“Command Culture” es un libro que se encuentra en la lista de lectura profesional en el Ejército y el Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos. Su autor es Ph.D. en historia de la Universidad de Utah.

La sociedad alemana era autoritaria. Sin embargo, sus oficiales recibían una educación de corte liberal. Premios eran usados en vez de castigos, los profesores alentaban el pensamiento crítico y los cadetes solo tenían mando cuando demostraban excepcionales aptitudes de liderazgo. Nada nuevo, la doctrina de Auftragstaktik requiere, sobre todo, iniciativa.

Los americanos crecían en una de las sociedades más liberales del mundo, sin embargo, su modelo educacional se basaba en ciencias duras y dogmas. Los cadetes más antiguos, solo por el hecho de serlo, ejercían mando, muchas veces intoxicando a las nuevas generaciones. Contar con aptitudes de liderazgo no era lo primordial; el General George Patton casi reprueba Westpoint por matemáticas.

En el siguiente nivel alemán, se enseñaba bajo un concepto de primeros entre pares. El juego de guerra era la forma predilecta y los alumnos desarrollaban propuestas interesantes. La forma de enseñar era clave. El profesor entendía al alumno como un camarada, y sabía que su responsabilidad era la de generar oficiales creativos, competentes y racionalmente agresivos. Existía respeto, pero no miedo. En el Command and General Staff School las cosas eran distintas. Los oficiales debían llegar a la solución única de la escuela. De fallar, la humillación pública era muy común.

La Segunda Guerra Mundial mostro las implicancias de la educación en ambas fuerzas, no solo en la calidad táctica alemana, sino que en el liderazgo. Cerca de 20 oficiales generales americanos murieron en la guerra; por el lado alemán el número asciende a 200. Liderar con el ejemplo era la forma.

Recomendado para quienes sirven en el área de educación, pero también a quienes generan el clima de mando.