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Operaciones COIN en la Araucanía: Del Ajedrez al Go

Operaciones COIN en la Araucanía: Del Ajedrez al Go

¿Hay insurgencia en la Araucanía? En su significado más simple, la insurgencia es el levantamiento contra la autoridad*. En España, la Publicación Doctrinal Contrainsurgencia (PD3-301) del Ejército de Tierra, define la insurgencia como el “movimiento violento organizado que emprende una lucha prolongada con la finalidad de cambiar el orden político establecido.” Por otra parte, el gobierno norteamericano define a la insurgencia como “una lucha político-militar prolongada dirigida a subvertir o desplazar la legitimidad de un gobierno constituido o poder ocupante y controlar total o parcialmente los recursos de un territorio mediante el uso de fuerzas militares irregulares y organizaciones políticas ilegales.”* Así, todas las definiciones de insurgencia incorporan como sus elementos básicos de la existencia de actores que se enfrentan, de manera organizada y prolongada en el tiempo, contra la autoridad política mediante una estrategia efectiva de movilización social y con un empleo sustantivo de la fuerza.* En los hechos, la insurgencia se materializa en la acción irregular, que se ha definido como el “uso o la amenaza de la fuerza por parte de fuerzas, grupos o individuos, frecuentemente motivados ideológica o criminalmente, para afectar o prevenir el cambio como un desafío a la gobernabilidad y la autoridad.*” Todos los elementos antes citados están presentes en las regiones afectadas por violencia de motivación mapuche, por lo que, concluimos, es correcto hablar de insurgencia en la Araucanía.* La insurgencia, tanto rural como urbana, es el abandono del diálogo político como el motor del progreso democrático y su reemplazo por la violencia. Como esta última es inaceptable en toda democracia, resulta legítimo que el Estado responda a la insurgencia con un esfuerzo multisectorial para modificar la problemática social, económica y cultural que le sirve de sustrato, mientras que -simultáneamente- neutraliza, actuando de acuerdo con la ley, a aquellos elementos insurgentes que desarrollan acciones irregulares. Dentro de esto último está la Contrainsurgencia (COIN), que es una actividad militar de neutralización de acciones irregulares cuando los medios policiales se ven sobrepasados por la escalada de violencia en términos de intensidad o de alcance geográfico. La decisión de emplear medios militares o exclusivamente policiales en la neutralización de las acciones irregulares es política, pero las directrices aquí desarrolladas son útiles en el desarrollo de una estrategia apropiada para el empleo de medios tanto policiales como militares. Sin una estrategia, el Estado es incapaz de solucionar el problema y sólo reaccionará a las acciones irregulares, sin impedir que estas cumplan su propósito. Algunas precisiones a lo anterior: Primero, que el fenómeno de insurgencia en la Araucanía está asociado a factores culturales, sociales, económicos, legales y delincuenciales, algunos de larguísima data, que complejizan su solución y la hacen más difícil a medida transcurre el tiempo. Además, en el fenómeno de la Araucanía se mezclan legítimos anhelos de reconocimiento y reivindicación, con una utilización, cada día más evidente, de la situación por grupos de narcotraficantes, organizaciones de ladrones de madera e incluso de organizaciones dedicadas al abigeato y a la reducción de automóviles.* Por último, la solución al problema de la Araucanía no es una solución de fuerza, sino que una multisectorial, en la que el Estado debe comprometer medios de todo tipo, incluyendo coercitivos. Mientras el Estado modifica las causas estructurales que sirven de sustrato a la insurgencia, la policía y, eventualmente los militares, realizan operaciones de COIN para neutralizar las acciones irregulares.

Los medios militares en el esfuerzo contrainsurgencia

Como decíamos anteriormente, las fuerzas militares sólo coadyuvan en la solución del problema que representa el fenómeno de insurgencia, complementando el esfuerzo policial cuando este se ve sobrepasado. Para lo anterior, resulta vital que las fuerzas militares operen, entre la población y para la población, en un ámbito de legitimidad y reconocimiento popular empleando la fuerza de manera selectiva y gradual. Esto requiere contar con inteligencia oportuna, desarrollar operaciones de información y de propaganda, contar con superioridad abrumadora de medios de ISR y disponer de tropa suficiente, altamente especializada y dotada de gran movilidad. Sólo así se podrá neutralizar el esfuerzo insurgente impidiendo sus acciones irregulares, conjugando todos los factores mediante una estrategia superficial, no lineal, como explicaremos más adelante.

El Go y el Ajedrez, dos paradigmas estratégicos distintos

El ajedrez es un juego que representa conceptualmente el empleo convencional de los medios militares, donde el objetivo es derrotar al adversario neutralizando su poder mediante la captura del rey. Cada pieza posee un valor visible, inmutable y determinado previamente. El territorio no constituye un objetivo, sino un medio para maniobrar la fuerza (piezas) mediante un despliegue en el que se proveen apoyo mutuo para neutralizar el centro de gravedad del adversario, su rey. En el GO, todo es distinto. Primero, porque el objetivo del juego es capturar territorio, no piezas. Además, todas las piezas (denominadas piedras) son iguales, del mismo valor y sin distinguirse más que las amigas de las enemigas. Por último, porque se conquista territorio restringiendo libertad de acción del adversario: el GO es un juego por la libertad de acción. Los que entienden de GO aseguran que la clave es arrebatar la iniciativa al adversario y, cuando ésta no se posee, pasar de la reacción, a la respuesta. Lo anterior debe entenderse de la siguiente manera: la reacción neutraliza una jugada peligrosa del adversario. La respuesta, en cambio, le plantea al adversario una nueva situación que lo obliga a abandonar su propósito original.

Ajedrez GO
Objetivo: el rey Objetivo: el territorio
Piezas diferenciadas Piezas iguales
Las piezas poseen habilidades propias Las piezas se habilitan mutuamente
Se distingue una línea de avance Se combate por células o islas
El avance de las piezas es gradual y previsible Se puede escoger cualquier ubicación para la próxima jugada

El paradigma estratégico insurgente

Claramente, la estrategia de insurgencia se asemeja mucho más a un juego de GO que a una partida de ajedrez. Esta similitud fue notada ya en el año 1971 por Scott A. Boorman, un estudiante de Harvard de sólo 21 años, Para él, la estrategia revolucionaria maoísta en China fue muy parecida a un juego gigante de GO. Boorman no sólo identificó el paradigma estratégico insurgente, sino que también visualizó la dificultad militar occidental por entenderlo. En un intento por ayudar a la mente occidental a comprender el enigma de China, Boorman construyó un modelo de simulación en el que los movimientos militares y políticos chinos se comparaban con los métodos complejos por los que un jugador de GO intenta aislar, rodear y capturar piezas enemigas.* En Vietnam, la insurgencia Vietcong respondió al esfuerzo militar norteamericano de manera similar a Mao* en China. Un mapa del avance insurgente (ver figura 1) claramente demuestra un esfuerzo del tipo GO, destinado a conquistar (liberar) territorios, evitando un enfrentamiento clásico con las fuerzas de EE. UU. que habría significado una derrota segura. La insurgencia evita una estrategia de choque vertical, prefiere una estrategia no lineal, molecular y dispersa,* que conquiste progresivamente territorios para la insurgencia, hasta cercar a sus oponentes y producir el colapso del área a conquistar.  Figura 1. Vietnam, una estrategia no lineal (Fuente: “Areas controlled by the National Liberation Front, South Vietnam, 1961 and 1965”. Serial Set No. 12668, Session Vol. No.1-2. 89th Congress, 1st Session, S.Doc. 72, Page 114. Map No. 1 Congreso de los EE.UU.)

¿Cómo diseñar una estrategia horizontal?

El diseño debe considerar una maniobra exterior que brinde libertad de acción a la maniobra interior, que conseguirá el objetivo. En este caso, los elementos de la maniobra exterior están relacionados con cortar el suministro exterior financiero, social y político a la insurgencia, con sociabilizar la solución propuesta por el Estado a la problemática de sustento de la insurgencia, mejorando la presencia del Estado en la zona afectada y con asegurar un marco legal adecuado para el empleo de los medios militares que se decida utilizar. La prensa juega un papel fundamental en relación con la percepción social del actuar de los medios militares, debiendo enfrentarse con transparencia, explicando las motivaciones y reconociendo con presteza los errores que pudieran cometerse. Es preciso considerar que siempre existirá prensa afín a la insurgencia, por lo que se debe buscar apoyo mayoritario de la prensa seria y no pretender que no exista prensa opositora. Respecto de la maniobra interior, el diseño de una estrategia horizontal debe considerar varios elementos:

  • Analizar el fenómeno de manera holística, sin entrabar las operaciones por la división administrativa de la zona afectada por la insurgencia.
  • Lo militar debe actuar de consuno con otros medios del Estado, reforzando la solución multisectorial a la problemática de fondo que sustenta el apoyo a la insurgencia.
  • Conservar la legitimidad del actuar militar en terreno. En COIN, el soldado se convierte en un “diplomático” en terreno,* ya que actúa entre la población e inmerso en ésta, cuya protección es su objetivo.
  • Proteger a los leales y alentar su cooperación. La insurgencia atemoriza más que convence y nada le es más útil que la sensación de indefensión de la población.
  • Explotar la superioridad tecnológica y particularmente de ISR.
  • Impedir la captura de nuevos territorios.
  • Recuperar los territorios conquistados, dejando claro que no existen santuarios para la insurgencia.
  • Explotar la debilidad que supone la conexión de la insurgencia con el narco y otros fenómenos delincuenciales.
  • Inducir a la confrontación en condiciones favorables.
  • No reaccionar, sino que responder planteándole a la insurgencia un desafío en zonas que ellos consideren conquistadas, cada vez que escalen la situación o actúen en nuevos territorios.
  • Desarrollar operaciones de información que actúen socavando la voluntad, el apoyo y la capacidad de procesar informaciones en el liderazgo insurgente.

En síntesis, lo que se requiere es pensar en términos de GO, desarrollando estrategias no lineales y asegurando territorios, respondiendo mediante el planteo de desafíos a la insurgencia y asegurando el apoyo mayoritario de la sociedad.

Reflexión Final: La dimensión mental del territorio

Hemos dicho que el objetivo del GO es la conquista del territorio. Pero este concepto posee dos significados: el primero, más evidente, es el físico. El segundo es el mental, y la insurgencia para lograr sus fines se apoya en la subversión de valores, relativizando conceptos y haciendo de lo anormal, lo cotidiano. Así, se corren los límites y aquello impensable antes -porque es violento- luego se hace habitual, después tolerable y por último sirve de justificación. En la Araucanía algo de esto ha ocurrido: se acusa racismo, aunque la motivación de los grupos insurgentes no sólo es racista, sino que su actuar posee rasgos de limpieza étnica mediante el amedrentamiento, pero ya no sorprende. Los grupos radicales que acusan falta de respeto a su cosmovisión queman iglesias. Se ha tildado de colonos, por carecer de apellidos castizos, a personas cuyos antepasados arribaron al país a mediados del siglo XIX, mucho antes de otras olas de inmigración provenientes de España, Croacia, del mundo árabe y de otros países de Europa, y a quienes nadie tildaría de colonos por poseer un apellido o rasgos no comunes. Sin embargo, la clasificación ya no se disputa… y así. La insurgencia sólo es factible luego de conquistar territorios mentales que impidan que la sociedad reaccione apropiadamente ante un fenómeno violento, como ha venido sucediendo.

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