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De la geopolítica a la visión geoestrategia

De la geopolítica a la visión geoestrategia

  • JOSÉ IGNACIO ÁLVAREZ CHAIGNEAU

By JOSÉ IGNACIO ÁLVAREZ CHAIGNEAU

  • Published at: 30/04/2024. Visto 1198 veces.
  • Abstract (spanish):

    Este ensayo aborda la importancia de la geoestrategia en el concierto internacional, centrándose en cómo esta utiliza la geografía y los recursos naturales para lograr los objetivos estratégicos del Estado. Se mencionan ejemplos de países que han utilizado la geoestrategia en su política exterior, como Estados Unidos, Rusia y China. Se destaca la importancia de la posición geográfica de un país en su capacidad para influir en los asuntos mundiales, donde Chile tiene un papel que desempeñar.

  • Keywords (spanish): Estrategia, seguridad, estrategia, Geoestrategia.
  • Abstract:

    This essay analyzes the importance of geostrategy at the international level, focusing on how it uses geography and natural resources to achieve a nation´s strategic objectives. Those who have used geostrategy in their foreign policy, such as the United States, Russia, and China, are mentioned in this work, underlining the significance of a country’s geographical location to influence world affairs, where Chile has a part to play.

  • Keywords: security, Security, strategy, eostrategy.

La geopolítica y la geoestrategia están estrechamente vinculadas. La primera se enfoca en el análisis de la interrelación entre la geografía y la política, buscando comprender, explicar y predecir el comportamiento político internacional mediante el uso de variables geográficas (Ángel Álvarez, 2007), mientras que la segunda, se centra en la relación entre la geografía y la estrategia. La Geoestrategia examina y establece una conexión entre las condicionantes estratégicas militares y los factores geográficos, como son los recursos de un país y sus objetivos geopolíticos. De este modo, la geoestrategia se puede entender como la aplicación práctica de la geopolítica en el estudio de los intereses geoestratégicos de una nación. Sin duda, ambos conceptos requieren un sólido entendimiento de la geografía, dado que desempeñan un papel esencial en el desarrollo de estrategias y la identificación de los intereses nacionales. Un claro ejemplo es lo indicado por el estratega y teórico militar británico Sir Halford Mackinder, quien argumentaba que la geografía era un factor clave en la determinación del poder político y que los Estados debían garantizar la seguridad de sus territorios frente a posibles ataques enemigos.

En particular la geoestrategia es una disciplina que se basa en el conocimiento y análisis de las condiciones geográficas de una región para discernir y precisar las estrategias políticas, militares y económicas más adecuadas; en este sentido, se enfocará en la “maniobra” que ejecutarán los Estados en relación a su geografía, orientándose en el modo de utilización de los recursos naturales ahí presentes, a fin de alcanzar los objetivos políticos – estratégicos.

Este concepto ha sido estudiado y debatido por expertos en el campo de las relaciones internacionales y la política exterior durante décadas, llegando al consenso de que implica la planificación y ejecución de acciones políticas y militares que tienen como objetivo maximizar los recursos y ventajas geográficas de un país para lograr los objetivos del país; en síntesis, constituye la gestión estratégica de los intereses geopolíticos (Brzezinski, 1997).

Geoestrategia en la política internacional

El concepto de geoestrategia fue desarrollado por primera vez por el estratega militar alemán Karl Haushofera principios del siglo XX. Haushofer sostuvo que la posición geográfica de una nación juega un papel importante en el éxito o fracaso de un país en la política internacional. Su teoría se basaba en la idea de que la geografía y los recursos naturales determinaban la capacidad para influir en los asuntos mundiales, desarrollando así el concepto de “espacio vital” o “Lebensraum” en la política alemana durante el período de entreguerras. En su libro “Geopolítica del espacio vital”, publicado en 1924, Haushofer definió que el futuro de Alemania dependía de su capacidad para expandirse hacia el este, a través de Europa del Este y Rusia, para asegurar un “espacio vital” para su pueblo y los recursos naturales.

Se puede inferir que, desde su origen en Alemania, la geoestrategia ha sido utilizada por varios países para influir en la política internacional. Estados Unidos es un ejemplo claro del empleo de la geoestrategia en su política exterior, inspirados en académicos como Nicholas Spykman (1893 – 1943), quien fuera un destacado politólogo y estratega estadounidense de origen holandés, que se especializó en temas de geopolítica, relaciones internacionales y estrategia marítima. Spykman es conocido por su teoría de la “Rimland” (tierra de la orilla), que aseveraba que el área periférica de Eurasia, que se extiende desde Europa occidental hasta Asia oriental, es la región geopolítica más significativa. Su teoría sostenía que el control de esta región, que incluye naciones como China, Rusia y la mayoría de los países europeos, es esencial para la dominación mundial.

Además, Spykman fue conocido por su enfoque en la estrategia marítima, ya que sostenía que el control de los océanos es crucial para el poder y la seguridad nacional. Según Spykman, para proteger sus intereses, los Estados Unidos deberían controlar las rutas marítimas y establecer una red de bases militares en todo el mundo. Desde el inicio del siglo XX, especialmente durante la Guerra Fría, los Estados Unidos establecieron bases militares en diversas regiones del planeta. Según esta evidencia, se reconoció que la presencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en el extranjero era esencial para proteger sus intereses nacionales y aumentar su poder en el ámbito político mundial. La estrategia militar de los Estados Unidos en el extranjero ha cambiado con el tiempo. En la actualidad, se estima que existen aproximadamente 250 bases e instalaciones militares en el extranjero de Estados Unidos, con más de 170.000 tropas desplegadas en 70 países. Sin embargo, no se sabe con certeza el número exacto de bases militares de Estados Unidos en el extranjero.

También la utilización de la geoestrategia en la política internacional se puede ver en la operación militar llevada a cabo en Iraq 2003, denominada “Operation Iraqi Freedom”, conformada por una coalición liderada por Estados Unidos con la participación de naciones aliadas como el Reino Unido y España, entre otras. La razón principal que se fundamentó para llevar a cabo esta operación fue la garantía de que Saddam Hussein tenía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva (WMD)2.“...Compatriotas estadounidenses, en este momento, las fuerzas estadounidenses y de la coalición se encuentran en las primeras etapas de las operaciones militares para desarmar a Iraq, liberar a su pueblo y defender al mundo de un grave peligro…”, dijo el presidente George W. Bush ante las cámaras que transmitían su mensaje en las televisiones de todo el país3. No obstante, a pesar de la derrota y destitución del líder iraquí, no se hallaron pruebas definitivas que respaldaran la existencia de WMD. La evidencia demuestra que la invasión fue percibida como una medida necesaria para salvaguardar los intereses nacionales y la seguridad de los Estados Unidos, incluyendo la destitución de Saddam Hussein, la disminución del peligro de armas de destrucción masiva, la promoción de la democracia en el Medio Oriente, el fortalecimiento del liderazgo global de los Estados Unidos y por último el manejo de las reservas de petróleo y gas natural en la región.

Otros países han utilizado la geoestrategia para lograr sus objetivos políticos y militares. Durante la Guerra Fría, la expansión territorial de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)es uno de los ejemplos más notables de la historia. Para proteger sus intereses nacionales y aumentar su influencia en la política mundial, la URSS buscó controlar territorios estratégicos y recursos naturales. La intervención soviética en Afganistán (1979-1989) es un ejemplo de cómo la URSS aplicó la geoestrategia. De acuerdo con las justificaciones presentadas, la invasión se llevó a cabo como una medida necesaria para garantizar la seguridad de la frontera, apoyando al gobierno comunista del país en su lucha contra los grupos insurgentes muyahidines que se oponían al régimen establecido. La URSS consideraba que la ubicación estratégica de Afganistán, un país vecino, era crucial para su seguridad nacional. La preocupación era que la situación de inestabilidad en Afganistán lograra poner en peligro la estabilidad de las repúblicas soviéticas de Asia Central y la seguridad interna de la URSS.

Desde el discurso del presidente Putin, pronunciado en la XLIII Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007, se destacan algunos de los puntos más importantes, como fueron la 1) crítica a la “peligrosa” unipolaridad generada por Estados Unidos, donde esta superpotencia busca imponer su voluntad; 2) el papel de Rusia en el mundo, declarando que esta nación no buscaba el conflicto ni el aislamiento; 3) la soberanía y seguridad, como derecho a buscar su propio camino de desarrollo; 4) la energía como herramienta política, existiendo una creciente politización de los recursos energéticos y la preocupación de que se utilicen como instrumento de presión política y económica, y lo mas importante; 5) la preocupación por la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia, situación que socava la estabilidad y la confianza mutua en Europa: “… nadie me ha explicado ante qué amenaza se prepara la OTAN con ese despliegue ante nuestras fronteras…”. Resultaba evidente que Moscú tendría la intención de restablecer su área de influencia previamente perdida, particularmente en Europa, rechazando los acontecimientos geopolíticos que tuvieron lugar tras la caída del Muro de Berlín.

En agosto de 2008 tuvo lugar un conflicto armado entre Georgia y Rusia, principalmente en la zona separatista de Osetia del Sur (Georgia). Las confrontaciones continuaron durante varios días, culminando en la ocupación por parte de Rusia de ciertas áreas de Georgia y el reconocimiento oficial de Osetia del Sur y Abjasia como regiones independientes. Las respuestas de las democracias occidentales carecieron de determinación y prontitud.

En el año 2014, Rusia llevó a cabo una invasión y anexión de la península de Crimea (Ucrania). Estos acontecimientos marcaron el inicio de una guerra civil, que continúa en la actualidad, lo que llevó a la creación de las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk, existiendo evidencias de que Rusia ha brindado respaldo político, militar y económico a esas causas. La acción tomada por el Kremlin fue interpretada como un intento de consolidar su control sobre la región (los recursos) y reforzar su posición geoestratégica.

El 21 de febrero de 2022, el presidente ruso Vladimir Putin emitió decretos mediante los cuales reconoció a la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk, ubicadas en la región ucraniana de Donbás. El anuncio ocurrió tras un discurso del jefe del Kremlin, en el que acusó a Estados Unidos y particularmente a la OTAN de “…intentar convertir a Ucrania en un puesto militar para amenazar a Rusia…"5. Así, el 24 de febrero de 2022, aproximadamente a las 5 de la mañana, hora de Moscú, Putin hizo pública la iniciación de una “operación militar especial” en Ucrania; poco después, los soldados rusos cruzaron la frontera e invadieron ese país. Esta situación se ha prolongado hasta nuestros días y se ha vuelto aún más complicada cuando, el 4 de marzo de este año, mediante una resolución unánime de las 27 naciones patrocinadoras en el Comité Directivo del Centro de Excelencia de Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN (CCDCOE), acordaron conceder la membresía de Ucrania como participante contribuyente. “La expansión de la OTAN y el desarrollo militar del territorio de Ucrania, por parte de la alianza, es inaceptable para Rusia”, afirmó el jefe del Kremlin.

En otro aspecto internacional en la implementación de la geoestrategia, resulta relevante resaltar la política de expansión territorial llevada a cabo por China en el mar del Sur de China. Hasta la fecha, el gigante asiático ha proclamado su soberanía sobre una extensa porción de este mar, desencadenando una disputa territorial que ha adquirido complejidad y sensibilidad, en la que diversos factores contribuyen al conflicto, tales como reclamaciones históricas, intereses económicos competitivos y preocupaciones estratégicas relacionadas con el control de esta región marítima. China ha comenzado a construir y fortalecer islas artificiales en la zona, además de establecer instalaciones militares y bases navales. Se sabe que el país ha construido al menos siete islas artificiales en el área. Esta situación ha generado tensiones con otros países vecinos, como Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunei, que también reclaman derechos y territorios en esta región. Debido a su conexión con intereses estratégicos, recursos naturales y la libre navegación en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, este conflicto territorial ha sido motivo de discrepancia y preocupación a nivel regional e internacional. En respuesta, los Estados Unidos han expresado su preocupación por estas acciones y han llevado a cabo patrullas y operaciones de libertad de navegación en aguas en conflicto, rechazando las reclamaciones marítimas que ha hecho China.

La geoestrategia en el caso nacional

Según la Política de Defensa Nacional 2020, Chile destaca por su ubicación geográfica altamente ventajosa, lo que nos permite afirmar que se distingue por ser un “Chile Tricontinental”, teniendo en consideración su posición geográfica dentro del continente americano, los derechos soberanos sobre el Territorio ChilenoAntárticoy su extraordinaria ubicación para proyectarse hacia Oceanía, dada por su localización en el Pacifico Sudoriental y sus territorios insulares en el Océano Pacífico. En efecto, la posición del país en el Pacífico Sudoriental, así como sus territorios insulares en este océano, generan una extensión natural hacia Oceanía, la región Indo-Pacífico y la Antártica, en su continuidad con el Mar Austral y Paso de Drake7.

Debido a su posición favorable hacia la cuenca del Pacífico y el Océano Índico, se dirige hacia una macro-región que es crucial a nivel global debido a una serie de factores: la cuenca del Pacífico es la más grande del mundo y alberga algunas de las economías más grandes y dinámicas, siendo un centro neurálgico para el comercio internacional y las actividades marítimas, con rutas comerciales importantes que conectan Asia, América y Oceanía.

Por su parte, es innegable que el océano Índico es crucial para la economía y la seguridad global. Este océano, que se encuentra estratégicamente entre Oriente Medio, África y Asia, se ha convertido en una vía crucial para el transporte de recursos importantes, como el petróleo, el gas y otros productos comerciales. No obstante, es importante señalar que en esta zona existen conflictos territoriales y tensiones geopolíticas, lo que agrega más complejidad a su estructura actual.

En efecto, estas áreas poseen una importancia económica, política y estratégica de gran relevancia a nivel mundial, influenciando aspectos como el comercio, la seguridad y las relaciones internacionales; por lo tanto, la región Indo – Pacífico se configura como un área de significativo valor geoestratégico, contribuyendo al crecimiento, desarrollo y éxito de Chile en el siglo XXI, situación ratificada por Alfred Thayer Maham, quien consideraba a los océanos Indico y Pacífico como los ejes del destino político, dado que permitían a una nación marítima, como la nuestra, proyectarse hacia la cuenca de Eurasia e influir y sobretodo beneficiarse de los acontecimientos de Asia Central (Kaplan, 2013).

En la región del Indo-Pacífico, nuestros territorios insulares, la Antártica, en su continuidad con el Mar Austral y Paso de Drake, Chile debe reconocer que estas ubicaciones oceanoestratégicas proyectan al país hacia espacios oceánicos de importancia. Esto implica la necesidad de establecer una presencia sólida en áreas donde se produzca interacción con actores estatales y no estatales, garantizando una respuesta coherente y armónica con los compromisos internacionales adquiridos por el Estado. En particular, Chile deberá prestar especial atención a la seguridad en la navegación marítima, ya que es esencial para mantener la conectividad y el flujo de mercancías en toda la región.

En consecuencia, la geoestrategia chilena, respaldada por el campo de acción defensa, debe asegurar la accesibilidad a los mercados globales y la libertad de navegación en el océano Pacífico. Por lo tanto, al seguir los principios de Haushofer, quien sostenía que la ubicación geográfica de una nación era esencial para su éxito o fracaso en la política internacional, es innegable que el uso y control de territorios estratégicos y recursos naturales brindará ventajas importantes en el contexto de las relaciones internacionales, y Chile, sin duda, los posee.

Conclusiones

1.    En términos de política internacional y seguridad nacional, la geoestrategia es un concepto fundamental.

2.    La geoestrategia implica la utilización de la geografía y los recursos naturales de una nación para lograr metas políticas y militares.

3.    Varios países han utilizado la geoestrategia a lo largo de la historia para aumentar su poder en la política global y proteger sus intereses nacionales. No obstante, su implementación ha generado tensiones y conflictos entre las naciones y ha sido criticada por aquellos que la consideran una amenaza para la estabilidad y la seguridad globales.

4.    Es importante considerar la geoestrategia como una herramienta que puede ser empleada de manera responsable para salvaguardar los intereses nacionales y fomentar la estabilidad y la seguridad nacional.

5.    Es fundamental promover una perspectiva geoestrategia que aborde los desafíos estratégicos de Chile con una visión de Estado, ya que el país tiene una posición ventajosa en América del Sur, abierta hacia las zonas económicas de mayor relevancia a nivel mundial. A pesar de las circunstancias coyunturales, los decisores deberán de mantener su enfoque en estos temas cruciales para el futuro del país.

Bibliografía

  1. El gran tablero mundial, La supremacía estadounidense y sus imperativos. Zbigniew Brzezinski, 1997.
  2. Geopolítica y Geoestrategia, Ángel Álvarez, 2007.
  3. Conferencia de Seguridad, Munich 2007: ¿Cuál es la inseguridad?, Francisco Javier Ibisate, Revista Realidad 112, 2007.
  4. La venganza de la geografía, La geografía marca el destino de las naciones. Roberto D. Kaplan, 2013.
  5. Política de Defensa Nacional, Ministerio de Defensa, SSD, 2020.

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