By JOAQUÍN REYES VARGAS
Esta revisión exploratoria de publicaciones conjuntas y científicas respecto a las operaciones de información y su rol en el ambiente operacional facilitaría entender las dinámicas conflictivas a través de la información. Así mismo, durante su desarrollo se describirá el ambiente de información y su relación con el ciberespacio, lo que permite visualizar la integración de las funciones operacionales en el proceso de planificación de operaciones y contribuir a tener una visión más amplia para alcanzar el estado final deseado.
This exploratory review of joint and scientific publications on information operations (IO), and its role in the operational environment (OE) will facilitate the understanding of conflicting dynamics by means of information. This article will describe the information environment and its relationship with cyberspace, which will allow us to visualize the integration of the operational functions in the operations planning process, contributing to have a broader vision to reach the desired end-state.
En la actualidad es recurrente el estudio y empleo de los términos ciberespacio y ciberseguridad en respuesta a la amplia difusión de desinformación y filtración de datos sensibles y cuyo impacto ha sido discutido en el ámbito comunicacional e internacional, especialmente por sus implicancias negativas sobre la opinión pública. Pero desde la perspectiva militar, estas actividades se planifican bajo el alero de la guerra de la información, como un método de guerra que se desenvuelve en el ambiente operacional, por medio de operaciones de información. En este contexto, en la actualidad es el ciberespacio el dominio de mayor relevancia en que la guerra de información se gesta, dominio en que se considerarían todos los instrumentos, metodologías, estrategias, operaciones y capacidades cibernéticas que tengan relación con el empleo de la información, su protección y difusión. Cabe precisar que el ciberespacio es un dominio del ambiente operacional, al igual que el terrestre, marítimo, aéreo y espacial, en donde pueden desarrollarse operaciones ofensivas y defensivas, con la singularidad de que emplea el espectro electromagnético o infraestructuras informáticas para ello. Como lo define la publicación AJP 3-20 (2020): “El dominio global que consiste en todos los sistemas interconectados de comunicación, tecnología de la información y otros sistemas electrónicos, redes y sus datos, incluidos los que están separados o son independientes, los cuales procesan, almacenan o transmiten datos” (p 4). De esta forma, sus actividades en el ambiente operacional se denominarían operaciones en el ciberespacio o cyberspace operations (cada vez es menos recurrente por doctrinas conjuntas el empleo del término “ciberoperaciones”), y que reviste de características y capacidades más amplias que el internet, como usualmente se limita asociar. Asimismo, desde el ámbito militar, sus operaciones estarían dirigidas a crear efectos que permitan alcanzar los objetivos del comandante o mantener su libertad de acción. En consecuencia, la guerra de información se constituye como una tipología de guerra modernizada por el desarrollo tecnológico, y que es necesario conocer para comprender en forma integral el ambiente operacional para el proceso de planificación de operaciones.
En relación a lo anterior, es necesario diferenciar los términos disímiles de guerra de información y operaciones de información, según las doctrinas y manuales que se consulten. Por ejemplo, las operaciones de información de acuerdo a la publicación JP 3-13 (2014) se definen como:
El empleo integrado, durante las operaciones militares, de capacidades relacionadas con la información en concierto con otras líneas de operación para influir, interrumpir, corromper o usurpar la toma de decisiones de adversarios y potenciales adversarios, mientras que al mismo tiempo se protegen las propias (JP 3-13, 2014, p. GL- 3).
Por otro lado, la guerra de información, según Rianne Van Vuuren1(2015), citado en Ventre (2016) es conceptualizada como:
La guerra de la información se define como acciones centradas en desestabilizar o manipular las redes de información centrales de un estado o entidades en la sociedad con el objetivo de influir en la capacidad y la voluntad de proyectar poder, así como los esfuerzos para contrarrestar ataques similares de una entidad y/o estado opuesto (p.273).
Por lo tanto, ambas denominaciones refieren al empleo de técnicas que persiguen influir y condicionar los núcleos del proceso de toma de decisiones. Sin embargo, las operaciones de información son la extensión operativa de la guerra de información, con énfasis en afectar al mando y control del adversario, mientras que la guerra de información es más amplia al considerar los sistemas de información, infraestructuras informáticas y la manipulación de información sobre objetivos no necesariamente militares. En suma, en adelante el presente ensayo se articula en que las operaciones de información son parte de la guerra de información, y que esta última a su vez se desarrolla en el ambiente de la información, un subconjunto del ambiente operacional.
Respecto a los dominios en que se movilizan las operaciones de información, es necesario realizar previamente un análisis de las definiciones y categorizaciones de estas actividades en tiempo y espacio, según algunas publicaciones especializadas que las mencionan. En este sentido, la publicación JP 3-12 Cyberspace Operations no define las operaciones de información, pero sí menciona que tienen una directa dependencia con las operaciones en el ciberespacio, puesto que ellas apoyan a las operaciones de información para el cumplimento de los objetivos operacionales (JP 3-12, 2018). Por otro lado, las operaciones en el ciberespacio son incluidas como un medio de las operaciones de información, que deben ser sincronizadas y coordinadas con otras técnicas y herramientas (IRC)2de las funciones operacionales que podrían lograr el efecto deseado o una ventaja sobre la información (JP 3-13, 2014). Por lo tanto, las operaciones en el ciberespacio podrían considerarse como un recurso más de las operaciones de información y cuya expresión sería el punto de unión y coexistencia entre el ambiente de la información y el ciberespacio. En otras palabras, se aprecia que la única distinción entre el ambiente de la información y el ciberespacio es que este último solo existe por el empleo de las capacidades cibernéticas en el espectro electromagnético y/o plataformas informáticas para afectar las dimensiones del ambiente de la información, de lo cual se referirá más adelante.
En relación a lo anterior, esta categorización de las operaciones de información es relevante, debido a que sus operaciones no se restringen solo a la línea ofensiva de las operaciones en el ciberespacio, sino que también considera el desarrollo de otras actividades destructivas en otros dominios, en caso de estar impedido del uso de capacidades cibernéticas. Como define Ventre3(2016):
Las operaciones de información pueden ser ofensivas y defensivas. Las operaciones de información ofensivas son el uso integrado de métodos y actividades específicas, apoyados por la inteligencia, para afectar a los tomadores de decisión enemigos o influir en otros. El efecto deseado es destruir, deteriorar, interrumpir, engañar, explotar e influir en las funciones enemigas. Los objetivos finales son los líderes y los procesos de decisión humana del adversario o de terceros que se encuentren en la zona de operaciones (p.44).
En consecuencia, se puede concluir que si se indisponibilizara el empleo de las capacidades cibernéticas, entonces no podrían efectuarse operaciones ofensivas en el ciberespacio, pero sí realizar operaciones de información a través de otros métodos como, por ejemplo: las operaciones psicológicas, la propaganda, las operaciones de influencia, las operaciones de decepción y las operaciones civiles militares, entre otras. Con todo, limitarse a asociar las operaciones de información exclusivamente al ciberespacio, podría inducir a no aprovechar las capacidades del factor operacional de fuerza en su totalidad. Sin duda, las operaciones de información que se desarrollen en el ciberespacio contribuyen y encajan en la naturaleza del ambiente de información, con un solo objeto: afectar el proceso de toma de decisiones o el ciclo OODA4, e influenciar sobre un público objetivo. Pues como indica la publicación JP 3-13 (2014): “De las operaciones de información, lo importante no son las capacidades y técnicas, sino más bien su aplicación integrada para lograr el estado final de un JFC” (p. I- 5). En síntesis, si se es degradado el mando y control o sus medidas de seguridad son débiles, es altamente probable una condición de desventaja significativa en las primeras fases de una campaña.
El ambiente de la información y el ciberespacio
En consideración a la revisión teórica expuesta, es pertinente comprender cómo el ambiente operacional, ambiente de la información, el ciberespacio y las operaciones de información se interrelacionan, ya que es necesario diferenciarlas para una mejor precisión conceptual al momento de discutir la planificación. El ambiente de la información, de acuerdo a la JP 3-13 (2014), se define como: “El agregado de individuos, organizaciones y sistemas que recopilan, procesan, difunden o actúan sobre la Información” (p. GL-3). Por otro lado, la OTAN en su doctrina AJP 3-10 (2015) la describe como: “Un entorno compuesto por la información en sí misma; los individuos, organizaciones y sistemas que reciben, procesan y transmiten la información; y el espacio cognitivo, virtual y físico en el que esto ocurre” (p. Lex 7). Cabe mencionar que la OTAN define tres dominios del ambiente de la información: a) el cognitivo-psicológico, entendido como el más relevante, ya que en él se expresa la percepción, el análisis, la habilidad, experiencia y criterio del mando para resolver y conducir operaciones; b) la dimensión virtual, que se compone de todo elemento intangible y sistemas de información que aporten a la correcta gestión de la información y comunicaciones; y (c) la física, como aquellos equipos e infraestructura informática y electrónica que permiten que todo lo anterior sea posible con los recursos disponibles (AJP 3-10,2015). En este contexto, cobra relevancia cómo la OTAN enfatiza en la dimensión cognitiva el aspecto psicológico, destacando la connotación de las emociones y conductas de sus objetivos, los cuales son revisados y autorizados por el nivel político estratégico a través de la NAC (North Atlantic Council) y ejecutados con el empleo de ROE (Rules of Engagement).
En suma, toda actividad o recurso que involucre el proceso de información y gestión de esta es transversal a los elementos y dominios que conforman el ambiente operacional. En consecuencia, las operaciones de información centrarían sus esfuerzos con los recursos disponibles en el dominio cognitivo-psicológico, virtual y físico, y comprender estos tres elementos es necesario en el ambiente de la información. Tal como lo explica la doctrina AJP 3-10 (2015), en ellos residen las informaciones críticas, capacidades, enlaces de comunicación, grupos de planificadores y células, recursos para efectuar las operaciones de información ofensivas y defensivas. Por lo tanto, se requiere que el mando y control reciba oportunamente información fidedigna que sea favorable a sus objetivos y fuerzas desplegadas; mediante la dirección de los esfuerzos de información sobre un público objetivo, el proceso de toma de decisiones y la protección de su información.
En relación al ciberespacio, dicho dominio reviste amplias características informáticas y electrónicas, y mandatoriamente requiere del sostenimiento en infraestructura, personal y lugares geográficos para su ejercicio. Luego, estos elementos constituirían la proyección de las capacidades cibernéticas desde el dominio terrestre, aéreo, marítimo o espacial hacia el ciberespacio. Esto podría ser relevante para aquellos países que persiguen en sus políticas de ciberseguridad establecer un dominio o soberanía del ciberespacio, y con ello mantener activa la concepción de ciberconflictos internacionales.
En síntesis, en el ambiente operacional, en el cual se encuentran insertos el ambiente de la información y el ciberespacio, en ambos se desarrollan operaciones para alcanzar el estado final deseado, creando efectos diseñados por las funciones operacionales y otras células interagenciales de ser necesario. Desde esta perspectiva, las operaciones en el ciberespacio son una capacidad más del ambiente operacional que apoyan a las operaciones de información en las mismas tres dimnsiones mencionadas. En la imagen 2 se muestra cómo la OTAN visualiza las operaciones de información de forma integral
Control reflexivo
De acuerdo a la revisión teórica y el rol de las operaciones de información en el ambiente operacional, es de interés conocer una de muchas técnicas existentes en la guerra de información. Ejemplos de estas técnicas es el Control Reflexivo (CR). Esta es una técnica que contribuye a las operaciones de información diseñadas por la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Su sustento científico se basa en las teorías de cibernética y sistemas, impulsadas por Vladimir Lefebvre5. Este modelo de interrelación objetiva y subjetiva de la presentación de la realidad sobre la dimensión cognitiva se explica según Martínez (2020) como:
El CR se produce cuando el agente controlador proporciona al sistema objetivo los motivos y razones que le induzcan a tomar la decisión deseada, cuya naturaleza se mantiene en secreto. La decisión debe conceptualizarse de forma independiente pero el reflejo implica un proceso específico para imitar tanto el razonamiento como el comportamiento del enemigo, con objeto de inducirle a tomar una decisión contraria a sus intereses. De esta forma, se crea un modelo de actuación en el sistema a controlar considerando la percepción que el objetivo tiene de la situación y que tiene bien presente que dicho sistema adversario también tratará de influir en el atacante (p.5).
Este modelo del control abandona la tradicional forma de operar unidireccionalmente, al considerar prioritario conocer la percepción y recreación de la realidad del adversario, la simulación. Su esencia es la manipulación de la realidad de manera de inducir al adversario a errar de acuerdo a una mala apreciación de la situación real. Es por ello que es un proceso de alto nivel que supera la desinformación, ya que requiere de una sinergia en todos sus niveles del ámbito diplomático, económico, militar, social y cultural. Su etimología refiere al control por la manipulación del ambiente de la información, y reflexivo por la capacidad de reflejar en el otro lo que quiera simular. Es un método que requiere de una permanente producción de inteligencia del adversario, debido a que la información requerida para lograr el CR es: “Comprensión de la situación, sus objetivos, su algoritmo de resolución de problemas/doctrina y su decisión” (Martínez, 2020, p.7). En resumen, es una técnica que se invita a leer, a propósito del conflicto ruso-ucraniano6, en el que se puede apreciar la guerra de información en respuesta al soft power de Ucrania.
Conclusiones
En relación a las operaciones de información, esta se conforma de más actividades que solo las operaciones en el ciberespacio, ya que incluye una gran cantidad de actores y recursos que no se restringen solo al dominio del ciberespacio. Asimismo, en el ambiente operacional, el ciberespacio es un dominio más del ambiente de la información en donde se desarrollan operaciones de información.
En cuanto a la conducción de las operaciones de información, sería útil considerar por su connotación ofensiva que su ejecución sea conducida por la función conjunta de fuegos. Mientras que las demás funciones operacionales, descritas en los manuales conjuntos revisados, contribuirían a la planificación centralizada según sus competencias. Es decir, operaciones elaboradas y ejecutadas por un trabajo sincronizado e integrado de otras funciones operacionales, ante lo cual,se recomienda no limitarse a delegar su planificación a la función de inteligencia o informaciones, especialmente por su habitual tendencia de asociarlas exclusivamente a este tipo de operaciones.
Junto a lo anterior, ¿cuál es la competencia y habilidad que distingue una función de otra para estas operaciones? Pues depende, ya que la planificación de las fuerzas se ciñe por el grado de adaptabilidad, flexibilidad y escalabilidad; en función de las competencias requeridas, la misión y el estado final deseado. En este sentido, cualquier función podría aportar a la planificación de estas operaciones por igual en una célula de informaciones, he ahí el nivel de participación e injerencia de las funciones operacionales conjuntas.
Bibliografía
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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