahan, A.T. “La Influencia del Poder Naval en la Historia”, (1660-1783), Biblioteca del Oficial de Marina, A.G.N., Valparaíso, 2000.
10.- Ibid., Cap I, pág 25 a 88.
REVISMAR 1/2006
61
misma manera fue débil para descri -
bir el tema de los factores humanos
y sociales, centrando su interés en la
capacidad de proveer personal para
construir una armada, una marina
mercante y las facilidades terrestres
necesarias para servir a los buques y
personal de a bordo. Discutió especialmente el tema del
carácter nacional, por el cual él asig
-
naba un significado relacionado con
los hábitos y costumbres del pueblo y
las relaciones de dichas características
con el desarrollo del Poder Nacional. Acerca del carácter del gobierno
como uno de los factores sociales en
relación al Poder Nacional, insistió
que, los gobiernos elegidos democrá
-
ticamente, eran notoriamente improvi
-
sadores y generalmente anti-militares.
Su solución fue sugerir crear
“grupos de presión”, interesados
en crear o mantener una poderosa
armada. Sostuvo que al existir una
poderosa marina mercante, podero
-
sos intereses comerciales tras ella, un
notorio interés por la industria marí
-
tima y un coherente grupo organi
-
zado de personalidades que creyeran
en la importancia del Poder Naval, se
podría obtener apoyo en grupos parla
-
mentarios y del gobierno que podrían
entonces producir leyes que tendie
-
sen en parte, a contrarrestar la impro
-
visación crónica de las democracias
respecto a sus fuerzas navales.
➢ La Teoría del Poder Marítimo.
Se considera a Mahan como el ideó -
logo de la Teoría del Poder Marítimo,
quien en sus escritos no lo enuncia
directamente como una teoría geopolí
-
tica sino que, desde el prisma del estra
-
tega, analiza la importancia del mar
como factor decisivo en la vida y en la
historia de los pueblos, lo cual produjo,
como efecto final, el desarrollo de una teoría determinista sobre el control del
mar, al lograr –a través de la destruc
-
ción de las armadas enemigas– el con
-
trol de las comunicaciones y el poder y
la grandeza que otorga el desarrollo de
un comercio marítimo fructífero.
Desde su cátedra de táctica e histo
-
ria naval, en el Naval War College de
Newport, estudió y analizó los hechos
históricos en un amplio período que
va desde 1660 hasta sus propios días,
lo cual vierte como ya hemos señalado
en tres obras que tuvieron gran reper
-
cusión en el mundo: “La influencia del
Poder Naval en la Historia, 1660-1783”,
la cual fue completada y perfeccionada
en 1911 al publicar su libro “Estrategia
Naval”; “La Influencia del Poder Naval
en la Revolución Francesa, 1793-1812”;
y “La Vida de Nelson”.
Inspirado fundamentalmente en la
riqueza y poder alcanzado por Ingla
-
terra en virtud de su capacidad para
lograr el Poder Naval y usarlo para su
ventaja nacional, Mahan comprueba
la incidencia en tierra que necesaria
-
mente presentan los acontecimien
-
tos a bordo, sosteniendo finalmente
que “el Poder Naval bien usado, al
punto de convertirse en dominio del
mar, puede aumentar el rango de las
opciones disponibles para la política
o incluso proveer nuevas”. 11
Su argumentación se basa en la
interpretación de la historia entre los
Naval War College de Newport.
11.- Rosinsky, Herbert. “El Desarrollo del Pensamiento Naval”, Biblioteca del Oficial de Marina, Academia de Guerra Naval, 2000, p. 12.
ALFRED THAYER MAHAN (1840-1914)
REVISMAR 1/2006
62
JORGE TERZAGO CUADROS
siglos XVII y XVIII, como una lucha
continua de los pueblos marítimos
por el control y utilización de las
comunicaciones marítimas en todo
el orbe. Comparó los mares y océa
-
nos con una vasta e ininterrumpida
planicie, la cual es cruzada en todo
sentido por carreteras densamente
transitadas, utilizables a un bajo costo
por aquellos países que estuviesen en
condiciones de hacerlo. Señaló que
los buques que atravesaban esas vías
oceánicas eran el medio más eco
-
nómico, expedito y a veces único de
vinculación de todas las regiones de
la Tierra. Al respecto señalaba: “La
gran influencia del comercio marítimo
sobre la riqueza y la fuerza de un país
fue claramente reconocida aún mucho
antes que se hubieran descubierto los
verdaderos principios que sirven de
base al desarrollo y a la prosperidad
de este comercio”. 12
Todo lo anterior llevó a Mahan a
formular la tesis de que el estado que
controle y utilice en beneficio propio
las comunicaciones marítimas del
mundo, obtendrá una invalorable
ventaja económica y militar sobre sus
competidores.
➢ Los Factores Relacionados con el
Poder Marítimo.
Como ya se señalara en lo que
representa el pensamiento de Mahan,
consideró como fundamental para que
un estado llegara a constituirse en Poder
Marítimo, los siguientes factores que
analizaremos más en detalle:
✓ La Situación Geográfica. Ella, en
primer término, debe asegurar un
expedito acceso al mar que permita
una fácil vinculación con las regiones
de mayor interés y conveniencia. Asi
-
mismo valora las relaciones con los
países vecinos, en especial cuando no
mantienen ambiciones de expansión territorial, ya que ello le permite al país
centrar todos sus esfuerzos más allá
de sus propias fronteras, donde podrá
establecer posiciones para apoyar a
sus fuerzas navales. Si tales posiciones
son insulares, tanto mejor; y más aún,
si están geográficamente bien situadas
para controlar el tráfico marítimo en
disputa. Destacó que la aplicación de
este principio permitió la dominación
británica por varios siglos.
✓
Configuración y Conformación Física
del Territorio. Sostuvo que, en gran
medida, la morfología y la confor
-
mación de las costas determinan la
inclinación del pueblo hacia el mar.
Considera que es más importante
que la longitud del litoral, las condi
-
ciones de los puertos en cuanto a su
ubicación, capacidades y facilidades
para su defensa. Por otra parte añade
que si el territorio es fecundo en una
amplia gama de elementos, es difícil
que la población sienta el impulso de
ir hacia el mar y que ocurre exacta
-
mente lo contrario cuando un país es
pobre y carente de recursos.
✓ Extensión del Territorio. La extensión
del territorio debe guardar relación
con la cantidad de habitantes del país,
ya que si la población es escasa no
tendrá la capacidad necesaria para
poblar y defender una extensión
grande, lo que puede llegar a cons
-
tituir un factor de debilidad más que
de fuerza, frente a las ambiciones de
expansión externas.
✓ Recursos Naturales. En general con -
sidera que constituyen un factor de
fuerza cuya sobreabundancia puede
llegar a condicionar el temple marí
-
timo de los pueblos.
✓ Población. Considera que es influ -
yente tanto en cantidad como en su
actividad laboral. Para ser poder marí
-
timo se requiere que un alto porcen
-
taje esté dedicado a las actividades
12.- Mahan, A.T. “La Influencia del Poder Naval en la Historia”, (1660-1783), Biblioteca del Oficial de Marina, A.G.N., Valparaíso, 2000.
REVISMAR 1/2006
63
relacionadas con el mar. Esta consti -
tuye la Reserva Naval.
✓ Carácter Nacional. Mahan considera
que los pueblos marítimos que poseen
aptitudes e inclinaciones comerciales
promueven un intenso movimiento
marítimo, el cual constituye la base
fundamental para el desarrollo del
Poder Marítimo. Mantenía una visión
desde una perspectiva indiscutible
-
mente estadounidense: “todos los
hombres buscan la ganancia y, más o
menos, aman el dinero, pero la forma
en que se busca la ganancia tendrá un
marcado efecto en las fortunas comer
-
ciales y en la historia del pueblo que
habita un país”.
✓ Clase de Gobierno. Asigna una gran
influencia al carácter de los gobernan
-
tes y sus instituciones sobre el desarro
-
llo de una nación y del poder marítimo.
Al respecto señala: “los diversos
rasgos de un país y sus pobladores
constituyen las características natura
-
les de las naciones, lo mismo que los
individuos, empiezan su carrera; las
funciones que ejercen los gobiernos
sobre aquéllas equivalen a las que
desempeña en éstos la voluntad, y
así como de que ésta sea o no inteli
-
gente, enérgica y perseverante, depen
-
den los éxitos o fracasos de la vida de
cada individuo, los de las naciones son
consecuencia de idénticas cualidades
mostradas por sus gobiernos”... “En
tiempos de paz, el gobierno puede
favorecer con su política el crecimiento
natural de las industrias de un pueblo y
su afición a buscar aventuras y ganan
-
cias por medio del mar; y hasta puede
intentar la creación de tales industrias
o aficiones donde no existan espon
-
táneamente; o por el contrario, puede
el gobierno obrar desacertadamente y
estorbar o detener el progreso que el
pueblo hubiera llevado a cabo deján
-
dolo en libertad”. Y agrega... “Parece
probable que si un gobierno obrase
de completo acuerdo con las inclina
- ciones naturales de su pueblo, lograría
dar el máximo impulso a su desarrollo
bajo todos los conceptos”.
Es interesante destacar que Mahan
en su último libro: “el interés de Amé
-
rica en el Poder Marítimo: Presente y
Futuro”, predijo que Estados Unidos bien
podría ser el sucesor de Gran Bretaña,
como potencia marítima dominante en
el mundo, en razón a la dimensión conti
-
nental de su territorio, a la base insular de
éste y a la fortaleza de su economía. Insis
-
tió en la necesidad de aumentar el poder
naval estadounidense, que se encontraba
debilitado después de la Guerra Civil.
Como resultado relevante de su
influencia, Estados Unidos libró una
guerra contra España, mediante la
cual obtuvo la base de Guantánamo,
el control de Hawaii, el Caribe y, pos
-
teriormente -aunque no producto de la
mencionada guerra- la zona del canal
de Panamá. El pensamiento de Mahan
es, sin lugar a dudas, el elemento que
inspira la política naval estadounidense
a lo largo de todo el siglo XX. La obra de Mahan tuvo gran influencia
ya que no sólo había explicado las razones
del poder mundial alcanzado por Inglate
-
rra en la segunda mitad del siglo XIX, sino
que también explicaba lo que otras nacio
-
nes tendrían que hacer para igualarse a
Base naval de Guantánamo.
ALFRED THAYER MAHAN (1840-1914)
REVISMAR 1/2006
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ella. Con ello Mahan entregó una justifica -
ción teórica para la carrera armamentista
naval que comenzó en la última década
del siglo XIX y que incluyó a Gran Bretaña,
EE.UU., Alemania Imperial, Japón, Rusia y
muchas otras naciones.
- Conclusiones.
➢ Para Mahan la historia enseñaba
que aquel que podía dominar el mar,
también podía dominar a sus enemi
-
gos, luego fue el primer autor que
reconoció la importancia del Control
del Mar y el rol que éste ha desem
-
peñado en la historia mundial. De
ahí que sus teorías fueron exitosa
-
mente adoptadas por los Estados
Unidos de Norteamérica entre fines
del siglo XIX y las primeras décadas
del siglo pasado, llevando a dicho
país a alcanzar todos sus objetivos
políticos, económicos y militares.
➢ El Poder Marítimo es la facultad que
tiene un Estado para usar el mar en
su beneficio, está integrado por dos
elementos de distinta naturaleza, los
Intereses Marítimos, los cuales le
otorgan la sustancia y el Poder Naval
que los defienden. Los primeros
ingredientes concurren al desarrollo,
mientras que los restantes, a la segu
-
ridad, por lo que se puede afirmar
que la política mundial depende en
gran medida de su poder marítimo.
➢ La reputación de Mahan como histo -
riador se debe fundamentalmente a
dos libros, “La Influencia del Poder
Naval en la Historia, 1660-1783” y
“La Influencia del Poder Naval en la Revolución Francesa y el Imperio,
1793-1812”. Tratan de la narración
de los acontecimientos políticos que
las provocaron y las consecuencias
políticas, económicas y militares que
se derivaron de ellas. Cómo actúa
el poder naval, es el tema principal
de estas obras, ya que lo central se
refiere al control del mar mediante
el dominio naval o la falta de él, fue
lo que determinó el resultado. De ahí
que el control del comercio marítimo
a través del control del mar es la fun
-
ción principal de las marinas.
➢ No hay motivos para afirmar que
la U.S. Navy actual mantenga los
mismos puntos de vista estratégicos
que Mahan, en el sentido de exaltar
al poder naval sobre cualquier otra
forma de acción militar, pretendiendo
que las marinas actúen de forma
totalmente autónoma e identificando
el dominio del mar con la victoria.
➢ Mahan observó y emitió sus criterios
para un cambio en la Política Naval
Norteamericana, para una nueva
Estrategia Naval y la conformación
de una nueva Fuerza Naval con un
nuevo concepto de las Operaciones
en el Mar. Además impulsó la evolu
-
ción de la marina alemana que con
-
ducía Von Tirpitz, y ejerció marcada
influencia en las instituciones nava
-
les de Francia, Italia, Rusia y Japón.
La visión de Mahan permitió señalar
que geopolítica es la relación exis
-
tente entre factores geográficos y
otros, respecto a la distribución de
poder en el mundo.
BIBLIOGRAFÍA
1.- Mead Earle, Edward, “Creadores de la Estrategia Moderna”. Tomo III. El pensamiento militar desde Maquiavelo a Hitler. Circulo Militar, Buenos Aires, 1968.
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3.- Mahan, Alfred Thayer, “Influencia del Poder Naval en la Historia”, Biblioteca del Oficial de Marina,
Academia de Guerra Naval, Valparaíso, 2000.
4.- Rosinsky, Herbet. “ El Desarrollo del Pensamiento Naval”, Biblioteca del Oficial de Marina, Acade - mia de Guerra Naval, Valparaíso, 2000. 5.- Rourke, John T. International Politics on the World Stage, Fourth Editions, University of Connecticut, 1993.
JORGE TERZAGO CUADROS
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