El autor es un porteño que estudió en los Padres Franceses de Valparaíso y Viña del Mar y arquitectura en la Universidad Católica de Santiago, con postgrados y estudios en Alemania y Francia. Desde 2003 es miembro correspondiente de la Academia de Historia Naval y Marítima y que por afición e interés personal escribió este libro como reconocimiento a la ciudad que lo vio nacer. Don Cedric Purcell nos entrega una obra amena y copiosamente ilustrada con grabados originales de la época, cuya mayoría son parte de su colección privada formada durante muchas décadas y obtenida tanto en Chile como en Norteamérica y Europa, los cuales permiten imaginar con bastante certeza como era Valparaíso en la época de la Guerra contra España. La descripción amena y ágil de la vida social y política del puerto, como también del devenir que llevó al conflicto armado, impulsado por un exagerado espíritu americanista que no necesariamente era correspondido por otros países, de los combates navales librados y del desastroso bombardeo de Valparaíso, son el fruto de una larga  investigación efectuada por el autor quién, sin ser marino ni historiador, logra un nivel de comprensión y  profundidad extraordinario. Resulta evidente para el lector que Cedric Purcell sabe y domina el tema y además lo presenta de manera entretenida y ágil. Las ilustraciones, muchas de ellas inéditas y desconocidas para el grueso público, muestran no sólo los lugares geográficos donde ocurre la narrativa, sino también a personajes relevantes que tomaron parte en ella. La descripción de los combates navales, como también de los movimientos de las escuadras, y las explicaciones de ellos señalan una destacada compenetración en la historia que se cuenta. Especial mención se hace a la participación en el control de incendios, después del bombardeo español, al Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, constituido por un total 1.120 voluntarios chilenos y extranjeros, y del apoyo que llegara vía ferrocarril del Cuerpo de Bomberos de Santiago, lo cual resulta un merecido homenaje a quienes contribuyeron a preservar la infraestructura y evitar daños mayores en las construcciones y habitantes del puerto. De la lectura también aparecen claras las lecciones que dejara este conflicto. La pérdida de la marina mercante de bandera chilena, la urgente necesidad de mantener de manera permanente una marina fuerte y potente para resguardar nuestros intereses en el mar y el requerimiento de  fortificar el puerto para evitar que se repitieran acciones tan negativas como las sufridas. El libro, de menos de 200 páginas, copiosa y bellamente ilustrado, vale la pena leerlo ya que nos permite acercarnos a un pasado lejano que nos sirve para comprender mejor como nos fuimos formando como país.