By JOSÉ IGNACIO ÁLVAREZ CHAIGNEAU
La influencia de Irán en América Latina es difícil de evaluar, especialmente con Estados Unidos centrado en contener a China y Rusia. Enfrentar a Irán será un desafío considerable, con obstáculos sustanciales si su presencia continúa expandiéndose, como en Bolivia. Esta situación amenaza la estabilidad regional, afectando a países vecinos como Chile. Irán ha sido acusado de apoyar a grupos que ponen en peligro la integridad de los gobiernos democráticos, lo que evidentemente agrava la situación.
Iran’s influence in Latin America is difficult to measure, especially with the United States focused on restraining China and Russia. Confronting Iran will be a significant challenge, with substantial obstacles if its presence continues to expand, as in Bolivia. This situation threatens regional stability, affecting neighboring countries such as Chile. Iran has been accused of supporting groups that endanger the integrity of democratic governments, which obviously exacerbates this situation.
En este ensayo examinaremos algunos aspectos que tiene hoy la influencia de Irán en América Latina y los métodos que esta empleando, tanto convencionales como los que no lo son, para robustecer su presencia en esta región del mundo. En tal sentido, debemos comenzar por mirar la situación actual del Medio Oriente, la cual sigue generando gran inquietud a nivel internacional a partir del cruento atentado perpetrado por Hamás1 en contra de Israel el 7 de octubre del año pasado, dejando cerca de 1.200 muertos y más de 250 rehenes, desatando una contundente y rápida respuesta de ese país, generado diversas réplicas a nivel mundial, donde los países del continente americano no han permanecido impasibles ante los sucesos.
Al respecto, Estados Unidos ha reafirmado su firme compromiso con su aliado Israel, entregando un respaldo “sin fisuras” al Primer Ministro Benjamín Netanyahu para que respondiera al ataque de Hamás; por otra parte, y a nivel interno, Chile ha condenado enérgicamente las operaciones militares israelíes, llamando a consulta a su embajador el 31 de octubre de ese año2. Asimismo, el presidente colombiano Gustavo Petro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Jerusalén a partir del 2 de mayo de 20243. De manera similar, el Estado Plurinacional de Bolivia (Bolivia) rompió relaciones diplomáticas con Israel, exigiendo el inmediato cese de los ataques en Gaza y además a la República Islámica de Irán4(Irán), fundamentando este último punto en el tratado de seguridad y defensa con Teherán, firmado el 20 de julio de 2023, el que establece la cooperación bilateral en estas áreas (Versalovic, 2023), negociaciones que comenzaron el año 2007 durante el gobierno de Evo Morales como respuesta a su postura antiestadounidense y su alineamiento con la República Bolivariana de Venezuela (Venezuela), dentro del contexto de la alianza internacional de corte socialista ALBA-TCP5. Al respecto también es importante indicar que Irán y varios movimientos de izquierda en América Latina han adoptado una retórica antiimperialista y por consiguiente antiestadounidense. Esta postura se cimenta en la percepción de que Estados Unidos ha practicado una influencia excesiva en los asuntos globales y participado en cuestiones internas de otros países, incluyendo tanto a Irán como a numerosas naciones americanas.
A través del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC-QF), Irán ha apoyado a varios grupos designados por Estados Unidos como terroristas, proveyéndoles dinero, entrenamiento y armas, pues esta organización es la responsable de llevar a cabo operaciones fuera de las fronteras y de administrar la influencia de Irán en el ámbito internacional con el propósito de defender y legitimar los principios de la revolución; en este aspecto, es importante mencionar que este cuerpo no se encuentra bajo la potestad del presidente, sino del Líder Supremo, el cual ejercer como jefe de Estado, siendo la máxima autoridad religiosa y política en Irán (Banerjea, 2015). En la actualidad y según el Departamento de Estado de Estados Unidos, entre los grupos que reciben apoyo de Irán están justamente Hamás, la Yihad islámica palestina (PIJ), Kata’ib Hizbulá (KH) en Irak, las brigadas Al-Ashtar (AAB) en Baréin y por supuesto el grupo chiita Hezbolá6 (Partido de Dios). Recordemos que Argentina responsabiliza justamente a Hezbolá del ataque terrorista de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Asimismo, habría que señalar que Estados Unidos considera a Irán como un Estado “patrocinador estatal activo del terrorismo”, considerando a Hezbolá como “agente” de los objetivos estratégicos internacionales de Irán7.
En la actualidad, las protestas en apoyo a los palestinos afectados por las acciones israelíes en Gaza han alcanzado numerosos campus universitarios en Estados Unidos, extendiéndose a nivel global. En este sentido, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados.Unidos, el republicano Mike Johnson, amplió el debate sobre las protestas, deliberando si fomentan el antisemitismo o si son meramente antibélicas. Por otro lado, Nasser Kanaani portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, publicó en la plataforma de redes sociales X (30 abril 2024) una caricatura en la que la policía arresta a una joven manifestante disfrazada de la Estatua de la Libertad, acompañando la imagen con el texto: “Imprisonment of #freedom in the USA” (arresto de la libertad en Estados Unidos). Al respecto, muchos analistas internacionales sugieren que, a medida que las manifestaciones contra la guerra en la Franja de Gaza se han extendido por el mundo, Irán estaría aprovechando el escenario para ganar puntos geopolíticos en el extranjero. Esta circunstancia de desenlace inesperado podría estar fortaleciendo la influencia de Irán en países autocráticos como Cuba, Venezuela y Nicaragua (Ellis, 2023), extendiéndose a otras naciones de la región como Bolivia, pudiendo representar una seria amenaza para la seguridad del continente. En efecto, podemos mencionar que el 1 de mayo 2023, dos iraníes ingresaron a Chile con documentación adulterada, siendo arrestados por la PDI en el aeropuerto internacional Comodoro Arturo Merino Benítez, usando pasaportes británicos robados. Estos hombres llegaron a Chile después de un dudoso periplo que involucró vuelos entre Teherán, Moscú, Caracas y Ciudad de Panamá. Desde allí, embarcaron hacia Chile con la intención de luego de “un tiempo” partir nuevamente hacia Europa8.
Actualmente el paradero de los dos imputados es de prófugos, pues huyeron del país por pasos no habilitados del norte del país, después de que, en una audiencia de revisión de medidas cautelares, se decidiera cambiar la prisión preventiva por arraigo nacional y arresto domiciliario nocturno. Los acusados habían fijado su domicilio en la embajada iraní en Chile y luego cambiado a una casa de la comuna de Maipú que habría estado vinculada con movimientos de Hezbolá, cuyas posibles actividades en Chile fueron recientemente denunciadas por la ministra de seguridad de Argentina Patricia Bullrich.
Históricamente, las relaciones entre latinoamérica e Irán han sido de escasa relevancia, debido principalmente a la diferencia cultural y por supuesto a las geográficas. Sin embargo, en los últimos 40 años, esta región ha adquirido importancia para la república islámica, que busca ampliar su influencia y operaciones en el continente. Irán ha fortalecido su presencia diplomática, económica y también en materia de seguridad en América Latina, especialmente con regímenes contrarios a Estados Unidos como el caso de nuestro vecino Bolivia (BBC News Mundo, 2023). Además, podemos sumar los peligrosos vínculos con actores no estatales como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y grupos asociados al narcotráfico y contrabando.
En este contexto, es relevante acentuar que el grupo armado Hezbolá, que opera en el Líbano y en Siria con el apoyo del régimen sirio y de Teherán, comenzó su penetración en Sudamérica a principios de los años 80, aprovechando la migración de libaneses a la región como resultado del éxodo generado por la guerra civil entre 1975 y 1990. En efecto, esa organización desplegó activistas en la región de la triple frontera ubicada entre Brasil, Argentina y Paraguay, donde la exigua presencia gubernamental permitió llevar a cabo actividades de reclutamiento, blanqueo de dinero y financiamiento9. Según un artículo del 2018 del diario The Wall Street Journal, describió a esa zona de libre comercio como un “gran mall de bienes ilícitos y dinero”, donde Hezbolá está presente. Adicionalmente, el instituto de investigación FDD (Foundation for Defense of Democracies) de Estados Unidos indicó que “Sería más fácil decir en qué países no tiene presencia, porque tiene una red bastante bien establecida en Latinoamérica, que abarca desde México hasta Chile, pasando por Guatemala o Costa Rica”.
En la actualidad, la expansión de la influencia iraní en nuestro continente ha emergido como un fenómeno alarmante. Bolivia destaca como uno de los proyectos más exitosos de Irán en la región, con un impacto considerable desde una perspectiva geoestratégica, aspecto refrendado por el ministro de Defensa de Irán Mohamad Reza Qarai Ashtiani, quien argumentó que “mejorar las relaciones bilaterales de defensa conducirá a aumentar el poder de disuasión del gobierno boliviano”, citado por la agencia oficial de noticias IRNA (Agencia de Noticias de la República Islámica de Irán). La presencia militar de Estados Unidos en Medio Oriente y el régimen de penalidades impuesto por Occidente a Irán han restringido sus alternativas, por lo que estarían buscado en esta región una nueva área de provecho, enfrentando a Estados Unidos de otra manera. En cuento a Bolivia, la ubicación geográfica, compartiendo fronteras con cinco países sudamericanos y su valiosa disposición en las rutas del tráfico de drogas, lo transforma en un país de preeminencia para Irán.
En la actualidad Irán y Bolivia mantienen relaciones diplomáticas, logrando diversos acuerdos de cooperación, concretando la apertura de una oficina comercial iraní en La Paz y su contraparte en Teherán, además del fomento de una diplomacia de alto nivel10, llegando a firmar a mediados del 2023 un memorándum de entendimiento para “ampliar” la cooperación bilateral en el campo de seguridad y la defensa, el cual hasta la fecha no ha sido detallado y las partes escasamente han anunciado que el mismo está encaminado a asistir al país andino en su lucha contra el narcotráfico, fortaleciendo la vigilancia de sus fronteras. Según el exsecretario de inteligencia de Argentina Miguel Ángel Toma, “Irán tiene tres veces más funcionarios en su Embajada de La Paz que los que tiene en Madrid, España”; “Es un dato clave que Bolivia se ha constituido en una base de operaciones por parte de Irán, en su proyecto de penetración en Latinoamérica11.
En efecto, hay dos recursos específicos en Bolivia que podrían ser de gran interés para Irán. En primer lugar, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha informado que el mercado de drogas ilegales sigue creciendo, con un suministro importante de estas sustancias y redes de tráfico cada vez más eficientes, estimándose que esta actividad ha generado ingresos de cientos de miles de millones de dólares anuales en América Latina12. Irán podría capitalizar este lucro ilícito justamente a través de Hezbolá, brindando recursos adicionales para aportar a las actividades militares en todo el mundo. El otro sería el litio, sobre el que Irán tiene un enorme interés, pues constituye un recurso primario que se usa como un componente energético, en almacenamiento de energía para la fabricación de baterías y tecnología termo solar, en la eficiencia energética y en la elaboración de energía (reactores). Por esta razón, el país iraní ha estado firmemente interesado en las reservas de litio de Bolivia desde el año 2010, condición ratificada por el entonces presidente de Bolivia Evo Morales, quien anunció que Irán será “socio” en la industrialización de las enormes reservas de litio de su país13. A lo anterior se suma la presencia de uranio en siete de los nueve departamentos de ese país, lo que evidentemente podría tener impacto en el programa nuclear de Irán14.
La situación resulta potencialmente peligrosa para el continente, dado que Irán mantiene una agenda internacional considerablemente disruptiva. En los últimos años, sin duda, este país ha intensificado sus esfuerzos en nuestro continente. El presidente iraní ya visitó Nicaragua, Cuba y Venezuela; además, dos buques de guerra iraníes de la 86ª Flotilla de la Armada de la República Islámica de Irán (IRIS15 Makran e IRIS Dena) ejecutaron un viaje de circunnavegación del planeta; según Teherán, la misión era “mostrar la autoridad del amado pueblo de Irán a todo el mundo”. Estos buques iniciaron su paso por el estrecho de Magallanes el 29 de enero 2023, ingresando por la ruta del faro Evangelistas. Esta agrupación embarcó, conforme a lo establecido en la ley de navegación de Chile16, a cuatro oficiales de la Armada, realizando pilotaje desde la radio estación marítima de Bahía Félix hasta la zona de transferencia de prácticos de Bahía Posesión; siendo escoltado adicionalmente por el OPV Marinero Fuentealba hasta su salida al océano Atlántico al día siguiente, agrupación que se encontraba con destino Río de Janeiro – Brasil, como una señal inequívoca de aproximación y contacto con el presidente Lula, quien aceptó el guiño militar de Irán, el cual, a pesar de ser menor, tuvo un importante significado simbólico.
Conclusión:
La magnitud de la influencia de Irán en América Latina es compleja y difícil de determinar con precisión. La presencia paulatina de Irán en la región, ilustrada por su relación con Bolivia más otros actores estatales, sugiere un cambio estratégico significativo en su política exterior. Con el enfoque de seguridad de Estados Unidos actualmente concentrado en frenar las preponderancias de China y Rusia, la tarea de oponerse a Irán en América presenta un reto adicional que no debe subestimarse. El incremento de la presencia iraní en la región podría obstaculizar gravemente las relaciones de Washington en el continente, conduciendo a un contexto contrario a los intereses de Estados Unidos.
El establecimiento de oficinas comerciales y la firma de acuerdos de cooperación en áreas sensibles como la seguridad y la defensa entre Irán y Bolivia son indicadores de una relación que va más allá de lo meramente diplomático. Estos acuerdos, aunque presentados públicamente como esfuerzos para combatir el narcotráfico y mejorar la seguridad fronteriza, podrían tener implicaciones más profundas y preocupantes, convirtiendo al país altiplánico en un punto focal para la influencia iraní en la región.
La amenaza a la estabilidad regional que representa la creciente influencia iraní es evidente. Esta influencia no solo tiene el potencial de desestabilizar a los países cercanos a Bolivia, sino también de afectar las relaciones internacionales de manera más amplia. La creciente presencia de Irán en un país que ya enfrenta desafíos significativos en términos de gobernabilidad y seguridad podría crear un entorno propicio para que grupos considerados peligrosos para la integridad de gobiernos democráticos encuentren refugio y apoyo. Este fenómeno es especialmente preocupante debido al historial de este país de Oriente Medio de brindar patrocinio a entidades que constriñen la estabilidad y la armonía en diversas regiones del mundo.
Bibliografía
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Año CXXXIX, Volumen 142, Número 1003
Noviembre - Diciembre 2024
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