By Gustavo Jordán Astaburuaga
Los drones (y vehículos no tripulados en general), se han convertido en una revolución tecnológica que está afectando el carácter de la guerra. Permiten hacer uso del máximo potencial de la tecnología aplicada a la guerra asimétrica a costos relativamente bajos. Aquel bando que logre utilizar mejor estas nuevas capacidades tendrá mayores opciones de triunfar en las guerras futuras.
Drones (and unmanned vehicles) have become a technological revolution in warfare. They allow, at relatively low costs, to make full use of technology applied in asymmetric warfare. Whichever side manages to make the best use of these new capabilities will have a better chance of success in future wars.
“Estamos listos para reemplazar buques por drones”, First Sea Lord de la Marina Británica (2021)1.
El hecho de que las FF.AA. norteamericanas aumentaron de 163 a 6.070 drones en 15 años (entre 2003 y 2018), que desde el 2008 su Fuerza Aérea esté entrenando más pilotos de drones que de aeronaves de combate, que hayan invertido US $ 7.500 millones en adquirir vehículos no tripulados el 2021 y que su empleo haya sido decisivo en las últimas guerras, son factores que nos indican que estamos ante una importante revolución tecnológica y estratégica.
Características de los drones
Los drones han concitado un creciente interés de innovación reflejándose en un aumento exponencial en las patentes de invención relacionadas (gráfico N° 1), aunque su capacidad de carga sigue siendo relativamente reducida (gráfico N° 2).
El 46% tiene una autonomía inferior a una hora, el 34% entre 1 y 6 horas, el 8% entre 6 a 12 horas, el 7% entre 12 a 24 horas y el 5% sobre 24 horas.
La intensidad del viento es una limitante para sus operaciones. El 38% puede operar con vientos de hasta 16 nudos, el 47% entre 17 y 33 nudos y el 10% con vientos de hasta 50 nudos.
La mayoría es de un tamaño reducido (ver gráfico N° 3). Solo los drones de aplicaciones militares o especiales superan los 2 metros de envergadura.
El 60% es propulsado por motores eléctricos, y el 40% con motores de combustión interna (34% de motores a pistones y el 6% por turbinas). Sin embargo, algunos tienen sistemas de propulsión mixtos (eléctricos y a combustión interna).
El mayor porcentaje despega y aterriza verticalmente (48%), casi un 40% utilizan ruedas o un lanzador para despegar y el resto son lanzados a mano (gráfico N° 4).
Para el 2023 se espera que se comercialicen cerca de dos millones de drones. Su evolución se indica en el gráfico N° 5.
Hitos en la historia de los drones
Existieron algunos desarrollos de drones en la Segunda Guerra Mundial, en la forma de bombas o aeronaves rudimentarias controlados por radio.
Los drones modernos se han utilizado en todas las guerras en que ha participado U.S.A. desde los 50´s. Su Marina los utiliza embarcados desde 1959 (sistema DASH).
La Armada ha operado drones desde 1965 como blancos antiaéreos y en apoyo a la Infantería de Marina, incluyendo varios desarrollos y reingenierías nacionales.
Se conoce de planes para dispersar gas sarin utilizando drones en Japón (1994).
El primer ataque con armas de precisión lanzadas desde drones lo efectuó U.S.A. el 2001.
También se detectaron planes para atacar con explosivos al presidente Bush (2002) y lanzar ántrax contra la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña el mismo año.
Un dron controlado por terroristas del Hezbollah sobrevoló Israel el 2004. El 2006 este grupo atacó a Israel con dos drones comerciales adaptados para transportar 40 kilos de explosivos.
El 2013 aterrizó en forma horizontal (y despegó sin apoyo de una catapulta) el primer dron en un portaviones norteamericano navegando.
El 2014 Israel destruyó un dron perteneciente al grupo terrorista Hamas capaz de portar armas.
A un profesor de aeronáutica norteamericano le tomó solo 28 horas el 2014 en imprimir en una impresora 3D y ensamblar un dron que él había diseñado (Hammes, 2022).
El grupo terrorista ISIS efectuó entre 60 a 100 atentados mensuales en Siria e Iraq entre el 2014 y 2020 utilizando drones comerciales armados.
Aterrizaron en la Casa Blanca norteamericana y en la azotea del edificio del primer ministro de Japón el 2015, drones comerciales sin ser detectados.
Un dron comercial sobrevoló y filmó al nuevo portaviones Queen Elizabeth británico el 2017, sin haber sido interferido.
Dos drones comerciales con explosivos intentaron asesinar el 2018 al presidente Maduro, siendo este el primer atentado de este tipo contra un jefe de Estado (Ros, 2021).
El 2018 fueron atacadas dos bases rusas en Siria por manadas de drones comerciales armados (Balas, 2019).
Terroristas de Yemen, utilizando drones iraníes, atacaron instalaciones petroleras de Arabia Saudita el 2019 (ubicadas a 800 kilómetros de distancia), logrando dañarlas seriamente (Balas, 2019).
El 2020 en Bagdad fue ultimado el general Soleimani, jefe del sistema de inteligencia de Irán, por un misil disparado por un dron norteamericano.
Dos buques mercantes han sido atacados con drones comerciales armados, uno el 2021 y otro el 2022.
En Sudamérica Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela han fabricado diversos tipos de drones.
En los últimos 20 años los países equipados con drones militares aumentaran de 17 a 102 (InterNewsService, 2020), cuarenta de los cuales cuentan con drones de ataque.
Venezuela posee drones armados provistos por Irán, mientras que Brasil está desarrollando esa capacidad (Caifa, 2022).
Israel es líder en la exportación de drones militares. También los exportan U.S.A., Rusia, China, Irán y Turquía. Por otra parte, China domina el mercado mundial de los drones comerciales abarcando casi el 80% de las ventas.
Se calcula que el mercado global de drones será de US $ 47.000 millones el 20272, cerca del 80% orientado para usos civiles y el 20% a la defensa.
La máxima autonomía lograda con un dron de despegue vertical es de 11 horas y de un dron de despegue horizontal, desde una pista, es 120 horas de vuelo (Hammes, 2022). A futuro algunos podrían operar semanas utilizando sistemas de propulsión mixtos considerando el complemento de energía solar.
La capacidad de procesamiento computacional pronosticada para el 2035 será 8.000 veces más potente que la existente el 2022, lo que, sumado a los desarrollos de inteligencia artificial, generarán sustanciales mayores capacidades de los drones y vehículos no tripulados en general (Jackson, 2018).
Técnicas anti drones comerciales
Mediante drones caza-drones o técnicas de softkill es factible neutralizar a los drones comerciales:
o Drones caza-drones: son capaces de lanzar una red y atrapar a un dron en vuelo. Esta técnica es utilizada por las policías de Japón y Holanda.
o Medidas de softkill: son los sistemas más comunes utilizados para contrarrestarlos. Funcionan interfiriendo los sistemas de comunicaciones con sus estaciones de control y/o la señal de GPS.
Los sistemas más avanzados utilizan radares y sistemas electroópticos para detectar y localizar a los drones, activando jammers direccionales.
Los más simples se basan en la detección visual y el uso de un “rifle anti dron” (jamming portátil), para bloquear sus señales de control.
Nuevas armas anti drones
Los países más avanzados están desarrollando nuevas armas de alta energía para destruir o neutralizar drones:
o Armas láser: los destruyen fundiendo sus componentes con rayos láser. En 2019 por primera vez se destruyó un dron con un arma lasérica embarcada en un buque norteamericano (Reed, 2022). También se pueden utilizar para destruir embarcaciones no tripuladas.
o Jamming de alta potencia: el objetivo es destruir los circuitos electrónicos y/o bloquear las señales de control y de posicionamiento del dron.
Drones kamikazes
Estos drones se autodestruyen al atacar un blanco. Existen dentro de esta categoría los drones “merodeadores”, los cuales se lanzan y se mantienen orbitando en las cercanías de sus posibles blancos y cuando estos aparecen o se manifiestan, se dirigen, ya sea automáticamente o direccionados por sus unidades de control, a atacarlos como kamikaze. De particular utilidad son los drones guiados por sistemas ópticos, infrarrojos o antiradáricos,
Se describirán algunas características de dos drones kamikaze explosivos que se están utilizados en la guerra de Rusia contra Ucrania.
Dron iraní Shahed 136 (utilizado por Rusia): tiene 3.6 metros de envergadura, pesa 200 kilos y posee un alcance de entre 1.000 y 2.500 kilómetros (alcance no confirmado). El peso de su cabeza de combate se estima entre 30 y 40 kilos, su velocidad es de 160 - 180 kms/hora. Están diseñados para atacar objetivos fijos siendo autoguiados por el sistema GLONASS (GPS ruso). Su valor estimado es de US $ 20.000 por unidad. El lanzador con 5 drones se puede instalar en la parte posterior de cualquier camión mediano (Expósito, 2022).
Dron norteamericano Switcheable 300 (utilizado por Ucrania): tiene un peso de 2.5 kilos, alcance de hasta 11.5 kilómetros, está diseñado para atacar tropas y blancos no protegidos. Es controlado por el operador durante su vuelo. Su valor es de US $ 6.000 por unidad. Su cabeza de combate pesa 800 gramos. Se lanza desde un mortero.
Táctica de ataque de drones en enjambre
El objetivo de esta táctica es lograr que numerosos drones ataquen simultánea y coordinadamente a un blanco, saturando sus defensas y logrando el máximo efecto en el ataque. China ha probado estos ataques con hasta 200 drones volando y atacando coordinadamente (Reed, 2022).
Aunque la carga explosiva individual sea reducida, múltiples drones atacando en enjambre podrían causar serios daños a cualquier blanco no protegido, por ejemplo, a las antenas de radares y puente de mando de un buque, aeronaves en tierra, etc.
Experiencias de empleo de drones en guerras recientes
Guerra Armenia – Azerbaiyán (2020).
Esta fue una guerra corta (44 días), se caracterizó por una ofensiva masiva de armas de precisión modernas por parte de Azerbaiyán (con drones de ataque, drones kamikaze anti radiación y misiles balísticos Lora), que Armenia no pudo contrarrestar con sus sistemas de defensa aérea rusos.
Azerbaiyán logró destruir cerca de 200 vehículos de combate, 230 piezas de artillería y 30 sistemas de defensa antiaérea armenios. Además, utilizó las imágenes obtenidas en estos ataques para efectuar una potente guerra comunicacional.
Guerra de Rusia - Ucrania (2022 - )
Esta guerra está en desarrollo, las informaciones son parciales, contradictorias y deben ser confirmadas a futuro.
La empresa china DJI, principal productor de drones comerciales, suspendió su venta a los beligerantes para impedir que fueran transformados en armas bélicas.
Las principales tareas cumplidas por los drones han sido obtención de inteligencia, espoteo para la artillería, designación de armas y evaluación de daños.
A nivel ofensivo se han utilizado drones de ataque (equipados con armas de precisión), kamikazes o comerciales armados para destruir objetivos enemigos.
Rusia contaba al inicio de la guerra con aproximadamente 2.000 drones, y su modelo más común es el Orlan-10 de reconocimiento, de reducido peso (15 kilos).
A contar de octubre de 2022 los rusos han estado atacando a Ucrania con numerosos drones kamikaze iraníes Shahed 136, logrando degradar su capacidad de generación de eléctrica y provisión de otros servicios básicos.
Ucrania inició la guerra con cerca de 50 drones de ataque turcos. También creó una unidad especial en el Ejército para operar y transformar drones comerciales para fines bélicos. De esta manera está utilizando miles de drones comerciales transformados en armas de ataque. Adicionalmente, ha logrado producir drones nacionales, el “Spectre” (de un costo inferior a US $ 100 dólares), y el “Punisher” (autonomía de 2 horas y capacidad de transporte de 3 kilos de explosivos a 50 kilómetros).
La acción naval más destacada ha sido el hundimiento del crucero Moskva con un ataque de 2 misiles antibuque “Neptune” lanzados desde baterías costeras, siendo utilizados varios drones como señuelos para engañar a sus sistemas antiaéreos.
En octubre se efectuó un ataque coordinado de 9 drones y 7 vehículos no tripulados de superficie a la base naval de Sebastopol, dañando a 4 buques (según información no confirmada de Ucrania), entre ellos a la fragata Makarov. Este fue el primer ataque en la historia naval de este tipo: utilizando, en forma coordinada vehículos aéreos y de superficie no tripulados contra buques en su puerto base.
El futuro de la U.S. Navy
Para el año 2040 la marina norteamericana prevé contar con una flota híbrida de más de 350 buques, de los cuales cerca de un 40% serán no tripulados, junto con alrededor de 3.000 aeronaves (C.N.O., U.S. Navy, 2022).
Entre sus prioridades futuras de adquisición se encuentran petroleros, vehículos aéreos, buques de superficie y submarinos no tripulados.
Consideraciones finales
En la guerra entre Azerbaiyán y Armenia se logró por primera vez el control del aire mediante el empleo de diferentes drones de ataque y de misiles de alta precisión terminal.
Los drones kamikazes son una grave amenaza, como se ha demostrado en la guerra entre Rusia y Ucrania.
Los buques del futuro deberán estar diseñados para operar drones, vehículos de superficie y submarinos no tripulados, multiplicando así sus capacidades bélicas.
Se debe prever que agrupaciones terroristas podrán utilizar drones, no solo para obtener inteligencia, sino para efectuar ataques, ya sea con explosivos o para esparcir armas biológicas o químicas.
La tecnología 5G y la aparición de redes satelitales de internet de banda ancha permitirán a futuro controlar a los vehículos no tripulados desde cualquier parte del mundo.
Los drones equipados con radares, sensores optrónicos y armas de precisión aparecen como una adecuada opción complementaria a los medios existentes para controlar vastos espacios marítimos y proyectar el poder naval.
Será cada vez más común en el futuro la interacción coordinada en el campo de batalla de vehículos tripulados con los no tripulados.
El empleo de vehículos no tripulados implica tener aseguradas las comunicaciones y posicionamiento por GPS, capacidades que dependen de satélites.
La aparición de los vehículos no tripulados de ataque aéreos, de superficie o submarinos, están causando una revolución en la estrategia naval, generando nuevas operaciones para disputar el control del mar. Los países que incorporen eficientemente estas nuevas tecnologías, junto con adoptar las medidas defensivas adecuadas, tendrán las mejores opciones de triunfar.
Bibliografía
Antecedentes Vivimos en un mundo que día a día se convierte más digital, y esta revolución que impacta prácticamente ...
La región de este conflicto tiene un complejo ordenamiento geopolítico, tan propio del Cáucaso, puente entre Oriente y O...
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1002
Septiembre - Octubre 2024
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