Revista de Marina
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  • Fecha de publicación: 01/04/2015. Visto 17 veces.
6 Ministerio de Defensa VISIÓN DE CHILE SOBRE EL PACÍFICO* Jorge Burgos Varela** A gradezco al Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional de España, CESEDEN, la posibilidad de exponer ante tan distinguida audiencia sobre nuestra visión sobre el Pacífico desde la perspectiva de la seguridad, que es la que nos compete. Esto supone que no me centraré solo en el eje Asia-Pacífico aunque naturalmente me referiré a este importantísimo espacio de la Cuenca. Soy consciente de que esta es una gran oportunidad para exponer ideas e intercambiar reflexiones con ustedes respecto de un tema de interés directo y evidente para Chile y para el continente americano, pero también de mucha importancia para la Unión Europea. Chile, y particularmente nuestro Ministerio de Defensa, se ocupa del Pacífico desde siempre: primero, porque somos un país ribereño, con una costa que se extiende por más de 4.300 kilómetros. Una extensión que nos proyecta hacia el océano con derechos soberanos e intereses económicos en los espacios marítimos que la Convención del Mar (CONVEMAR) reconoce y define en esos términos. Pero también en virtud de las responsabilidades que otros acuerdos internacionales entregan a las Fuerzas Armadas chilenas en materia de vigilancia y * Conferencia dictada en CESEDEN, Madrid, el día 27 de noviembre de 2014. * * Ministro de Defensa Nacional. 7 control de espacios marítimos y aéreos en el Pacífico Sur, quizás las áreas más extensas asignadas a un solo país por tales instrumentos, donde se nos asignan tareas de búsqueda y rescate. La dinámica que ha adquirido la Cuenca, y no sólo en un sentido de seguridad, aunque también en esta dimensión, nos ha hecho interrogarnos sobre la forma en que veníamos asumiendo nuestra presencia en el Pacífico, activa pero un tanto estática, y preocuparnos, a medida que Chile también ha ido creciendo, por dinamizar nuestro papel y nuestras interacciones en esa área vital del mundo. Y este es el primer punto que quiero precisar al inicio de esta exposición. La mirada o la percepción que se tiene del Pacífico está ampliándose. Lo que he denominado el eje Asia-Pacífico sigue teniendo un lugar central en la política, la economía, la seguridad e, incluso, en el lenguaje internacional. Pero lo que está ocurriendo, por ejemplo, con el cambio climático y su impacto en el Ártico y en la Antártica, continente este último ribereño del Pacífico Sur en una amplia extensión, obliga a tener una mirada sobre el conjunto de la Cuenca, como un todo integrado. Anticipo un solo dato para subrayar esto: el año 2013 se creó la Conferencia de Ministros de Defensa del Pacífico Sur, donde participan países grandes, como Australia, Nueva Zelandia y Chile, y estados más pequeños como Tonga y Papúa-Nueva Guinea, con el propósito de identificar desafíos comunes y acordar medidas de cooperación. La segunda reunión de esta conferencia se realizará en 2015. Esto ilustra bien lo que intento afirmar. La Cuenca del Pacífico no es el mismo océano de Vasco Núñez de Balboa, de Pedro Fernández de Quiroz o de García Jofré de Loaiza. Es un espacio donde hay creciente coincidencia internacional en el sentido de que allí se están tomando ya, y se tomarán a futuro, algunas de las grandes decisiones que, sin duda, afectarán la agenda mundial en sus distintos ámbitos. Como parte de la Cuenca, Chile quiere jugar un papel, acorde a su tamaño, más activo y más presente de lo que ha sido hasta ahora. Pero también quiere hacerlo entendiendo el Pacífico no como un océano que separa, sino como un espacio que une. Estamos dejando de verlo como frontera. Nuestros vecinos de hoy son Australia, Nueva Zelanda, China, Japón… Es por ello que estamos trabajando para adecuarnos a esta nueva comprensión, a esta nueva mirada, que empieza a tomar cuerpo con iniciativas de distintos países, que están adquiriendo mucha fuerza y especial sentido para Chile. Estructuré mis palabras en torno a tres grandes ideas: – Primero, una valoración general de la Cuenca, sus características, su importancia económica, su arquitectura integracionista y el cambio de eje -digamos “estratégico”- del Atlántico al Pacífico. – Un segundo aspecto son los riesgos y amenazas que se enfrentan en el Pacífico y, con ello, la complejidad de la agenda de seguridad. – Y, finalmente, elaborar, con algo más de profundidad, nuestra respuesta ante los desafíos que se presentan y cómo cooperamos en la seguridad en toda la región que cubre este gran océano. Una breve mirada de la Cuenca del Pacífico En términos generales, la Cuenca del Pacífico puede describirse como una macro-región integrada por tres extensas orillas o riberas. Dos de ellas están conformadas por subregiones: – Al oeste, la orilla asiática, compuesta por: El noreste asiático, el mundo chino, el sudeste asiático o subregión de la ASEAN y Oceanía. – Al este, la orilla americana, compuesta por la ribera norteamericana, la centroamericana y la suramericana, en la cual Chile está inserto. La tercera orilla, olvidada a veces, es la Antártida, un continente sobre el que varios países tenemos proyección, pero que todos tenemos la responsabilidad de proteger y preservar. Esta somera descripción ya sugiere la importancia de la región, pero también su complejidad. Ahondemos un poco más en los datos. La Cuenca del Pacífico no sólo contiene al océano más grande del mundo, con más de 165 millones MINISTERIO DE DEFENSA: Visión de Chile sobre el Pacífico REVISMAR 2 /2015 8 de km 2 -cubriendo el 46% del planeta-, sino que en este espacio confluyen cuatro continentes, hay más de 25 mil islas y 42 países son ribereños, además de estados que, como Francia y el Reino Unido, también están presentes en el mapa del Pacífico por medio de sus posesiones insulares. 1 La población de la Cuenca equivale al 44% de la población mundial y en sus aguas se hace más de la mitad de la pesca mundial, aparte de su riqueza minera y energética. En su conjunto y, desde un punto de vista económico, la Cuenca del Pacífico genera más del 58% del PIB mundial y el 48% del comercio global. Esta inmensa área oceánica y terrestre produjo el 71% del crecimiento económico mundial en la última década. Sus aguas son las arterias por donde fluye el dinamismo de nuestras economías. Si vemos solamente a los países que conforman la APEC, ellos representan el 56% del PIB mundial y concentran el 44% de los intercambios globales. En resumen, y, pese a la crisis económica que afecta a las economías de Europa y de Estados Unidos, la Cuenca del Pacífico y, en especial, su ribera asiática, es el motor en que durante este período ha descansado la economía global. Chile orienta el 48% de sus exportaciones hacia la ribera asiática, de donde captamos el 31% de nuestras importaciones. En el caso europeo, el 70% de su carga marítima transita desde el espacio de la Cuenca y desde el Índico. Las proyecciones europeas para el 2020 señalan que cerca del 45% de la carga por contenedores será trasladada entre el espacio de la Cuenca y Europa. Desde un punto de vista político y estratégico, el Pacífico es tanto un actor protagonista como un escenario de interés para la agenda internacional. Esta, no es una afirmación nueva. Hace más de 100 años, el Presidente Theodore Roosevelt, de Estados Unidos, señaló que :“La era atlántica se encuentra actualmente en la cima de su desarrollo, pero pronto agotará sus recursos disponibles. La era del Pacífico, que será la mayor de todas, apenas está iniciando su marcha”. 2 Las palabras de Roosevelt se anticiparon a un cambio trascendental que está atravesando ahora el mundo: el desplazamiento del eje de gravitación mundial desde el Atlántico hacia el Pacífico es un hecho indesmentible, convirtiendo a esta Cuenca en la de mayor relevancia económica, política y estratégica durante el presente siglo. Prueba de lo anterior es que de los países del G-20, nueve son ribereños de Pacífico; tres de los cinco miembros del Consejo de Seguridad son también ribereños de la Cuenca, mientras que los otros dos, son parte de ella por sus posesiones e intereses ultramarinos; de los 20 países con los más altos índices de PIB -de acuerdo al FMI-, nueve 3 son del Pacífico y más de 25 países de la Cuenca pertenecen al G-77. Hablemos un poco de China. Gracias a su fuerte demanda de materias primas, China ha jugado un papel de contrapeso fundamental en la crisis económica de la que Estados Unidos parece estar saliendo y que la Unión Europea aún se empeña en superar. Esto ha permitido que, por primera vez, una de las más severas crisis económicas ocurridas en el hemisferio norte no afectara en forma dramática a América Latina. China Popular se ha convertido en la principal potencia económica emergente de hoy. Y es indudable que seguirá aumentando su influencia en los grandes temas de la política mundial, factor que explica por sí solo una buena parte del cambio del eje gravitacional previsto por Roosevelt. La correlación de lo anterior en el campo político es también evidente. En el contexto de la reciente cumbre de la APEC, en Beijing, China Popular mostró liderazgo global al bajar las tensiones con Japón y Vietnam, cerrar tratados comerciales con Seúl y Moscú, acordar medidas 1. España cuenta con tres islas (Güedes, Oroa y Los Pescadores), las cuales quedaron fuera del Tratado de Paris, del Tratado Germano español del siglo XIX e incluso quedaron fuera de los territorios cedidos en 1898. Actualmente, España no las ha reclamado y se encuentran deshabitadas. No revisten interés económico ni menos estratégico. 2. Parag Khanna, “Der Kampfum die ZweiteWelt. Imperien und Einfl uss in der neuen Weltordnung”. Berlín. 2008, citado por Manfred Mols en “Del siglo norteamericano al siglo del Pacífico asiático”. En revista “Análisis” Vol. 13. N°39. Septiembre – Dic. 2010. Disponible en: http://www.mexicoylacuencadelpacifico.cucsh.udg.mx/sites/default/files/Del%20siglo%20norteamericano%20al%20siglo%20del%20 Pac%C3%ADfico%20asi%C3%A1tico.pdf 3. Indonesia, Corea del Sur, México, Australia, Canadá, Rusia, Japón, China y Estados Unidos. Si a ellos sumamos el Reino Unido y Francia (debido a sus posesiones insulares existentes en la Cuenca del Pacífico), el listado llega a 11 países. 9 con Estados Unidos para enfrentar el cambio climático e impulsar la creación de una Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico. La reciente reorientación estratégica de Estados Unidos hacia el Pacífico, calificando a esta región como “pivote estratégico” de sus intereses, refleja una clara conciencia de lo que la Cuenca ha pasado a significar en el presente y, sobre todo, de lo que puede significar a futuro en dimensiones decisivas de lo político, lo económico y lo estratégico. La expresión de esto es tanto el aumento de su presencia en la región como el fortalecimiento de sus vínculos y alianzas políticas y estratégicas. La otra cara de esta perspectiva es la densidad de la arquitectura de interacciones políticas y acuerdos económicos que han coadyuvado a la integración de la ribera asiática con la americana. Me refiero a instancias tales como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC); el Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC); el Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este (FOCALAE); la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático -la ASEAN- y la ASEAN+3 (que incluye al Japón, China y Corea del Sur) y el Acuerdo Trans-Pacífico de Libre Comercio (TPP), aún en construcción. A su vez, desde nuestra ribera, la Alianza del Pacífico (integrada por Chile junto a Perú, Colombia y México), un proyecto auspicioso nacido en Sudamérica que acerca todavía más a las dos riberas y puede, por qué no decirlo, devenir también en un puente que una la Cuenca del Pacífico con España, Portugal y con la Unión Europea. Con todo, hay espacio para pensar y desarrollar más instancias de integración y profundizar las existentes, para cooperar más y mejor en seguridad de toda la región. La principal instancia en la ribera asiática es la ASEAN. Estructurada sobre la base de intereses económicos, es también un mecanismo que busca la paz, la estabilidad política y seguridad regional. La incorporación de Japón, China y Corea del Sur en la ASEAN+3 (1997) representa un impulso a la construcción de más y mejor seguridad en un área del mundo donde la historia del siglo XX todavía marca las agendas bilaterales. Otra iniciativa en la misma línea es la Reunión de Ministros de Defensa de la ASEAN Plus (ADMM Plus, por su sigla en inglés), 4 creada en 2007 con la idea de vincular ambas orillas para impulsar la construcción de una Cuenca más segura y más estable que nos beneficie a todos. Situación similar ocurre en APEC, donde cada vez hay mayor interés por más y mejor coordinación para enfrentar amenazas comunes a todos sus miembros: terrorismo internacional, seguridad marítima, piratería, por nombrar algunas. Los riesgos y amenazas en la Cuenca del Pacífico La Cuenca del Pacífico es un mosaico de diferencias y de potencialidades. En ella coexisten democracias plenas, junto con democracias frágiles o sistemas donde cohabita el centralismo político con una agresiva apertura comercial. Las diferencias bien podrían erigirse como obstáculos para su crecimiento y estabilidad, comprometiendo, de paso, la seguridad global. Sin embargo, ellas se mantienen relativamente estables, gracias -diría yo- a un marcado pragmatismo en las relaciones políticas y económicas que se dan en su interior. Más que en las diferencias, la atención está puesta en las potencialidades. En contraposición con América o Europa, la región no cuenta con un sistema político-económico común. Pero se ha avanzado en la construcción de mecanismos que tienden a establecer lazos comerciales que, de alguna forma, “atemperan” las tensiones políticas y permiten generar consensos sobre ciertos elementos de beneficio común. En definitiva, la Cuenca del Pacífico es un espacio geopolítico que presenta una agenda estratégica compleja, marcada tanto por recurrentes tensiones inter-estatales que han podido ser manejadas y contenidas como por amenazas no tradicionales, que nos afectan a todos. ¿Cuáles son sus problemas de seguridad? En términos generales, y particularmente en el área del Asia-Pacífico, perdura el legado de MINISTERIO DE DEFENSA: Visión de Chile sobre el Pacífico 4. La Reunión de los Ministros de Defensa del ASEAN Plus (ADMM Plus) nace el 2007 durante la segunda reunión de los Ministros de Defensa del ASEAN. A esta iniciativa fueron incorporados ocho países: Australia, China Popular, India, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos. REVISMAR 2 /2015 10 los conflictos calientes de la Guerra Fría con la permanente tensión en la península coreana; es preocupante la nuclearización de algunos estados con institucionalidad política débil o con regímenes que confían más en la fuerza que en la política y la diplomacia para resolver sus controversias; persisten problemas derivados de reclamaciones marítimo-territoriales. A todo esto se suman la piratería, el cambio climático y el incremento del nivel del mar (que arriesga la desaparición de pequeños estados-isla), la depredación de los recursos marinos, el narcotráfico, el terrorismo internacional y los desastres naturales, entre otras amenazas y riesgos. Es decir, la característica mixtura contemporánea de desafíos de seguridad de tipo tradicional y no tradicional, pero que son enfrentados en una forma distintiva, no característica, por los países de la región. Podemos localizarlos geográficamente. En la ribera asiática, observamos la permanencia de disputas territoriales y marítimas, en especial en la zona del Mar del Sur de China. Si bien, estas disputas tienen mucho del carácter de elementos distractores, eventualmente pueden detonar una crisis internacional. Por ahora, se ha sabido controlar y regular estas eventuales, pero no por eso menos peligrosas, derivaciones. Aun cuando hay una gran potencialidad para la tensión, ha predominado el pragmatismo y la prudencia, así como el interés común y la voluntad por conservar un ambiente estable y pacífico, condición que todos los estados de la subregión consideran fundamentales para seguir con sus niveles de crecimiento y dinamismo económico. Durante la reciente cumbre de la APEC, el presidente Xi Jinping, de China, afirmó que las relaciones estables entre los países vecinos son beneficiosas para alcanzar los intereses estratégicos comunes, insistiendo que hay que mantenerse en el camino del desarrollo pacífico, seguir una política prudente de defensa y seguridad, e impulsar esfuerzos multilaterales para aumentar la confianza mutua. Un segundo tipo de problema de seguridad lo representa la cuestión de Taiwán. Pese a su complejidad, el pragmatismo de todos los actores involucrados, incluido Estados Unidos, ha primado. Aun cuando esta es una situación no resuelta, que podría eventualmente escalar a una crisis, se constata la existencia de voluntad política y suficiente consenso para evitar un conflicto con los impactos regionales y globales que ello acarrearía. De la misma forma, en el caso de Corea del Norte, aun cuando se trate de un actor que genera por sí mismo una alta dosis de incertidumbre, el modo como los estados de la región, en particular Corea del Sur y China, abordan el problema, confirma la tesis de que todos ellos esperan evitar la confrontación y mantener la estabilidad. En ambas situaciones, China ha tenido un papel de vital importancia.Quisiera abordar muy puntualmente el tema del gran crecimiento económico de China y su consecuente programa de aumento de capacidades militares, el cual ha generado cierto grado de inquietud entre algunos países de la Cuenca (Estados Unidos, Australia, Japón, Corea del Sur, Vietnam y Filipinas). El crecimiento de China Popular como potencia regional y global es un tema de particular relevancia en la agenda de seguridad. Es evidente que una China con mayor estatura estratégica generará un nuevo contexto estratégico. El crecimiento exponencial de China y el aumento sostenido de sus capacidades militares ha llevado a Estados Unidos a re-apreciar sus relaciones de seguridad y defensa en la región. La Guía Estratégica para la Defensa de Estados Unidos, publicada en enero de 2012, considera un cambio de su centro de gravedad hacia la Cuenca del Pacífico, fortaleciendo su presencia naval, modernizando y actualizando sus alianzas estratégicas con sus países aliados, acercando posiciones con las potencias emergentes e intensificando su compromiso multilateral. Pero su objetivo final, más que contener el creciente poderío militar chino, es cooperar para fortalecer la seguridad global de la Cuenca, asegurando con ello la prosperidad económica de todos, así como también mejorando la arquitectura cooperativa regional existente. Pese al desarrollo militar chino, es importante destacar que la diferencia de capacidades con REVISMAR 2 /2015 11 Estados Unidos es, y seguirá siendo muy grande, al menos en el mediano plazo. De acuerdo al General chino Chen Zhou, cabeza intelectual desde hace muchos años del proceso de modernización militar chino, la brecha tecnológica que separa a ambos países equivale a unos 40 años. Del mismo modo, pese al recorte en el presupuesto de defensa de Estados Unidos, éste sigue siendo ocho veces superior al de China.Por eso pensamos que el desarrollo militar chino corresponde al propio de una potencia con intereses globales y con una creciente capacidad de proyección de su poder. Que China alcance el estatus de gran potencia es algo inevitable y natural. Lo importante es cómo este país y el resto de las potencias regionales reacomodan sus roles en un nuevo escenario internacional. Hace dos siglos, Napoleón se adelantó a su tiempo señalando que, “…China es un gigante durmiente; dejémosle que duerma por mucho tiempo, porque cuando despierte sacudirá el mundo…”. El gigante ya despertó y debemos conocerlo, saber cómo cooperar con él, crear confianzas, y cómo coexistir sin generar alarmas que pueden ser infundadas.Por otra parte, la ribera asiática de la Cuenca enfrenta también una agenda específica de amenazas transnacionales, entre las que destacan el terrorismo, el narcotráfico, el crimen organizado y la piratería. En el caso de la piratería, particularmente presente en el Sudeste asiático y especialmente en la zona del Estrecho de Malaca y en zonas del Mar del Sur de China, vemos que, pese a las diferencias territoriales antes mencionadas, existe una amplia cooperación para contenerlo y eliminarlo. Acá coinciden los esfuerzos de Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón y Australia están unidos frente a esta amenaza contra los intereses estratégicos comunes. Otro aspecto que también debe ser considerado, en tanto amenaza y también como factor de cooperación, es el de los desastres naturales que afectan regularmente a toda la Cuenca. Terremotos, maremotos, tifones y erupciones volcánicas, son comunes a nuestros países y tienen, ciertamente, un impacto negativo para el comercio regional y global. Basta con recordar los efectos del terremoto en Chile de febrero de 2010, o el terremoto y posterior tsunami que afectó a Japón en marzo de 2011. Se trata de fenómenos recurrentes y de gran relevancia en la agenda de los países de la Cuenca. En cuanto a los problemas de seguridad del Pacífico Sur, Chile valora los compromisos internacionales sobre la tercera ribera de la MINISTERIO DE DEFENSA: Visión de Chile sobre el Pacífico nCuenca del Pacífico. 12 Cuenca: la Antártica. La tentación futura por el acceso a reservas de recursos naturales, así como potenciales demandas sobre la plataforma continental en el área antártica y superposiciones en las reclamaciones de soberanía, configuran un cuadro estratégico cada vez más importante tanto para Chile como para otros países con presencia en el continente helado. Por otra parte, los focos de inestabilidad en ciertas regiones de Oceanía también revisten preocupación para los países del sur del Pacífico. Se trata de una agenda de seguridad poco conocida, de la cual no podemos ni debemos estar ajenos. Esto es particularmente relevante si, en un eje sur-sur, queremos estrechar las relaciones con Australia, Nueva Zelanda y los estados polinésicos, particularmente sensibles, por su tamaño y condición insular, a ciertos fenómenos, que pueden afectar la zona. El Pacífico Sur se caracteriza por su vulnerabilidad ante catástrofes naturales, así como frente a los efectos del cambio climático. Especialmente en el área de la polinesia y en Oceanía. Esos eran los problemas propios de la ribera asiática de la Cuenca. Veamos, de forma rápida, los desafíos existentes en nuestra ribera americana. En una visión sur-norte, identificamos dos grandes zonas en las cuales vemos amenazas, riesgos y desafíos. La primera corresponde a la zona suramericana, donde enfrentamos desafíos tales como la permanencia de problemas geopolíticos, el crimen organizado -con el narcotráfico y el tráfico de personas como sus caras más conocidas-, la depredación de los recursos marinos y forestales, y las migraciones ilegales. La segunda zona, que abarca la ribera norte de Sudamérica, Centroamérica y la parte sur de América del Norte, presenta una agenda compleja: inestabilidad política acompañada de debilidad de las instituciones estatales, crimen organizado en poderosos carteles y narcotráfico, y dificultad en el control del territorio. Finalmente, quiero señalar que si bien hemos geo-localizado estas amenazas y riesgos, ellos no responden exclusivamente a un criterio geográfico. Muchas de estas amenazas y riesgos son también globales. La depredación de los recursos marinos está igualmente presente en el Mediterráneo, Atlántico y parte del Pacífico; el terrorismo internacional es una amenaza a la sociedad global; la debilidad de las instituciones está presente en parte de América, en Asia, en África y en Medio Oriente. La suma de todas ellas aumenta la incertidumbre, crea inestabilidad y establece un círculo vicioso de amenazas que se entrelazan y retroalimentan al modo en que el crimen organizado genera narcotráfico, en que el narcotráfico produce corrupción y la corrupción gatilla violencia delictiva organizada: maras, pandillas, asociaciones ilícitas. La acción de Chile en la Cuenca del Pacífico A nuestro juicio, escenarios como los señalados nos imponen la exigencia de definir prioridades para la acción, que combinen adecuadamente los recursos de que disponemos y las capacidades que poseemos, en función de los efectos que esperamos producir en determinadas áreas o temas de nuestro interés en el Pacífico. Nuestra actividad en materias de seguridad seguirá materializándose por medio del esfuerzo político tanto bilateral como multilateral, considerando de forma creciente la contribución que las Fuerzas Armadas pueden hacer como instrumentos de nuestra política exterior. Priorizaremos nuestros esfuerzos de cooperación en seguridad hacia la Cuenca en tres ejes: El primer eje, y el más relevante y estratégico para nuestros intereses, corresponde al área oceánica adyacente a nuestros cuatro mil kilómetros de costa,donde se encuentran nuestros territorios insulares, nuestra Zona Económica Exclusiva y la plataforma continental del país, así como los intereses nacionales más inmediatos. Quiero destacar que entre esos intereses, destaca el hecho de tratarse de la zona por donde no solo transita, sino que proviene, la mayor parte de los hidrocarburos que necesita nuestro país. Este primer eje de interés está anexo, por yuxtaposición, al resto de la ribera sudamericana y centroamericana del Pacífico. 13 Es en esta área donde Chile, por medio de una estrecha cooperación, cuando corresponda, con los demás países latinoamericanos ribereños, puede contribuir de manera más efectiva a la solución de los desafíos generales de seguridad en la Cuenca del Pacífico. Un ejemplo es lo que hacemos en el ejercicio PANAMAX, nacido desde la Armada de Chile, y apoyado por Estados Unidos, para beneficio de todos los usuarios del Canal de Panamá. El segundo eje es el Pacífico Sur, donde tiene una importante gravitación la Antártica y donde, como país, asumimos obligaciones y responsabilidades de seguridad marítima y aérea otorgadas por acuerdos internacionales de navegación. En lo que a la Antártica respecta, intensificaremos nuestra presencia y actividades, así como el impulso para mantener la vigencia del sistema antártico en tanto instrumento internacional para fomentar la cooperación y asegurar la paz en una región de la cual somos co-responsables. En este segundo eje, contribuiremos también a superar los desafíos generales de seguridad en la Cuenca del Pacífico, explorando nuevas formas de cooperación en temas de seguridad con Australia, Nueva Zelandia y Francia, para enfrentar los focos de inestabilidad que surjan, así como para contribuir a prevenir y mitigar los efectos de los desastres naturales y del cambio climático. Valoramos y apoyamos la realización de los ejercicios “Croix du Sud”, a los cuales nos sumamos con interés. Por último, en el tercer eje, la Cuenca del Pacífico en su generalidad, Chile dará cumplimiento a los acuerdos internacionales destinados a reaccionar ante desastres naturales y antrópicos, proveer seguridad al comercio internacional y contribuir a la lucha contra el terrorismo internacional. En estas materias, trabajaremos especialmente en el marco de la “Estrategia de Seguridad Consolidada”, aprobada por la APEC el 2011. Parte importante de nuestro esfuerzo de cooperación por más y mejor seguridad en la Cuenca del Pacífico, lo hace el sector Defensa y sus instituciones. Estamos presentes, de manera y en grados diversos, en varios mecanismos multilateral estatales como Conferencia de Ministros de Defensa del Pacífico Sur (SPDMM), el Diálogo de Defensa de Seúl y el Diálogo de Shangri-La. Todas estas instancias tienden a acrecentar y fortalecer un diálogo constructivo respecto de las preocupaciones, riesgos y amenazas que son comunes a todos los países ribereños de la Cuenca del Pacífico. Este activo multilateralismo, que es una de las áreas de interés de nuestra Política Exterior, es vital para construir un ambiente global más estable y más seguro, generando y fortaleciendo la construcción de confianzas para avanzar a nuevos estadios de integración. Proteger nuestros intereses estratégicos comunes es también trabajar por la estabilidad y la prosperidad de nuestro propio país. Por nuestra estatura estratégica, nuestra proyección y nuestros intereses, coincidimos con la idea de “actuar localmente” y“pensar globalmente”, y las iniciativas señaladas sirven para esto. Nuestro aporte al esfuerzo de construcción de un ambiente global más estable y más seguro radica en contribuir a la seguridad de nuestra ribera inmediata, América del Sur, y, junto con ello, asistir -de acuerdo a nuestras capacidades- a los demás países ribereños de la Cuenca. Hemos desarrollado acuerdos de defensa con siete países de la Cuenca, los que van desde China y Australia a Vanuatu y las Islas Marshall. Otros tres acuerdos están en estudio. Asimismo, Chile coopera y es parte de una intensa red internacional de iniciativas tendientes a fortalecer la cooperación para una mejor seguridad de la Cuenca. Asimismo, hemos adoptado un compromiso político que nos involucra aún más con el fortalecimiento de los espacios de cooperación con la ribera asiática de la Cuenca. Instancias de diálogo político tales como la Conferencia de Ministros de Defensa del Pacífico Sur, el Diálogo de Seúl y el foro que reúne a los Ministros de Defensa del área de la ASEAN Plus -el ya mencionado ADMM Plus-, son y serán herramientas fundamentales para avanzar en ese propósito. Otro tanto ocurre con los ejercicios multilaterales PANAMAX, MARARA, Team Work South, RIMPAC, Croix du Sud y UNITAS, que tienen por objetivo robustecer la confianza mutua para poder construir más y mejor seguridad en el Pacífico. Finalmente, estamos abiertos a explorar nuevas iniciativas bajo un esquema multilateral. Pienso en operaciones de paz conjuntas-combinadas, mayor cooperación y coordinación en materia de MINISTERIO DE DEFENSA: Visión de Chile sobre el Pacífico REVISMAR 2 /2015 14 operaciones de ayuda humanitaria, en asuntos relacionados con ciber-seguridad, crimen organizado y, en especial, seguridad marítima. Contamos con el Centro Conjunto para las Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC), institución de excelencia que prepara a nuestra gente para participar en operaciones de paz y que puede convertirse en un vaso vinculante con la ribera asiática en materia de entrenamiento. Podemos pensar en alianzas con centros de estudios internacionales y hacer parte de este esfuerzo al CESEDEN o al Instituto Gutiérrez Mellado. Contamos con una experiencia real en materia de cómo enfrentar desastres naturales de magnitud. El 2010 mi país sufrió uno de los terremotos más intensos registrados en la historia moderna. Sacamos lecciones y las queremos compartir. También queremos aprender de otros países del Pacífico que comparten estas mismas amenazas naturales y cooperar con ellos.Finalmente, Chile, siendo un país marítimo y volcado hacia el espacio de la Cuenca, se hace parte del desafío que significa la seguridad marítima. Buscaremos mejorar y profundizar nuestra inter-operatividad con Marinas de países amigos. Podemos pensar en acercar e integrar a países de la ribera asiática a ejercicios, actividades e instancias existentes en la ribera americana. Conocernos más fortalece las confianzas. Disponer de un ambiente de confianza permite trabajar cooperativamente por un entorno más seguro y estable para todos. Palabras finales – Hace más de 197 años, nuestro Padre de la Patria, don Bernardo O’Higgins, dijo, inmediatamente después de la batalla de Chacabuco, que“este triunfo y cien más serán insignificantes si no dominamos el mar”. Bajo este pensamiento, hemos construido nuestra visión y nuestra proyección sobre lo que hoy llamamos Cuenca del Pacífico. – No tengo duda que así como el siglo XIX y el XX fueron centrados en el Atlántico, el siglo XXI será sin duda el siglo del Pacífico. – Debemos profundizar nuestra forma de ver y entender al Pacífico, concebirlo como un espacio interconectado en donde todos sumamos y contamos. Construir más confianza significa sentar las bases de más y mejor cooperación, de más y mejor seguridad. – Para nuestro país, la articulación de relaciones más cercanas y más intensas es un objetivo primordial de nuestra política exterior en la región. Chile quiere ser un punto de conexión entre la orilla asiática y la orilla sudamericana del Pacífico, generando espacios de cooperación que nos beneficiarán a todos por igual. – La seguridad de la Cuenca del Pacífico no tiene una sola bandera. Tiene todas las banderas. Somos todos responsables de construir esa seguridad. Pensar globalmente la cooperación para enfrentar riesgos y desafíos en este espacio marítimo, nos permite vislumbrar la acción local que podemos realizar para que sume al esfuerzo de los demás. Somos parte de un todo integrado, de un mismo motor: el Océano Pacífico. Un motor que está aumentando su potencia para mover al mundo. – No todo hay que percibirlo como una amenaza. Los americanos del Pacífico debemos conocer y entender la cultura asiática. Trabajar con ellos. Integrarnos. El crecimiento de China para nuestro país y para América Latina, es una oportunidad. – Cada vez cobra más importancia la interdependencia de la seguridad entre ambas riberas de la Cuenca. La cooperación está al centro de cualquier respuesta a los problemas de seguridad en el Pacífico. No solamente debemos compartir responsabilidades, sino también las oportunidades para cooperar por una región más segura y estable. En esto radica la garantía de nuestro desarrollo y prosperidad. – Chile optó hace años por abrir su economía buscando nuevos mercados, priorizando visionariamente su inserción en la Cuenca del Pacífico. Hoy tenemos una nutrida presencia diplomática en 16 países de la ribera asiática, así como en todos los países de la ribera americana. 15 – Hemos desarrollado una amplia red de tratados de libre comercio en la Cuenca, lo que se refleja en la ribera asiática con numerosos acuerdos de libre comercio. También hemos logrado acuerdos de asociación económica con Singapur, Brunei Darussalam y Nueva Zelanda (P-4). Pertenecemos a la APEC desde 1994. Nuestra inserción internacional se complementa con la red de acuerdos logrados en la ribera americana. – De modo complementario, durante las dos últimas décadas, nuestro país ha ido transitando desde ser un país observador del esfuerzo de otros por contribuir a la paz mundial, a veces lejano y poco conocido, a ser un actor que entiende la necesidad de asumir mayores responsabilidades en lo que a seguridad internacional se refiere. Nos hemos integrado a diversas misiones e iniciativas de cooperación internacional, participando de los regímenes de control de armamento y desarme humanitario. – Para la Defensa, ello constituye un reto relevante, por cuanto nos demanda constituirnos en una herramienta eficaz y eficiente de nuestra política exterior. – Permítanme cerrar mis palabras citando a nuestra Presidenta Michelle Bachelet. Durante la reciente cumbre de la APEC, ella señaló: “Estamos apostando por un futuro mejor. Uno en el que América Latina, nuestro espacio natural de cooperación e integración regional, y la Cuenca del Pacífico, la región más dinámica del siglo XXI, pueden realizar su potencial y crear nuevas oportunidades y beneficios para todos sus ciudadanos.” – Desde mi calidad de Ministro de Defensa, yo solo agregaría una idea: oportunidades y beneficios para todos en un marco de seguridad y estabilidad. Muchas gracias MINISTERIO DE DEFENSA: Visión de Chile sobre el Pacífico * * * REVISMAR 2 /2015

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