El sistema de salud asegura a todos sus beneficiarios el derecho al libre e igualitario acceso a la medicina curativa, independiente del monto de sus cotizaciones, lo que lo hace eminentemente solidario.
Después de dos intentos fallidos por rescatar a sus hombres desde la isla Elefante, sir Ernest Shackleton comprendió que debía encontrar una base de operaciones que contara con más recursos que Puerto Stanley, así que resolvió trasladarse a Punta Arenas, ciudad chilena muy próspera en pleno Estrecho de Magallanes.
Una de las tareas más complejas de un Gobierno es la determinación de las dimensiones y capacidades del Poder Militar que requiere el país. Por un lado estarán las necesidades y por el otro las restricciones, de toda índole, que impondrán un escenario tal, que hará siempre difícil lograr el justo equilibrio.
Después de mi paso y experiencias en el Alto Mando Naval por espacio de una década, no dejan de inquietarme algunas interrogantes respecto al apasionante tema del dimensionamiento de fuerzas y el rol que deben jugar las marinas de guerra, de tamaño medianas como la nuestra, habida consideración de los cada vez más restrictivos escenarios financieros, políticos y presupuestarios a que se ven sometidas las instituciones de la defensa, por diversas razones que no son del caso analizar en este ensayo.
Maria Graham, notable viajera, escritora e ilustradora inglesa de principios del siglo XIX, nos narra en su diario de viaje el gran terremoto de1822, que en nuestro puerto de Valparaíso terminó por destruir completamente sus fortificaciones defensivas coloniales, dejando el puerto expuestoa los ataques por mar. Desaparecía para siempre el gran Castillo de San José, la majestuosa fortificación que dominaba los altos del hoy cerro Cordillera y se desvanecían los vestigiosde casi 300 años del puerto colonial...
Esta es la historia de dos buques de guerra mandados a construir a Gran Bretaña por los Estados Confederados norteamericanos, incautados por el gobierno inglés y, una vez terminado el conflicto, fueron comprados por Chile para enfrentar la guerra contra España. Para burlar la inteligencia española, ambos fueron bautizados con el mismo nombre.
La fragata acorazada “Numancia” fue el ícono tecnológico de su época, sirviendo por 48 años en la Armada Española.