Los procesos de planificación y conducción de las operaciones navales, requieren de una alta rapidez en la obtención, recopilación, procesamiento y en el análisis de altos volúmenes de información, con el fin que en los distintos niveles de planificación y conducción, se pueda llevar a cabo una adecuada toma de decisiones. Actualmente, sistemas dotados con inteligencia artificial permiten disminuir los tiempos en el análisis de altos volúmenes de datos y apoyar el proceso de toma de decisiones en distintos ámbitos.
The processes of planning and conduction of naval operations requires high speed in obtaining, collecting, processing, and analyzing high volumes of information. All these processes are made so that, at the different levels of planning and conduct, the commander can make an adequate decision-making process. Currently, military systems equipped with artificial intelligence reduces time in the analysis of high volumes of data, thus supporting, in different areas, the decision-making process.
Hace casi 75 años la Inteligencia Artificial (IA) tuvo sus primeros avances al lograr quebrar los códigos de la máquina criptográfica alemana Enigma, en la Segunda Guerra Mundial. En 1950 Alan Turing, planteaba en un artículo académico denominado “Computing Machinery and Intelligence”, la interrogante si las máquinas podrían pensar como el hombre. En el año 1956 se desarrolló la conferencia de Darmouth, en donde se abordaron los temas planteados por Turing, definiéndose finalmente el término de IA. Además, en esta conferencia, que reunió a distintos científicos expertos en teorías de la información, redes neuronales, computación y creatividad, se sentaron las bases para el desarrollo de esta nueva ciencia.
En la actualidad, los avances de la IA se mantienen en pleno desarrollo y es complejo dimensionar, en un mediano plazo, cuáles podrían ser sus futuros impactos. No obstante, algunos avances de estos ya están presentes de forma transversal en distintos campos y orden de cosas, tales como las empresas productivas (robots programados en base a IA para la construcción de autos), avances en reconocimiento de imágenes en la medicina, en la logística (minería y programas integrados para predicciones de mantenimiento, etc.). Además, en variadas actividades diarias también se encuentra presente, a modo ejemplo, la aplicación Siri de Apple o la geolocalización de Google Maps, entre otros.
Sin duda, todo lo anterior ha permitido aumentar la producción industrial, desarrollar nuevos sistemas de monitoreo-evaluación, optimizar recursos y mejorar los procesos orientados a la toma de decisiones, al contar con una mayor capacidad de procesamiento de datos y disponibilidad de información. Gracias a ello, actualmente las grandes potencias mundiales (EE.UU., Rusia, China) están desarrollando estrategias nacionales para alcanzar un mayor desarrollo en el campo de la IA.
Como ha ocurrido históricamente con los grandes avances tecnológicos de la humanidad, el ámbito militar no está ajeno a la incorporación de la IA en diversos frentes y aplicaciones, debiendo estudiarla y aprenderla, entrenándose, al mismo tiempo, para poder emplearla a su favor. Su incorporación, como una herramienta de apoyo, producirá efectos relevantes en los procesos de planificación y conducción de las operaciones navales, específicamente en el nivel operacional.
Como marco teórico, se empleará la definición de IA como “la capacidad de un agente artificial para lograr objetivos en una amplia gama de entornos” (Horowitz, 2018). Dicho de otra manera, la IA es la capacidad basada en computadoras (software y hardware) para ejecutar procesos mentales humanos, a velocidades mayores que la rapidez de la inteligencia humana (Gady, 2020). Hoy en día los avances de la IA pueden verse reflejados en el desarrollo de distintas áreas tecnológicas, como por ejemplo la robótica (con control humano o autónomos), en técnicas de procesamiento de datos, análisis de imágenes y en sitios web como Google o Amazon entre otros. EL área en donde la IA ha logrado mayores avances, es aquella denominada IA estrecha,1 que está orientada al proceso de análisis de grandes volúmenes de datos e información, a una velocidad superior a lo que lo realiza la mente humana. Habiendo contextualizado de forma breve la IA, este trabajo se enfoca en los procesos de planificación y conducción de las operacionales navales en el nivel operacional, que es transversal a las marinas medianas como la Armada de Chile.
Refiriéndonos al ámbito naval, en relación a las nuevas capacidades que entregan los avances de la tecnología, se hace necesario su estudio y evaluación con la finalidad de poder determinar sus futuros impactos y posibles empleos. Afirmando el punto anterior, Vego (2007) señala que los avances emergentes de la tecnología producirán efectos en el desarrollo de las operaciones. A través de la historia, debido a los avances de la tecnología, las marinas se han visto sometidas a modificar sus doctrinas y tácticas con la finalidad de explotar nuevas capacidades en el desarrollo de las operaciones para el cumplimiento de sus objetivos (Hughes, 2000). Es por lo anterior que la Marina de los Estados Unidos (EE.UU.) está desarrollando, actualmente, los estudios de evaluación necesarios para determinar los impactos de la incorporación de la IA y en qué ámbito, de las operaciones navales, podría ser aplicada (Lauzen, 2018). Las primeras aproximaciones de la armada norteamericana han logrado determinar que las primeras etapas para llevar a cabo la construcción e integración de las capacidades de la IA, se basan en actualizar sus fuentes de datos, establecer vías de comunicaciones (enlaces robustos y seguros), generar bases de datos seguras y futuros algoritmos en distintos escenarios (Lauzen, 2018). Paul Maxwell (2020), concluye afirmando que la IA tendrá aplicaciones futuras en distintas áreas militares (logística, sistemas de mando y control, en elementos de medición, entre otros), permitiendo mejorar la productividad y reducir la carga de trabajo de los usuarios, destacando, además, que la herramienta de IA, supervisada por los humanos en dominios físicos y de la información, permitiría disminuir los tiempos de análisis y obtener resultados en un menor tiempo. Sin duda que los avances tecnológicos imponen nuevos desafíos, frente a los cuales las armadas no pueden actuar con indiferencia. Estos cambios deben ser asumidos, estudiados, analizados y evaluar, además, sus posibles alcances e impactos para lograr dimensionar sus futuras funciones, definir su mejor uso y explotar en beneficio propio su empleo.
Los avances obtenidos actualmente en el área del desarrollo de la IA estrecha, podrían ser empleados en el nivel operacional durante el proceso de análisis del entorno operacional. La IA ha logrado avances en tareas como; reconocimiento de imágenes, recolección de altos volúmenes de información y análisis de datos recopilados de fuentes abiertas o fuentes cerradas. Sumado a lo anterior, la IA es capaz de entregar predicciones y recomendaciones que van en apoyo a la toma de decisiones (Maxwell, 2020). A modo de ejemplo, en el ámbito civil existen distintas aplicaciones que emplean IA, tales como Cortana, de Microsoft; Netflix y Siri, entre otras, las cuales basan su análisis en la combinación de distintas fuentes de entrada, bases de datos de fuentes abiertas, algoritmos e historiales de búsqueda, para recomendar al usuario la elección de lo que necesite, apoyando y simplificando su proceso de toma de decisiones (Ryan, 2018). La publicación militar NWP-5-01 detalla el proceso JIPOE,2 el cual tiene por función realizar el análisis y la evaluación sistémica y geoespacial del entorno operacional (abordando distintos ámbitos, el político, militar, económico o geográfico, entre otros). En base a lo anterior, la aplicación de IA puede ser empleada como una herramienta en apoyo a los especialistas del área de inteligencia, en una primera parte, en la obtención y recolección de información. Además de lo anterior, la capacidad para el reconocimiento de imágenes con que cuenta la IA, puede contribuir a la identificación y evaluación de Blancos de Alto Valor (HVT por su sigla en inglés). Finalmente, por medio de sistemas computacionales, con IA, se pueden obtener predicciones y recomendaciones para determinar las conclusiones del entorno operacional en un menor tiempo.
Otra aplicación donde la IA puede apoyar el proceso de planificación, es en las instancias de generación y evaluación de los posibles cursos de acción. Hasta el día de hoy, algunas aplicaciones en que se está experimentando con el empleo de IA, tienen relación con la modelación y la simulación de escenarios, contribuyendo al trabajo de los especialistas para simplificar el proceso de recolección, análisis de la información, evaluación y entrega de predicciones, en base a los resultados obtenidos en apoyo de la toma de decisiones (Smit, 2018). Reafirmando lo anterior, tomaremos como ejemplo el uso que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) le están dando. Estas han explotado las capacidades de la IA para predecir los posibles cursos de acción de fuerzas enemigas, basando su análisis en hechos del pasado (experiencia) y lo que son capaces de realizar actualmente con su potencial militar (Lappin, 2017). Para las etapas dos y tres del proceso de planificación descritos en la publicación NWP-5-01, debe ejecutarse el análisis de RCPA,3 el cual requiere de una recopilación y análisis de datos, tanto propios como de los adversarios (cantidad de fuerzas, potencial bélico, entrenamiento, formas de empleo, entre otros). Finalizado lo anterior, en base al análisis de RCPA y de la misión, se deben determinar los posibles cursos de acción propios para cumplir con la misión. Una vez completados los pasos anteriores, debe analizarse las posibilidades más probables y peligrosas del enemigo. Por último, se procede a la etapa de confrontación (wargaming). Tomando como ejemplo lo realizado por las FDI, la IA es una herramienta que permite realizar los procesos antes descritos. El contar con un software con IA, disminuiría el tiempo empleado por los especialistas en modelar los escenarios y simulación de los COA para poder concluir posibles soluciones al problema militar. Debe tenerse en consideración que la decisión final es del comandante, siendo la IA una herramienta facilitadora en estos procesos, pero no una condicionante para la etapa de toma de decisiones, en la cual la experiencia, la creatividad e intuición del comandante no pueden ser reemplazadas por un software dotado con IA.
Las fuerzas navales existen para lograr el control funcional del mar, con la finalidad de emplearlo en beneficio propio y negárselo al enemigo. Debido a las dimensiones del teatro, la ejecución de las operaciones navales requiere de un adecuado proceso de obtención, recopilación de datos, análisis y evaluación de la información, para lograr un entendimiento compartido de la situación en tiempo real. Lo anterior es lo que permite al conductor operacional poder coordinar, integrar y sincronizar las acciones de sus fuerzas subordinadas. Valderrama (2011) plantea que para lograr el control de un espacio marítimo, es importante contar con la información de lo que está sucediendo en tiempo real, obteniéndola desde distintos sistemas y sensores. Mac Intyre (2020), por su parte, afirma que contar con sistemas que permitan el entendimiento compartido de la situación en tiempo real, contar con procesos de evaluación oportunos y eficaces, permitiría monitorear el desarrollo de las operaciones, contrastándola con el plan establecido y determinar si las cosas se están haciendo en forma correcta y en el camino adecuado para logar el EFD. De acuerdo a lo anterior, con el empleo de IA se puede modelar un programa para apoyar la medición de las MOE y las MOP.4 Si ello indica que las operaciones no se están encaminando hacia el cumplimiento de los objetivos, el contar con sistemas capaces de procesar información y analizarla a una velocidad mayor que la inteligencia humana, se estima que podría acelerar el proceso de toma de decisiones, permitiéndole al conductor operacional coordinar, sincronizar e integrar la información para encaminar las operaciones hacia al logro de los objetivos. Por otro lado, el disminuir los tiempos para lograr la conciencia situacional, permite acelerar el ciclo de toma de decisiones del conductor operacional y buscar afectar el ciclo de decisiones del adversario para ganar la iniciativa en el desarrollo de las operaciones.
La conducción de las operaciones navales, en el nivel operacional, se ejecuta en el MOC,5 organización que, durante el desarrollo de estas, recibe gran cantidad de información. Debido el alto ritmo de las operaciones se genera un alto flujo de informaciones, lo que hace necesario contar con sistemas capaces de procesar altos volúmenes de datos (Mc Intyre, 2020). Por otro lado, las amplias dimensiones del espacio de batalla marítimo hacen necesario contar con sistemas de comunicaciones robustos, interconectados y seguros, con la finalidad de realizar una rápida obtención, recolección y traspaso de datos a distintas entidades para su análisis y evaluación (Mc Intyre, 2020). El contar con tecnología dotada de IA permitiría llevar a cabo estos procesos a una velocidad mayor que la mente humana, contribuyendo así a generar un panorama común y una conciencia situacional oportuna, apoyando el proceso de toma de decisiones del conductor operacional.
Investigaciones recientes en el campo de la IA, han demostrado que los sistemas que emplean esta tecnología, hoy en día, presentan vulnerabilidades ante acciones de infiltración de datos falsos y decepción, lo que podría inducir a generar resultados erróneos en sus evaluaciones, predicciones y recomendaciones. Sumado a lo anterior, los avances actuales de la IA no han logrado progresar en que su aplicación pueda realizar multitareas (Maxwell, 2020). Finalmente, algo que no cambiará es que la IA no puede y no es capaz de comprender factores intangibles como son: el liderazgo, la creatividad, la intuición, las emociones, los sentimientos, la ética y la responsabilidad; intangibles que son de cada persona y que no pueden ser replicados por una máquina.
Independiente de lo anterior, se debe tener presente que los avances de la tecnología no resuelven los problemas per se. Sin embargo, es pertinente enfrentar los desafíos que esta impone. Además, deben generarse las instancias orientadas a comprender la naturaleza del problema, tener la voluntad y la ambición para resolverlo. Concordando con lo anterior Till (2013) concluye que las armadas deben tomar la tecnología a futuro como ya lo han hecho en el pasado, advirtiendo que se debe evitar ser seducido por la burbuja tecnológica y llegar a pensar que es lo único que realmente importa . En relación a los procesos de capacitación, Ryan (2018) señala que las armadas deben hacer frente a estos nuevos desafíos y capacitar a su personal, con la finalidad de comprender las nuevas tecnologías, generar la confianza en su empleo, en la operación y lograr la sinergia hombre-máquina con el objetivo de utilizarlas en beneficio propio de manera eficiente y eficaz. El liderazgo, la intuición, los sentimientos, la experiencia y la ética de las personas, en este caso del conductor operacional, son irremplazables por una máquina. Finalmente, no debe olvidarse lo que mencionó Clausewitz, hace más de 200 años, en el sentido de que el factor más preponderante en la naturaleza de la guerra es el ser humano.
A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han impuesto desafíos en el desarrollo de las operaciones en el mar. El no estudiarlos, evaluarlos e incorporarlos podría restar capacidades y potencial a las fuerzas navales. Por otro lado, es importante mirar estos avances como una herramienta de apoyo a las operaciones, evitando esperar que pueden solucionar todos los desafíos que impone la guerra en el mar.
El incorporar la IA a los procesos de planificación de las operaciones navales, como se mencionó a lo largo del trabajo, brindaría la capacidad de optimizar el recurso humano y los tiempos de análisis. Además, otorgaría la capacidad de modelar y simular distintos escenarios a los cuales se podrían ver enfrentadas las fuerzas. Sin embargo, se debe tener en consideración que las predicciones que recomienda la IA van en apoyo de la toma de decisiones del comandante, siendo este último quién, en base a su intuición y experiencia, debe decidir y elegir el curso de acción para el cumplimiento de la misión.
Durante la ejecución y desarrollo de las operaciones navales, se produce una alta convergencia de datos y un flujo acelerado de información. La IA se presenta como una herramienta de apoyo para recopilar, procesar y analizar estas a una velocidad mayor que la mente humana. Lo anterior, en un trabajo hombre-máquina, permite al MOC disminuir los tiempos de evaluación y difusión de informaciones en los distintos niveles. El contar con sistemas dotados con IA permitiría lograr una conciencia situacional en menor tiempo, acelerando el ciclo de mando y control del comandante operacional, apoyando su proceso de toma de decisiones para ganar la iniciativa en las operaciones.
En resumen, de acuerdo a lo expuesto en el desarrollo del presente trabajo, la incorporación de la IA, sí se constituiría como una herramienta de apoyo en los procesos de planificación y conducción de las operaciones navales, en el nivel operacional en la Armada de Chile.
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NOTA del Autor: Este articulo ha sido completamente escrito por una aplicación de Inteligencia Artificial (chatGPT). Se ...
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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