By EDGARDO PASTENE ROJO
La guerra, como un fenómeno propiamente humano, ha evolucionado tal como lo hacen las personas. Es así que hemos podido apreciar el uso de distintos elementos y formas de llevarla a cabo a lo largo de la historia. Consecuentemente con lo anterior, en la actualidad podemos apreciar una forma menos directa e híbrida a materializar las acciones en mérito del logro de un objetivo político o militar, buscando afectar factores sociales o económicos en vez de la destrucción del adversario.
War, as a social phenomenon, has evolved as humans do, and as such, over the course of history we can account ways and elements to accomplish it. As a result, nowadays we can notice a less straightforward and hybrid way to realize the initiatives in achieving a political or military objective, seeking to impact social or economic factors rather than the adversary´s annihilation.
La guerra constituye en sí un fenómeno que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. En ella hemos visto distintas formas de aplicación de medios en mérito del logro de un determinado objetivo. El General Andre Beaufre1 en su definición de “estrategia indirecta”, plantea el empleo de medios “menos directos”, los que pueden ser de carácter político, económico, o una serie de acciones militares entre periodos de negociación (Guidi, 1968).
Lo señalado con anterioridad por el General Beaufre pareciera cobrar una particular relevancia en el contexto de la denominada guerra híbrida, concepto acuñado en la actualidad para describir una nueva forma en la que distintos actores estatales y no estatales hacen uso de la violencia junto con el empleo combinado de medios y métodos tradicionales e irregulares, que actúan en su conjunto para el logro de efectos considerables en el marco de un determinado conflicto (Balaresque, 2020).
Lo anterior cobra relevancia toda vez que se aprecia una relación entre la estrategia indirecta de Beaufre y la guerra híbrida, pudiendo ser complementarias o incluso asimilables guardando las diferencias obvias relacionadas con el periodo histórico, los métodos y medios aplicables a cada caso, los que hoy en día están marcados por fenómenos actuales como la inmigración no regulada, el crimen internacional y la globalización, entre otros.
El presente trabajo pretende poner de manifiesto que la denominada “guerra híbrida” obedece a la normal evolución del fenómeno de la guerra respecto de los métodos y medios empleados en el escenario en la que se desarrolla, esto, teniendo como base la visión del General Beaufre en cuanto a los diversos medios a emplear en mérito de la obtención de un objetivo por parte de un actor estatal o no estatal.
La guerra, como fenómeno presente a lo largo de la historia, ha contribuido a ir modelando y condicionando el desarrollo de la humanidad en distintos ámbitos. Socialmente se puede apreciar la influencia de la guerra en la vida de las personas, tanto en lo respectivo al desarrollo tecnológico, técnico y académico, entre otros.
Un aspecto relevante de la guerra es su carácter colectivo. Se diferencia de los actos violentos realizados por individuos aislados o incluso de grupos arbitrariamente reunidos en pos del ejercicio de la misma. Junto con lo anterior, se aprecian como factores fundamentales, para diferenciarla del crimen ordinario, en primer lugar, la intención y, en segundo lugar, el elemento político, estando efectivamente la guerra, al servicio de un interés político, mientras que la violencia individual al servicio de un interés privado (Academia de Guerra Naval).
Según Clausewitz, la guerra, constituye un acto de violencia, cuyo objetivo es forzar al adversario a ejecutar nuestra voluntad, mientras que otros autores la definen como una lucha entre hombres, y otros hacen referencia a la participación de Estados independientes como protagonista de ella, otorgándole así un carácter internacional. En resumen, existe consenso en que la guerra es una forma de violencia que se lleva a cabo de manera organizada y metódica, respecto de quienes la dirigen y quienes participan en sus acciones (Academia de Guerra Naval).
Desde la caída del muro de Berlín, se ha visto el notorio aumento de diversos tipos de conflictos armados, alejados cada vez más del marco regulatorio legal que, desde el término de la II Guerra Mundial, de alguna forma se intentó otorgar al ejercicio de la guerra.
A comienzos de la primera década del siglo XXI aparece el concepto de “guerra híbrida”, la que se plantea como un tipo de conflicto protagonizado por actores estatales y no estatales, que adaptan sus medios y métodos de manera rápida, incorporando simultáneamente diversas capacidades a través de todo el espectro del conflicto. Es por esto, que en la actualidad no se puede simplemente asumir que los actores estatales utilizan la guerra convencional y los no estatales la guerra irregular (Balaresque, 2020).
Entre los actores no estatales que emplean a la denominada guerra híbrida como método de acción, destaca el Grupo Radical “Estado Islámico”, el que desarrolla actividades criminales para solventar a la organización, posee nulo apego al derecho internacional, utiliza la guerra comunicacional y propaganda, y emplea de unidades pequeñas y con alto grado de autonomía en acciones tácticas utilizando guerra de guerrillas (Balaresque, 2020).
Por otro lado, en cuanto a los actores estatales que han llevado a cabo acciones en el marco de lo que se denomina como guerra híbrida, aparece el caso de Rusia, que mediante el empleo de fuerzas especiales ha actuado de manera sigilosa realizando acciones y apoyado a milicias locales en territorio de su interés, logrando finalmente la ocupación efectiva de éste y negándoselo a su adversario. Lo anterior ha permitido a Rusia alcanzar objetivos políticos, siendo capaz de negar su participación directa en las acciones (Balaresque, 2020).
Las características propias de los métodos y medios empleados en las acciones en el marco de la guerra híbrida hacen muy difícil detectar si estas provienen de un actor estatal o no; además, su carácter difuso le permite de forma discreta en su planificación y conducción, lograr un efecto u objetivo político.
De acuerdo a lo planteado con anterioridad, respecto de la diferencia entre la guerra y la mera aplicación de la violencia por parte de una persona o un grupo determinado, considerando lo difuso de la forma de hacer la guerra híbrida y su dificultad para identificarla respecto de su planificación e intencionalidad, bien podría ponerse en duda su condición de guerra propiamente tal, al confundirla con una serie de eventos organizados por un de grupo de individuos organizados en mérito de la obtención de un objetivo determinado. En este sentido y de acuerdo al lo que se entiende por el concepto de guerra, podría cuestionarse si la guerra híbrida constituye una nueva forma de hacer la guerra, o sólo corresponde a una serie de maniobras realizadas en los distintos ámbitos de interés susceptibles de ser afectados en mérito del logro de un objetivo determinado.
Dado lo difuso del origen de la conducción, planificación y objetivo que se busca, sumado a la variedad de actores que pueden aplicar esta forma de hacer la guerra, se podría estar en presencia de un acto violento desarrollado por un grupo determinado y no de lo que se entiende por una guerra como concepto tradicional. Sin embargo, la participación de actores estatales, empleando métodos y medios como los descritos anteriormente, con la finalidad de lograr un objetivo político, marcan una clara similitud entre la estrategia indirecta y esta forma de hacer la guerra.
Es sabido que después de la denominada paz de Westfalia y la consecuente creación del Estado-Nación, se dio inicio a una la forma clásica de hacer la guerra, caracterizándose por el empleo de ejércitos regulares en el marco de una guerra formalmente declarada entre Estados, desarrollándose las acciones de acuerdo a normas formalmente establecidas, las que debían ser acatadas por los beligerantes (Bravo, 2022). Respecto del acato de normas establecidas en el ejercicio de la guerra por parte de los Estados, esto no siempre fue efectivamente cumplido. Es así que, a través de la historia, se han observado distintos actos constitutivos de crímenes de guerra, los que han traído aparejados juicios de guerra, lo que tácitamente entregan un grado de “formalización” de la guerra como acto de un determinado Estado dentro del marco del sistema internacional.
Junto con lo anterior y producto del normal proceso de evolución tecnológica, social y política que afectaron al sistema internacional, especialmente con la interdependencia generada producto de la globalización, a fines del siglo XX comenzó el desarrollo de diversas líneas de pensamiento que plantean distintas características de la guerra como fenómeno político y social, quitándole relevancia al empleo de medios convencionales y al monopolio del uso de la fuerza por parte de los actores estatales (Bravo, 2022).
Por su parte, las grandes potencias como China, Rusia y Estados Unidos, conscientes de la nueva realidad del sistema internacional, de los conflictos y de la forma de hacer la guerra entre los Estados en los escenarios actuales del siglo XXI, entendiendo la participación de nuevos actores y tecnologías en un entorno altamente interdependiente, han acuñado distintos términos en el marco de esta nueva híbrida forma de hacer la guerra2 (Bravo, 2022).
Por otro lado, Rusia, a diferencia de lo planteado por Estados Unidos, respecto del planteamiento del empleo de una forma híbrida de hacer la guerra como un instrumento útil para obtener objetivos limitados en un eventual conflicto, considera que la finalidad de lo que ellos entienden por guerra híbrida se basa en destruir la cohesión política, mediante el quebrantamiento del espíritu de la nación que se busca afectar, a través de la erosión gradual de sus valores nacionales, cultura y autoestima, actuando desde el interior de ésta con la finalidad de lograr su colapso interno (Bravo, 2022).
Por su parte, China, en su concepto de “Unrestricted Warfare”, establece que los principales factores de transformación de la forma de hacer la guerra en la actualidad, están constituidos por la globalización y la integración tecnológica, principalmente en lo relativo a la información, generándose un escenario propicio para la aparición de organizaciones no estatales que representan una significativa amenaza como adversario potencial de las fuerzas armadas y de los Estados, empleando medios no convencionales como el ciber crimen, terrorismo o manipulación financiera (Bravo, 2022).
Producto de lo anteriormente señalado, se puede entender que las grandes potencias han adaptado sus medios y método de hacer la guerra al actual escenario, el que impone los desafíos propios de un mundo globalizado e interdependiente, donde los Estados coexisten junto con sus competidores y adversarios, debiendo ser capaces de defender sus intereses y los de sus aliados, a la vez que se le niegan las de sus competidores, todo esto en el marco del escenario que nos brinda el actual contexto del sistema internacional.
Todo indica que el concepto de estrategia indirecta definido por el General Beaufre pudiera ser particularmente aplicable en la actualidad, mediante el empleo de distintos medios que busquen afectar a un eventual adversario a través de su economía, política, sociedad o una combinación de todos ellos, lo anterior con el fin del logro de un objetivo político o, en última instancia, para generar un escenario favorable para un óptimo empleo de la fuerza militar, en el marco de un enfrentamiento violento.
Como se mencionó con anterioridad, la guerra híbrida comprende el empleo de distintos métodos, medios y actores en el contexto de una adaptación lógica de los Estados y miembros del sistema internacional a los actuales escenarios emanados de un mundo globalizado e interdependiente.
En conclusión, lo planteado por el General Beaufre, a través de lo explicado en su estrategia indirecta, sienta las bases de lo que hoy se conoce como guerra híbrida; esto, mediante la aplicación de medios distintos a la violencia física ejercida por un Estado sobre su adversario. Sumado a lo anterior, la forma de hacer la guerra que plantean Estados Unidos, Rusia y China, mediante el empleo de métodos y medios menos directos, en mérito de cumplir sus objetivos políticos respecto de sus adversarios, aparece como una adaptación de la estrategia indirecta de Beaufre en el contexto de los escenarios actuales, correspondiendo esto, un natural proceso de evolución y adaptación del fenómeno de la guerra respecto de un mundo globalizado e interdependiente.
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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