By Arturo López Urrutia
Nadie conoce las razones porque el almirante Williams ordenó cambio de comandantes en la Esmeralda, Covadonga y Abtao, al dejar a las dos primeras para bloquear Iquique, mientras él se dirigía a enfrentar a la escuadra peruana en el Callao. Se ha especulado que no confiaba en los comandantes que dejó a cargo del bloqueo para participar en las acciones planificadas. Pretendemos aclarar algunas afirmaciones que se han hecho muchas veces y que a nuestro juicio carecen de sustento histórico.
Nobody knows the reasons why Admiral Williams disposed a change of command on the Captains of Esmeralda, Covadonga and Abtao, leaving the first two ships to blockade Iquique, while he sailed to confront the Peruvian Fleet in Callao. It has been speculated that he didn’t trust his commanding officers and instead of participating in the operations in Callao, left them in charge of the blockade. This work intends to clarify some statements asserted many times, which in my opinion lack historical evidence.
Nobody knows the reasons why Admiral Williams disposed a change of command on the Captains of Esmeralda, Covadonga and Abtao, leaving the first two ships to blockade Iquique, while he sailed to confront the Peruvian Fleet in Callao. It has been speculated that he didn’t trust his commanding officers and instead of participating in the operations in Callao, left them in charge of the blockade. This work intends to clarify some statements asserted many times, which in my opinion lack historical evidence.
Antes del 21 de mayo de 1879, el almirante Williams, ya decidido a hacer su incursión al Callao, hizo cambios en algunos mandos de los buques de su escuadra: trasbordó a Thomson al Abtao, buque que debía desempeñar el papel principal en el ataque proyectado. Entregó el mando de la Esmeralda a Arturo Prat, y en el mando que este dejaba, nombró a Condell. Las razones por las que hizo los cambios no están documentadas y han sido a través de los años motivo de especulaciones y conjeturas diversas.
Se ha dicho que el almirante Williams habría dejado a Prat en Iquique, porque lo consideraba un “marino literato”. Esto implicaría que estimaba que Prat, por sus estudios de leyes, era más apto para quedar a cargo de un bloqueo, que posiblemente no presentaba mayor peligro (suponía que los buques peruanos estaban en el Callao) que participar junto a la Escuadra en acciones de guerra. Otros han dicho que “sentía aversión por los dos comandantes que dejaría en Iquique”. Se investigó en la literatura existente, intentando averiguar si dichas afirmaciones tienen algún respaldo.
En libros escritos y publicados en el siglo XIX, se menciona sólo los cambios de comandantes realizados por Williams antes de iniciar su crucero al norte. Ninguno menciona ni menos analiza las razones de los cambios efectuados por el almirante. Ni siquiera el propio Williams en su obra “Operaciones de la Escuadra Chilena mientras estuvo a las órdenes del Contra-Almirante Williams Rebolledo”, publicada en 1882, menciona algo al respecto.
Según Carlos López, en su “Historia de la Marina de Chile”, Williams quería llevar a Thomson al Callao por su “gran experiencia y reputación” y dejó a Prat a cargo del bloqueo porque “Prat era de su entera confianza y el almirante necesitaba un jefe responsable del bloqueo”. La confianza en Prat estaría demostrada en que le comisionó para notificar en tierra a las autoridades peruanas del bloqueo de Iquique. Inmediatamente después lo envió a Valparaíso para que preparara la Covadonga, la trajera al norte y la incorporara a la Escuadra. ¿Se le encargaría a un “marino literato” una misión marinera como ésta? Es más, en su obra antes citada, el almirante Williams dice: “Como me eran conocidos el celo, inteligencia y discreción del jefe de la división bloqueadora, me limité a dejarle las siguientes instrucciones”, seguido de un listado que contiene ocho puntos específicos. En la carta en que adjunta dichas instrucciones, se despide: “Por si no nos volvemos a ver, recuerde al amigo que lo distingue”.
La afirmación “marino literato”, según Gonzalo Vial, en su biografía de Prat, viene de la tesis del historiador don Francisco Antonio Encina, quien al concepto de “marino literato” agrega: “Se le conceptuaba bueno, a lo más para oficinista”. “Su vida de hogar, que excluía las calaveradas y farras, le enajenaron las simpatías de sus compañeros. Sus estudios legales, lo colocaron moralmente fuera del gremio”. “Corrían los tiempos en que el valor militar era indisoluble del amatonamiento, la parranda, la copa y la mujer”, conceptos que Encina no obtuvo de ninguna fuente directa: estarían en una carta de Sotomayor a Pinto, quién a su vez se los habría “oído” a Altamirano. ¿Puede ser confiable una opinión recibida de terceras personas?
Lo anterior es desmentido claramente por Vial, dando los siguientes argumentos:
O La concepción de marinos iletrados y parranderos es totalmente errada. Varios oficiales de la época eran hombres de letras y ciencias. Hudson, Luis Alfredo Lynch y Uribe entre otros, habían traducido o escrito libros de textos y ciencias navales. También menciona a los hermanos Francisco y Ramón Vidal Gormaz y al mismo Juan José Latorre quién publicó un artículo sobre la hidrografía de la Patagonia en los anales de la Universidad de Chile. En estos últimos, Manuel Thomson publicó en 1863 una memoria geográfica titulada “El Bío Bío y sus afluentes”.
O Existían marinos disipados, al igual que en todas las otras profesiones. Pero también había marinos que al igual que Prat llevaban una vida intachable; Vial cita a Riveros y Jorge Montt como ejemplos.
O Diecisiete años embarcado, navegando al Norte, al Sur, a Juan Fernández y Pascua, la guerra con España, Papudo, Abtao, la dirección de la Escuela Naval, y el salvamento de la “Esmeralda” en 1875, le daban a Prat una experiencia marinera que pocos podían exhibir.
O Muchas de las experiencias anteriores las había compartido con Williams como superior. Él lo llevó como guardiamarina examinado a la Esmeralda; lo vio combatir en la captura de la Covadonga y presenció desde la playa el salvamento de la Esmeralda en el temporal. ¿Podría pensar Williams que Prat era sólo un marino de oficina?.
O Prat fue siempre estimado por sus superiores y subordinados. Amigo de sus pares y especialmente cercano a Uribe, Latorre y Montt; Mal puede decirse entonces que estaba “moralmente fuera del gremio” (naval).
Se ha mencionado también que había un prejuicio negativo hacia Prat de parte de los almirantes de la época, por su defensa de Uribe ante el requerimiento del almirante Goñi, en el que Uribe habría sido absuelto. No hay en los documentos consultados nada que haga referencia a este punto, salvo el hecho de que la absolución de Uribe es un mito: Uribe fue condenado a seis meses de cárcel a los cuales le fueron abonados tres que ya había cumplido, pero fue rehabilitado por el presidente Errázuriz, lo que salvó su carrera naval.
¿Por qué se quedó Prat en Iquique? Porque el buque que comandaba en ese momento, la Covadonga, no estaba considerada en el ataque al Callao. Por ser el más antiguo de los comandantes que se quedaban, le correspondía el mando de la Esmeralda, el buque más importante, por lo que el almirante Williams ordenó su transbordo, dejándolo al mando del bloqueo.
La verdadera pregunta es ¿Por qué el almirante Williams cambió a Thomson por Condell en el mando de la Abtao? La respuesta sólo la conoció el almirante. Posiblemente consideró que para la actuación que tenía planeada para la Abtao en la rada de Callao (actuaría como brulote contra los buques peruanos) la experiencia de Manuel Thomson, quién comandara exitosamente la Covadonga en el Combate de Abtao, era la necesaria para la obtención de su objetivo. Condell en cambio era menos antiguo y no tenía la experiencia bajo fuego que si tenía Thomson. Sin duda Condell demostró su habilidad y capacidad posteriormente en el Combate de Punta Gruesa, pero esto no lo sabía el almirante al tomar la decisión del cambio.
De todo lo anterior, creemos que no es posible afirmar con ningún grado de certeza, que el almirante Williams dejó a Prat en Iquique por considerarlo poco apto para llevarlo en la expedición al Callao. El almirante cambió los mandos según lo que él estimó más adecuado para el momento, y el capitán Prat no lo defraudó cuando con su glorioso sacrificio cumplió con su deber.
El mero título de este artículo suena raro, y hasta fantasioso, tratándose de la Armada de Chile durante la Guerra del P...
* Discurso pronunciado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia con ocasión del juramento de nuevos abogados el 27 de julio de 2018.
Trabajo publicado en revista Sucesos # 39 el 22 de mayo de 1903.
El 21 de mayo de 1886 fue inaugurado el Monumento a los Héroes de la Marina en Valparaíso, pero las autoridades civiles no mostraban mayor apuro por efectuar el traslado de los restos de los mártires desde Iquique, a pesar de las vicisitudes en esa ciudad durante un gran incendio. Fue preciso que don Jacinto Chacón, desde su curul de diputado increpara al ministro Miguel Luis Amunategui y obtuviera de él el compromiso de hacerlo el 21 de mayo de 1888. El traslado de los cádaveres constituyó una apoteosis, tanto en el puerto nortino como en Valparaíso, que necesita ser recordada.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1001
Julio - Agosto 2024
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