Revista de Marina
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  • Fecha de publicación: 01/08/1973. Visto 1499 veces.
EL MUSEO NAUTICO DEL PINTOR MANOL Y En Puerto Montt hay un Museo que no figura en catálogos ni en guías de tu­ rismo. Es una creación íntima, personal, que representa la personalidad del autor y que -en otro plano- paulatinamen­ te va adquiriendo mayor valor cultural. Es el Museo Náutico de Manoly {Ma­ nuel Maldonado), artista, pintor, porto­ montino, casado). Con cariño y dedicación, Manoly {"No, no es un Museo") ha ido buscan­ do y disponiendo los elementos que rea­ lizan su sueño: "Me gusta el mar, he vivido siempre cerca de él y cuando quise adornar mi taller me preocupé de rodearme de ele­ mentos náuticos'". Actualmente este taller es parte de su vida. una colección y una imagen de su sensibilidad artística. Escudos de unida­ des navales de la Armada Nacional y de otros países del mundo, reliquias tan sig­ nificativas como un trozo del casco de la auténtica "Esmeralda" y retazos de navíos desaparecidos conforman el valio­ so patrimonio de este artista local que tiene un lugar destacado en la plástica nacional. Conversar con Manoly, recorrer cada uno de los rincones de su "Museo'" es despertar la imaginación y acompañarlo en una travesía que forma parte de su vida. Más allá de todo, uno advierte que el fuego interior de este hombre nadie lo descubrió mejor que el propio Pablo Ne­ ruda cuando, sentado en estos mismos si­ llones, dijo: "Pacheco Altamirano descu- brió Ange1mó, Manoly lo hizo poesía". Con esa luz Manoly supera la imagen del coleccionista convencional, estereotipado y fatuo del mundo actual, proyectándose en una dimensión que valoriza su tarea y destaca una nueva faceta de su persona­ lidad artística. Una vez hace años, el artista, inquieto e imaginativo, inventó un "juego" origi­ nal que le ha permitido difundir su pin­ tura y enriquecer, al mismo tiempo, su "Museo". Comenzó a canjear sus pintu­ ras por escudos de unidades navales de la Escuadra nacional sin imaginar que es­ te aparente "hobby" se iba a convertir con el tiempo en una actividad oficial que superaría largamente sus primitivas pre­ tensiones. Hoy día este canje es internacional. Sus cuadros, con ese Angelmó poético y lu­ minoso que sale de su paleta, destacan en cámaras de oficiales de naves de gue­ rra de muchos países del mundo y con­ ceptuosas notas de distinguidos oficiales de flotas extranjeras aseveran la impor­ tancia que se le da en otras latitudes al trabajo del artista porteño. En Estados Unidos es Mr. Manoly, en Francia monsieur y luego vendrán todos los idiomas en una avalancha que ya hace estrecho el taller de trabajo del pintor, en el centro de un Angelmó que ya se está muriendo. Con el comandante del portaaviones norteamericano "Hornet", Carl Sieber­ lich, ha mantenido un valioso intercam­ bio de presentes que prestigia ~u tarea. CROXICA 433 Una maqueta del "Hornet", unidad que rescató de las aguas del Pacífico a los astronautas de las misiones Apolo 11 y Apolo 12, las dos primeras que llega­ ron a la Luna, fue enviada recientemente desde Estados Unidos y ocupa un lugar de privilegio en el museo. Allí está tam­ bién el escudo oficial del portaaviones con una conceptuosa placa de bronce que dice: "Presented to Mr. Manoly in appre­ ciation from primary recovery ship Apo­ llo 11 ". Y Manoly, mientras habla de su pin­ tura y de sus planes, mientras piensa en voz alta sobre su próxima exposición, de­ muestra que no es un coleccionista co­ rriente. Hay hobbys que se meten dema­ siado adentro del espíritu y se convierten en una obsesión. Sin embargo, Manoly tiene una sola pasión: la pintura, su pin· tura, nuestra pintura y vive obsesionado por avanzar, por estudiar y por represen­ tar cada día mejor la lucha del hombre de esta tierra.

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