La pandemia por Covid-19, es más que una crisis sanitaria, ya que dejará consecuencias y desafíos globales complejos. Es importante tener en cuenta que la tensión internacional ya se encontraba en un clima álgido, por lo que las amenazas que existían se mantienen e incluso se han agravado.
Las operaciones de paz y el sistema de Naciones Unidas ha tenido que adecuarse al nuevo contexto internacional, especialmente en aquellos países donde se encuentran desplegadas y en los desafíos futuros.
La aparición del virus causante del coronavirus 2019 (Covid-19), ha representado un gran desafío a nivel internacional, tanto en salud, como en los modelos económicos, sociales y culturales del siglo XXI, retando a la comunidad internacional a realizar un trabajo coordinado y cooperativo para enfrentarla, sobre todo en países donde la estabilidad económica, política y social, requieren mayor asistencia. (Figura 1)
Producto de esta pandemia, los países han enfrentado una grave recesión económica, empujando a millones de personas a la pobreza extrema, lo que, a su vez, ha generado que países entren en crisis y, por consiguiente, han aumentado los conflictos armados internos o externos, junto con desastres humanitarios, desplazados y refugiados.
En este sentido, la pandemia también pone en peligro el mantenimiento de la paz y seguridad internacional, ya que se han exacerbado las consecuencias humanitarias negativas de los conflictos armados y se han cancelado importantes programas, lo que ha producido el aumento de la violencia en las comunidades.
Por su parte, las Naciones Unidas y los principales departamentos vinculados a las operaciones de paz, han realizado un exhaustivo trabajo para la contención y propagación del virus y dar continuidad a las misiones que se encuentran operando actualmente.
El presente artículo pretende analizar la respuesta de las operaciones de paz frente al Covid-19 y, finalmente, un análisis sobre la paz y seguridad internacional post pandemia y el rol de Chile y el CECOPAC en esta realidad.
Antes de la pandemia, las misiones de paz multidimensionales de cuarta generación,1 compuestas por militares, policías y civiles, se desplegaban en contextos con características muy particulares, pero con la finalidad de generar las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales para el desarrollo del país. Esta última generación de misiones, tienen como características principales el fortalecimiento de la protección de civiles y los derechos humanos, la ayuda humanitaria, el apoyo a los procesos de paz, la protección al personal ONU, el apoyo a las autoridades del Estado anfitrión y reformas al sector de seguridad, entre otros.
Actualmente, las operaciones de paz se enfrentan a un nuevo escenario, donde la aparición del virus ha complicado las tareas de mantenimiento de la paz y la seguridad personal, si bien no es la primera vez que se combate una crisis sanitaria, (VIH y Ébola), nunca se habían enfrentado a una situación, que no tan solo ha generado una crisis sanitaria, sino que también una grave crisis económica, donde la destinación de recursos se ha reordenado para superarla.
Esta crisis obligó a los gobiernos a realizar ajustes presupuestarios, viéndose afectadas otras áreas indispensables para proteger a la población, como las operaciones de paz. Por consiguiente, las medidas adoptadas, como los recortes dirigidos a las misiones, el aplazamiento en la rotación de las fuerzas desplegadas, las restricciones de viajes internacionales, las imposiciones de cuarentenas y el cierre de fronteras generaron un retroceso que generó graves problemas en aquellos países que requieren de asistencia humanitaria urgente.
En función de lo anterior, parte de los países contribuyentes de militares y policías han realizado esfuerzos para dar continuidad en su participación en las operaciones de paz, entre ellas podemos destacar:
Si bien la pandemia ha generado efectos negativos en las operaciones de paz, hombres y mujeres que participan en ellas han logrado continuar con su trabajo, protegiendo a la población más vulnerable, implementando los mandatos y generando condiciones para ser parte de la solución de esta crisis sanitaria. Dentro de las actividades que se han realizado, se destacan el apoyo a las comunidades y a las autoridades nacionales, a través del uso de radios para difundir mensajes de salud pública, entrega de suministros necesarios para la prevención del contagio. Así también, la ONU han apoyado a los gobiernos a desarrollar planes nacionales de preparación para la pandemia, a disminuir la interrupción de los servicios de primera necesidad y a brindar asesoramiento respecto a las medidas preventivas y de control como, las cuarentenas, higiene personal y el distanciamiento social.
La “Doctrina Capstone”2 del año 2008 grafica las etapas del conflicto y sus procesos políticos; la “Agenda ONU para enfrentar nuevos horizontes” del 2009, donde se evalúan los procesos políticos y estratégicos a enfrentar y reforzar el diálogo con las partes interesadas, para ajustar las operaciones de paz a las necesidades actuales y futuras. (Figura 2) el “Panel Independiente de Alto Nivel para Operaciones de Paz de la ONU” del 2015 que establece una búsqueda más política en la solución de los conflictos y una restructuración estratégica de los departamentos encargados de llevar a cabo las Operaciones de Paz.
Figura 2 “Doctrina Capstone y Agenda ONU para enfrentar nuevos horizontes”
Las operaciones que se encuentran activas (Figura 3) deben seguir trabajando de manera coordinada con las autoridades, prestando apoyo a partir de las herramientas y competencias que se poseen (Naciones Unidas, 2020), ya que aquellos países que son asistidos presentan diversos problemas, como conflictos armados, inestabilidad política y social, escenarios hostiles, carencias de recursos básicos, elevados índices de pobreza, hambruna, violencia sexual, entre otros, y muchas veces son incapaces de proteger a la sociedad civil, por lo que las operaciones de paz deben cooperar y asistir a la población bajo los principios rectores de la Asistencia Humanitaria de la ONU.
Con la aparición del Covid, en un contexto internacional de inestabilidad política producto de las rivalidades geopolíticas y la tensión entre las grandes potencias, muchas negociaciones de paz se encontraron en un punto de inflexión, lo anterior caracterizado por el aumento de actos de violencia extrema y nuevos conflictos armados, lo que a su vez ha generado que la situación de los derechos humanos en el mundo empeore.
Frente a esto, se ha requerido de la atención del Consejo de Seguridad, ya que tal como se expresa en el artículo 24 de la Carta de la ONU, tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacional, y por lo tanto, también la responsabilidad de proteger a la población civil vulnerable que se encuentra en zonas de conflicto, tales como niños, personas mayores o con discapacidad, mujeres, migrantes y refugiados, que además en este contexto particular, son quienes mas han sufrido los estragos de la pandemia.
Por consiguiente, es un hecho que millones de personas dependen de la ayuda exterior para su supervivencia. En este sentido, las operaciones de paz han establecido medidas de mitigación para continuar con la protección a los grupos más vulnerables. En situaciones de conflictos armados, además de promover la seguridad y salud de todo el personal de Naciones Unidas deben dar continuidad, estabilidad y adaptarse a la nueva realidad, esto implica trabajar en estrecha colaboración con las autoridades y que se apliquen todas las normas y procedimientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es importante mencionar que las Naciones Unidas han establecido y continúan ampliando y trabajando en compromisos e instrumentos de respuesta para mejorar las Operaciones de Paz y avanzar en medidas de recuperación frente al Covid, a partir de la Acción para el Mantenimiento de la Paz y la Ayuda Humanitaria A4P y A4P+ del 2018 y del 2021 respectivamente (Figura 4)
Con la finalidad de responder a los nuevos contextos internacionales, que hoy en día se enmarcan en una pandemia mundial, las Naciones Unidas a través de su Secretario General lanzaron la campaña Acción para el mantenimiento de la paz (A4P), con el apoyo de los Estados miembros y países contribuyentes de tropas y policías, se han comprometido a redireccionar los esfuerzos a partir de mandatos mas específicos que buscan mejorar y fortalecer el mantenimiento de la paz.
Posterior a esta declaración y junto a una reforma estratégica en gestión y desarrollo de la seguridad y protección del personal desplegado, tomando en cuenta, además, la pandemia, el Secretario General Adjunto del Departamento de Operaciones de Paz3 presentó el cuaderno A4P+,4 con la finalidad de complementar y mejorar la A4P a partir de un mantenimiento de la paz innovador, basado en datos y habilitado por la tecnología. Con lo anterior, se espera que la actuación de las fuerzas mejore sustancialmente y estén preparadas para responder a los diversos y cambiantes escenarios en los cuales se despliegan o podrían desplegarse.
Una vez superada esta situación, los países más afectados tendrán importantes y profundas crisis económicas, debido a que el Covid no solo ha propagado enfermedad y muerte, sino que también ha empujado a millones de personas, en distintas partes del mundo, a la pobreza y hambre. Esto ha provocado refugiados y desplazados de grupos humanos en grandes proporciones, por lo que, la cooperación internacional y la ayuda humanitaria serán indispensables para continuar con los objetivos planteados y avanzar hacia el progreso y el desarrollo.
Las Operaciones de Paz representan uno de los medios mas efectivos, con que cuentan las Naciones Unidas para la protección de civiles en zonas de conflictos y para lograr de manera efectiva la distribución de ayuda humanitaria, siendo estas tareas, en el actual contexto, una prioridad que se guía por los principios humanitarios.
Los objetivos fundamentales determinados por la actualización y el proceso de mejora continua para la transformación y perfeccionamiento de las Misiones de Paz tienen en sus ejes principales impulsar la innovación, maximizar el potencial de la tecnología y nuevos medios, comprender y enfocar correctamente las amenazas contra los civiles y un correcto control, supervisión y garantizar el uso responsable de las nuevas disposiciones y medios tecnológicos.
En este sentido, la estrategia para la evolución/transformación digital de las operaciones de mantenimiento de la paz, tiene como objetivo principal, permitir que las misiones cumplan sus mandatos de manera eficaz y mejorar la seguridad del personal, aprovechando el potencial de las tecnologías digitales y mitigando los riesgos, al mismo tiempo que se posicionan para continuar evolucionando en el uso de la tecnología.
La participación de Chile en Operaciones de Paz se sustenta, entre otros, en la Carta de Naciones Unidas, además cuenta con un cuerpo normativo, como la Ley 20.297 del 2008, que modifica la Ley N° 19.067 y establece normas para la participación de tropas en este tipo de operaciones. Por otro lado, la Política de Defensa de Chile 2020 define las Áreas de Misión, dentro de las cuales se encuentra la de “Cooperación Internacional y apoyo a la Política Exterior” donde establece que las operaciones multinacionales de paz o de estabilización incluyen misiones de cooperación internacional enfocadas en la contribución a la preservación de la paz y seguridad internacional, protección de rutas de comercio internacional, ayuda humanitaria ante catástrofes en otros países.
Es así como Chile participa formalmente desde 1946 en UNMOGIP India-Pakistán en Operaciones de Paz (Figura 6), siendo su participación más fuerte MINUSTAH en Haití, con cerca de 850 efectivos al año, durante 12 años (2004-2017). Actualmente cuenta con 24 hombres y mujeres de las FF.AA. y policías en distintas misiones, como EUFOR/ALTHEA en Bosnia, UNFICYP en Chipre, UNTSO en Israel, MVNUC en Colombia y en la sede de la ONU en Nueva York. (Figura 5)
Tal como se ha mencionado, la preparación de las fuerzas de paz es fundamental para enfrentar la actual amenaza y continuar con el cumplimiento del mandato, la protección de civiles y la entrega de ayuda humanitaria.
En el caso particular de nuestro país, el Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC), como institución a cargo de la formación y preparación de los efectivos que participan en las Operaciones de Paz, ha realizado esfuerzos para darle continuidad a los cursos frente a esta contingencia, por lo que se han tomado medidas, como la creación de una plataforma virtual o E-Learning, la actualización de las mallas curriculares, integrando los procedimientos que se deben llevar a cabo en cada misión ante el Covid y tomado contacto con las áreas de misión, para que el personal tenga conocimiento del escenario al cual se enfrentaran al llegar a destino; Además de utilizar nuevas tecnologías y todos los recursos tecnológicos para continuar cumpliendo con su misión.
Desde el comienzo de la pandemia al presente5 se han capacitado mas de 1.000 alumnos de las Fuerzas Armadas, policías y civiles, tanto nacionales como extranjeros y en toda su Historia CECOPAC ha capacitado a 19.480 alumnos instruidos.
Para superar esta crisis producto de la pandemia que generó el colapso tanto de los sistemas de salud como de las economía y normas sociales, se hace imperante el trabajo coordinado de los países para gestionar problemas globales como este y los venideros.
Es importante además tener en cuenta que antes de la pandemia, ya nos encontrábamos con una importante tensión internacional caracterizada por un clima álgido, donde las amenazas siguen y seguirán en aumento. Es por esto, que, tanto en el escenario actual como los futuros, la continuidad de las Operaciones de Paz será de vital importancia, debido a su capacidad de exportar la ayuda necesaria, de proteger a los civiles, de aportar en la estabilidad político y social, de ayudar a los más vulnerables y detener la violencia, entre otras cosas.
En un contexto de crisis sanitaria, pareciera ser que las Operaciones de la Paz generan un gasto de recursos innecesarios, sin embargo, son una tarea tremendamente sacrificada que se desarrolla en condiciones complejas y peligrosas y cumplen un rol fundamental en el contexto de la pandemia, ya que contribuyen en la mitigación de sus efectos, sobre todo en aquellos países con gran inestabilidad.
Las operaciones multidimensionales han presentado nuevos dinamismos, constantes cambios y reformas, conforme a la naturaleza de los conflictos, tienen amplias tareas que se encuentran especificadas en mandatos cada vez más complejos, por lo que se han desarrollado diversas iniciativas y procesos dentro de la organización a partir de reformas al mantenimiento de la paz.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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