Ser infiel a otros, no cumplir la palabra dada es ser infiel a sí mismo, privarse de arraigo y por tanto de firmeza, de identidad personal, de peso, madurez y honorabilidad. Se es sujeto moral cuando se es fiel a las convicciones básicas, a los ideales, a las leyes del desarrollo personal. No cabe identificar por ello, la fidelidad con la intransigencia y el afán de dominio. En el estadio de creatividad nadie domina sino se colabora en la creación de un espacio de juego común, tras objetivos comunes. Se privilegia la libertad creativa restringiendo la libertad de actuar arbitrariamente.
Podría pensarse que una persona es fiel porque tiene firmeza de carácter, más bien al contrario, se dota la personalidad de solidez y energía cuando crea relaciones, reconociendo la validez de estas y se les guarda lealtad. De ese modo se genera la confianza, tan necesaria cualidad de un líder, junto a la constancia y la consecuencia.
Asumir un valor atrae y genera afecto y relaciones humanas: relaciones de justicia, de piedad, de fidelidad, de generosidad… Todo valor es relacional no meramente relativista. Los seres humanos tenemos el privilegio de captar valores, advertir que unos tienen más rango que otros y conceder a éstos la primacía sobre aquellos. Mantenerse fiel a un valor y renunciar a otros, por entrañables que sean, supone una soberanía de espíritu sublime. Ser leal puede implicar sacrificios extremos. Tal es el caso de…”rendir la vida si fuere necesario” explicitado en el juramento a la bandera, como símbolo de un valor superior común, cual es la Patria.
Esto se refleja en la mística que se aprecia en la Legión IM, cuyo lema es Unio et Traditio. La fidelidad supone el ejercicio de la memoria, entendida como facultad creadora. Recordar es volver a pasar por el corazón (del latín cor: corazón). Ser fiel es un acto de re-creación de la realidad. El cumplimiento de la promesa otorga suprema dignidad.
Al momento de elegir u optar por una carrera castrense se debiera tener en consideración que ésta no es comparable simplemente con otras del mercado laboral, independiente si se cuenta o no con la capacidad física e intelectual para superarla. La componente exclusiva de la carrera militar va más allá de lo formal o económico. Se trata de una componente vocacional que no siempre se comprende porque no siempre se explicita. Tal vez lo relatado en este artículo, sin pretensión de verdad absoluta, puede orientar a quienes ya están en ella como también al joven interesado.
Dada la jerarquía de los valores que la sustentan, la carrera militar requiere de fidelidad, que viene siendo la mater de todo el comportamiento de un soldado, marino o aviador. Es una carrera de servicio a la Patria, algo más que el servicio público. Para que los valores se materialicen en conductas y actitudes deben ser encarnados por servidores fieles a ellos, hasta el sacrificio más sublime de amor que es dar la vida por los demás.
La Infantería de Marina no es la exclusiva cultora de valores ni de la fidelidad, en particular. Lo son todas las instituciones y cuerpos de la defensa. Tal vez la diferencia radica en el tradicional e imprescindible espíritu de cuerpo que la ha caracterizado y que le ha sido de vital sustento en las sucesivas guerras y crisis de nuestra historia.
Para que sea un honor y un privilegio ser un Infante de Marina se debe honrar su lema Fortis Atque Fidelis.
Cinco años después que viera la luz el niño Arturo Prat Chacón, no lejos de su hogar de Ninhue, en la misma provincia de...
Hoy dadas las ventajas que la tecnología nos brinda, es cada vez más fácil implementar robustas redes de telecomunicaciones con el fin de suplir la presencia del comandante en los diversos sectores del área de operaciones. Sin embargo, lo anterior puede llegar a disminuir la capacidad de implementar soluciones originales y con una adecuada libertad de maniobra a fin de cumplir con el estado final deseado de una determinada misión.
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Año CXXXX, Volumen 143, Número 1007
Julio - Agosto 2025
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